Torito deja salir a Quique Jiménez: “Lo pasé muy mal hasta que MasterChef sacó la varita mágica”
Reportero, ‘showman’, redactor y ahora concursante del ‘talent’ de cocina en su versión ‘celebrity’, el menorquín lleva 25 años haciendo televisión. Su reaparición entre los fogones llega tras ocho meses sin trabajo, aunque asegura ser un privilegiado
Dice Torito, este es el nombre reservado para el show; en casa es Quique Jiménez Martínez (Menorca, 48 años), que su famoso favorito es Andy Warhol. Esta revelación, hecha al cobijo de un banco retirado en los jardines del Campo del Moro, en Madrid, resulta casi lógica si se atiende al personaje que lleva defendiendo desde hace décadas, el de un hombre apabullante como los colores de un retrato pop y hecho para tener, mínimo, sus 15 minutos de gloria. Aunque Torito va ya por los 25 años.
El reportero y colaborador televisivo, que lleva un mes poniendo patas arriba el plató de la décima edición de MasterChef Celebrity —donde concursa junto a Mariló Montero o el mago Jorge Luengo, entre otros personajes de un casting dispar—, celebra su cuarto de siglo en una profesión que asegura amar. En concreto, el medio: “Me encanta la tele, porque en la tele cada día puedes ser diferente al día anterior y cada programa es un mundo”. Licenciado en Bellas Artes y con un máster en Museología ―“y en gestión del patrimonio cultural”, apunta al vuelo―, a Torito la televisión le entró por el ojo clínico, siempre atento a los decorados que se dedicaba a hacer en sus inicios en cine y publicidad, antes de que decidiera probarse frente a la cámara. Los de MasterChef, asegura, le han cautivado: “En el plató está decorado hasta lo que no se ve en pantalla. En este programa hay billetes, estoy muy orgulloso”, presume el concursante.
De lo de antes, las Bellas Artes, recuerda que la pintura le daba paz. Él es una persona “extremadamente nerviosa”, y así lo padecen —con cariño— sus compañeros de edición, con los que trabaja tres días por semana, en rodajes de 12 horas por jornada: “Cada prueba —hay tres por programa— se graba en un día. Tiene que haber buen rollo entre todos, porque si no sería insufrible", reflexiona Torito, al mismo tiempo que asegura: “Me encanta poner a mis compañeros al límite”. En el último programa antes de esta entrevista, ha sido sonada su discusión con Mariló Montero durante una prueba de exteriores. En realidad, una bronca casi maternal de la comunicadora navarra después de uno de los arrebatos del menorquín que, al menos ante las cámaras, parecen desquiciarla. Para Torito, lejos de ser un problema, conseguir estas reacciones (más o menos guionizadas) de sus compañeros es casi un superpoder, parte de su personaje: “Yo siempre he visto este programa en directo. Y, claro, entiendes muchas cosas. En el momento que se emite la prueba de exteriores, que son las doce y pico de la noche, como espectador no te apetece ver cómo se limpia una lubina durante toda una hora”.
Solo un profesional con años de olfato sabe calibrar así los tiempos y las necesidades de un formato. De hecho, Torito dice que “muchas veces piensa más en el programa que en él mismo”. “Llevo 25 años siendo redactor y detrás de las cámaras, y me veo más haciendo un papel de parte del programa que de celebrity”, confiesa. Lo que no quiere decir que no le importe cada semana que acumula en el formato —los participantes cobran por programa— o que no lo exprima todo lo que pueda: [Atención, spoiler a continuación]: “Hay concursantes que dejan cosas para la semana siguiente. Esta semana se ha ido Charo Reina. Llevaba semanas diciendo que se quería poner una bata de cola para cocinar. No dices ‘puedo hacer esto’, hay que hacerlo, porque si no se termina y de MasterChef no te van a llamar nunca más“, reflexiona. Él, insiste, sabe mucho de aprovechar los momentos: “En dos ocasiones no he podido despedirme de mis compañeros en programas. En Zapeando [donde fue colaborador hasta septiembre de 2024], después de dos años, me llamaron y me dijeron: ‘Mañana ya no vuelvas, que hemos prescindido de 10 compañeros’. Y de Telecinco me fui por mi propio pie". Sobre el fin de estas dos experiencias, el colaborador relata con naturalidad que en el programa de LaSexta quisieron “hacer un equipo más pequeño” y que de Telecinco (trabajó, entre otros, en el espacio Viva la vida) pudo irse, después de 20 años y sin finiquito, porque había ahorrado lo suficiente como para no aguantar “gritos y malos modos” por parte de la dirección del programa. “En la tele a veces se permiten cosas que en cualquier empresa de aceitunas no se permitirían”, sentencia.
