George Nakashima: de un campo de concentración a convertirse en el revolucionario diseñador de la madera
El japonés consideraba que un objeto hecho de madera debía durar para siempre y no vincularse a modas, pues suponía una segunda vida para el árbol del que había salido
El filósofo indio Sri Aurobindo decía al respecto del alma de un árbol que, “el objeto creado puede vivir para siempre, pero que el árbol debe vivir bajo una nueva forma. El objeto no puede seguir un estilo transitorio, sino que su atractivo debe ser universal”. George Nakashima viajó por el mundo en busca de significado, y solo lo encontró inspirado en la filosofía japonesa e hindú. Un viaje de descubrimiento personal y artístico que se revela ahora en un nuevo documental denominado ...
El filósofo indio Sri Aurobindo decía al respecto del alma de un árbol que, “el objeto creado puede vivir para siempre, pero que el árbol debe vivir bajo una nueva forma. El objeto no puede seguir un estilo transitorio, sino que su atractivo debe ser universal”. George Nakashima viajó por el mundo en busca de significado, y solo lo encontró inspirado en la filosofía japonesa e hindú. Un viaje de descubrimiento personal y artístico que se revela ahora en un nuevo documental denominado George Nakashima, Woodworker, y que ya puede verse en línea, y que se emitió también a principios de mes a través del sitio oficial de Design Miami. La película, dirigida por el sobrino del diseñador, John Nakashima, pretende continuar la aventura intelectual que comenzó el artista que revolucionó el trabajo de la madera.
La creencia de Nakashima era, que cuando se fabrica un mueble, se crea una nueva vida para los árboles. Para él, el árbol es nuestro contacto más íntimo con la naturaleza, y creía que cada uno de ellos tiene su propio y particular destino que cumplir, a través de su trabajo como artesano, en el que muestra la belleza natural de la madera sin producirla en masa.
El alma del árbol como la enseñanza principal de un maestro carpintero
Entre 1847 y 1858, Nakashima construyó un complejo de 18 edificios de hormigón, cemento y vidrio, que diseñó para él y su familia en New Hope, Pensilvania (EE UU). Una enorme construcción que se convirtió en Monumento Histórico Nacional en 2014, y que hoy en día puede visitarse en forma de museo al aire libre en la galería Nakashima en Takamatsu, Japón. Tal y como expresa el fundador y codirector de la Moderne Gallery en Filadelfia, Robert Aibel: “Es difícil exagerar su importancia como diseñador, su influencia es mundial, ya que es uno de los pocos diseñadores estadounidenses aclamados como maestro carpintero del siglo XX”.
Este nuevo documental es un viaje tan personal como cualquiera de las creaciones de Nakashima. Mira Nakashima-Yarnall, la hija del diseñador, también carpintera, y su sobrino, el productor de televisión John Terry Nakashima, han trabajado en él nada menos que 30 años, desde la muerte del diseñador en 1990. “Descubrimos algunas cartas y fotografías de mi padre escondidas en casa que despertaron nuestra curiosidad", cuenta Mira Nakashima. "Este descubrimiento hizo que exploráramos hasta el final la historia de nuestro antepasado común. Para mí, fue una manera de entender lo que le motivaba, una bonita exploración del lado japonés de nuestra familia”, continúa en el documental.
Al diseñador George Nakashima le gustaba decir que guardaba algunos trozos de madera en su estudio durante largos períodos de tiempo, y que “sería solo después de 10 años cuando se le ocurriría qué hacer con ellos”, recuerda su sobrino, John Nakashima, en el documental. Los elegantes muebles de madera de este icónico diseñador son así una prolongación al interior del espíritu y las peculiaridades de su material, en ningún caso concebido como tal, sino como otra forma de vida que, con un acabado de aceite frotado a mano, “vive y respira”. Ahora, estas piezas son ahora una piedra angular del diseño del siglo XX.
Pero tal y como detalla su sobrino, su tío llegó a su profesión y a su sensibilidad artística, solo después de sus viajes tanto los físicos como el de autodescubrimiento personal que llevó a cabo durante 30 años. “Simplemente decidió que tenía que encontrar una razón para crear. Mi tío George era un misterio para mí, no era el típico hombre estadounidense. Sabíamos que había estado en todo el mundo, quue era inteligente y sofisticado. Pero, durante una visita al complejo de Nakashima, comencé a ser consciente de que aquellos edificios, aquel lugar, nunca hubieran existido sin su intervención”, declara en la película.
El documental hace un repaso en la vida del diseñador, desde su nacimiento, a través de sus estudios de arquitectura en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), hasta su viaje de descubrimiento alrededor del mundo, que comenzó en 1931 subido a un barco de vapor.
Mesas y sillas ‘Nakashima’
En Japón, Nakashima se sumergió en las creencias sintoístas, conoció a su futura esposa, Marion Okajima, y trabajó con Antonin Raymond, un antiguo empleado de Frank Lloyd Wright. Junto a él construyó la residencia habitacional Golconde para la comunidad espiritual liderada por el ashram de Sri Aurobindo en la década de 1930, a la cual perteneció bajo el nombre de Sundarananda, “el que se recrea en la belleza”. Mientras estuvo allí, comenzó a construir muebles y se convirtió en discípulo del gurú de quien aprendió que “en la vida, el acto de crear y la espiritualidad pueden ser uno solo”, dice John en la película.
En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, George Nakashima fue llevado al campo de concentración de Minidoka (Idaho, EE UU) con su esposa y su hija pequeña, Mira. Allí aprendió algunas técnicas del oficio junto a un carpintero experto llamado Gentaro Hikogawa, un encuentro que influyó de forma decisiva en su trabajo posterior.
Ya en 1943, el diseñador Antonin Raymond, consiguió la liberación de George, Marion y Mira, aunque muchos de sus familiares más cercanos permanecieron detenidos. Al salir, Nakashima compró un terreno a una hora de Filadelfia, donde comenzó a construir su casa-estudio.
Hoy en día, esa finca alberga a los carpinteros Nakashima Wood workers, encabezados por Mira Nakashima, quien trabajó de cerca con su padre y es quien supervisa la producción de sus diseños. El taller abrió sus puertas para el documental, que fue, en palabras de Mira, “un proceso de descubrimiento para los dos, mi primo y yo”, dice Mira. Un documental, en definitiva, que presenta una buena oportunidad de experimentar el viaje de vida del diseñador y comprender su enfoque, un arte que también fue detallado en el libro que el propio Nakashima publicó en 1981 llamado Soul of a Tree (“el alma de un árbo”).