Ahora Torito está muy agradecido a “la fábrica de sueños”, como se refiere a MasterChef. La propuesta para participar llegó dos años después de haber hecho el primer casting. En aquella ocasión, finalmente, no contaron con él. Iba a ser la edición de Los Morancos y su perfil (cómico, un poco follonero), ya tenía dueños. Tuvo que esperar a la décima para que sonara el teléfono, justo cuando el colaborador llevaba ocho meses sin trabajar: “Entré como un miura”, explica. Aunque medio en broma —va en su ADN—, también cuenta que se hizo el interesante ante la oferta de la productora: “Negocié durante media hora, les dije que me habían llamado del programa de baile, que era mentira. Pero luego cerré el contrato, no puse ningún problema porque hay que ser muy pavo para hacerse de rogar”.
Sobre esos ocho meses en los que estuvo sin trabajar, asegura que no se puso nervioso: “Es normal en la profesión, hay gente que está hasta dos años”. “Yo he trabajado un montón. He tenido la suerte de que siempre he estado en programas muy largos, de mucha duración. Lo normal es que te dure un programa tres meses”. Pero también cuenta que no fue fácil: “Después de Zapeando los proyectos se me cayeron de un día para otro. No tengo representante, me represento a mí mismo. Con 48 años, empiezas a llamar a las productoras, te dicen que no y te planteas que hasta aquí el tema de tele. Lo pasé muy mal hasta que MasterChef sacó la varita mágica”.
Como contó en el segundo programa del concurso, Torito llegó a sentir que la televisión en España ya no quería perfiles como el suyo: “Aquí, en la tele, las canas no se llevan o se llevan mal. Tú ves América y en cualquier informativo todos los reporteros tienen canas y más de 60 años, porque allí la experiencia es un grado. Aquí, a los que somos más mayores, en redes continuamente nos están diciendo: ‘retírate ya, te repites”. Sobre la posibilidad de renunciar a Torito si este llegara a ser un obstáculo para seguir trabajando, duda: “A ver, uno se lo plantea y piensa en renovar el personaje o sacar más a Quique”. Pero también sabe que sería muy complicado: “Soy extremadamente tímido, por eso creé y me encanta el personaje y será muy difícil que lo mate algún día. Lo que se queda detrás de él es una persona tímida, con muchas inseguridades, con muchos miedos, que lo ha pasado mal en muchos momentos de su vida y todo esto me cuesta mucho enseñarlo al público”.
En su casa, “a partir del felpudo”, Torito “se queda fuera” y, “cuanto menos se hable de tele, mejor”. Allí, en el pequeño pueblo de Sevilla en el que vive, “el primer año me hacían muchas fotos, pero ya están hartos de verme”. Ahora, con su resurrección mediática en el talent de cocina de RTVE, cuenta que la gente le baja la ventanilla del coche y le dice: “Tienes que ganar MasterChef”. Desde que se empezó a emitir, ya ha conseguido un trabajo en El Despertador de RNE, presentar un programa en la televisión balear (LALALA, en IB3) y firmar con una plataforma un documental sobre su vida en el que “va a salir mucho Quique”. “Ha llegado un momento en el que ya puede salir —continúa—. Yo tengo un amorodio con Menorca. Es la tierra donde nací, pero siempre me ha costado mucho volver, siempre he hecho un papel de heterosexual y volví siendo homosexual, una trama interna mía. Me van a pagar por un documental y voy a hacer un poco de terapia".
Antes de empezar esta entrevista, en el transcurso de tres minutos, a Torito le paran tres personas que quieren hacerse una foto con él. Se nota el cariño que se ha ido ganando durante sus 25 años de profesión. Es consciente, además, de que MasterChef Celebrity ha ayudado mucho: “Te limpia mucho la imagen”, dice. Y añade: “No creo que me entrevistaras si no estuviera en MasterChef“.