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Así fue la boda de los reyes Felipe VI y Letizia hace 20 años

El 22 de mayo de 2004, Felipe de Borbón, entonces príncipe de Asturias, se casaba con la periodista asturiana en la catedral de la Almudena, con la lluvia como uno de los protagonistas de la jornada. Rescatamos del archivo las imágenes del día de los fotógrafos de EL PAÍS

El rey emérito Juan Carlos, del brazo de su hermana Pilar de Borbón, cruza la plaza de la Armería del Palacio Real, camino a la contigua catedral de la Almudena, acompañados por el repicar de las campanas. Desde hacía casi un siglo no tenía lugar una boda real en España. Fue precisamente la de sus abuelos, los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, el 31 de mayo de 1906.Ricardo Gutiérrez
El novio, del brazo de su madre y madrina, la reina emérita Sofía. Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia, entonces de 36 años, se vistió para su boda con el uniforme de gran etiqueta del Ejército de Tierra, por ser el más antiguo de los tres que integran las Fuerzas Armadas. Doña Sofía eligió un vestido color champán de la diseñadora Margarita Núñez.Luis Magán
La periodista Letizia Ortiz Rocasolano tenía 31 años cuando se casó con el entonces príncipe Felipe. Por primera vez una asturiana se convertía en Princesa de Asturias en los 616 años de existencia del título. Doña Letizia no pudo recorrer a pie y del brazo de su padre y padrino, Jesús Ortiz, los casi 200 metros de alfombra roja desde el Palacio Real a la catedral de la Almudena. Ya chispeaba cuando salió el cortejo y cuando le tocó el turno a ella ya llovía con ganas.Bernardo Pérez
Momentos antes del inicio de la ceremonia, doña Letizia se detuvo en las escaleras de la catedral de la Almudena con el espectacular vestido de novia, obra de Manuel Pertegaz (1918-2014). Cuello en uve de resaltos volados o ‘corola’, en hilo de plata y oro platinado. Bordado con motivos como la flor de lis (versionada en vegetal y heráldica), espigas de trigo y madroños y tréboles. Las mangas, largas, estrechas y terminadas en sobre puños o manoplas con quilla y con los mismos bordados. Por delante, un triángulo subía desde el ruedo con los motivos dispuestos en rampante y en la cola, lo mismo pero abriéndose proporcionalmente. El corte se prolongaba desde los hombros, facilitando el entalle hasta llegar a la cintura, desarrollándose radialmente hasta la envergadura de la cola: 4,5 metros a partir de la cadera, con un perímetro de 16 metros. Ricardo Gutiérrez
Los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía en el interior de la catedral de la Almudena de Madrid. Su boda, el 14 de mayo de 1962 en Atenas, fue más complicada. Para casar a don Juan Carlos, católico, y Sofía, ortodoxa, fueron necesarias tres ceremonias distintas. El clero ortodoxo griego no veía con buenos ojos que la hija mayor del rey de Grecia se casara con un católico. La solución la aportó el entonces papa Juan XXIII: dos bodas (a la que se sumó la civil). La primera, católica, en la catedral de San Dionisio; la segunda, ortodoxa, en la de Santa María, y una tercera, civil, en el salón del Trono del Palacio Real de Atenas.Gorka Lejarcegi
Jesús Ortiz acompaña a su hija al altar. Don Felipe tuvo que esperar 20 minutos a que llegaran. El retraso no fue culpa de la novia: con la alfombra empapada por la lluvia, el servicio de protocolo tuvo que buscar una solución para que la novia no se mojara. Ella y sus damas de honor llegaron en un coche, y los pajes, en un monovolumen.Gorka Lejarcegi
Interior de la catedral de la Almudena durante la ceremonia, a la que acudieron 1.700 invitados, con miembros de 36 casas reales de todo el mundo y una veintena de jefes de Estado y los principales representantes del mundo de la economía, la cultura o el deporte.Gorka Lejarcegi
Don Felipe coloca el ramo delante de ellos. La futura reina lucía unos pendientes de platino con 10 diamantes regalo de sus suegros y la tiara que lució la reina Sofía en su boda en Atenas, conocida como ‘La Prusiana’, de estilo neoclásico, que ya llevó la madre de doña Sofía, la reina Federica, en su boda con el rey Pablo de Grecia. El ramo de la novia, en forma de cascada, estaba compuesto por lirios (uno de los símbolos de la realeza), rosas y azahar (homenaje a la condesa de Barcelona), flor de manzano (por el Principado de Asturias) y espigas (símbolo de fertilidad, esperanza y alegría).Gorka Lejarcegi
Millones de espectadores siguieron la señal de la boda real de Televisión Española a través de 160 operadores de todo el mundo. La británica BBC, las alemanas ARD y ZDF, la portuguesa RTP o la italiana RAI enviaron a sus propios equipos, que en el caso de la ZDF rozó el centenar de profesionales desplazados a Madrid. Un total de 4.878 periodistas procedentes de 45 países se acreditaron para cubrir el evento. RTVE no cobró nada por la señal institucional, en la que no emitió publicidad. El vídeo con las imágenes de la boda se vendió a 5,95 euros, cuyos beneficios se destinaron a las víctimas del 11-M.Carles Francesc
Los compañeros de promoción de Don Felipe de las tres academias militares forman con sus sables un arco en honor a los novios a la salida de la catedral de la Almudena.Ricardo Gutiérrez
Los invitados se protegen con paraguas de la lluvia al final de la ceremonia.Uly Martín
Los vecinos de la avenida Ciudad de Barcelona, enfrente de la basílica de Atocha, esperan la llegada de los novios durante su recorrido por las calles de Madrid. Manuel Escalera
La comitiva real pasa junto al Bosque de los Ausentes en la glorieta de Atocha. Homenaje a las 192 víctimas de los atentados del 11 de marzo, un árbol por víctima, se instaló expresamente para la boda de los Príncipes. Tras la ceremonia, el Ayuntamiento de Madrid decidió trasladarlo y reconstruirlo en el vecino parque del Retiro, con el nombre de Bosque del Recuerdo.Julián Rojas
Los novios escuchan, cogidos de la mano, al coro Príncipe de Asturias ante el altar de la virgen de Atocha, donde depositaron el ramo de la novia. Los Príncipes de Asturias tuvieron que entrar por la deslucida puerta lateral debido a que la alfombra roja instalada estaba impracticable por la lluvia. Patrimonio Nacional, propietario de la iglesia, había decorado y pintado la entrada principal, donde se encontraba el público. La Virgen de Atocha, vinculada a los Reyes de España desde hace siglos, ya había sido testigo en 1879 de otra boda real, la de Alfonso XII y María Cristina de Habsburgo. Desde Isabel II, los infantes españoles son ofrecidos a la virgen. A la salida paró de llover.Manuel Escalera
El Rolls-Royce Phantom IV que utilizaron los novios en su paseo por las calles de Madrid es uno de los tres que tiene la Casa Real. Este fue encargado en 1948 y entregado en 1952. Para la boda fue enviado a Inglaterra, donde le colocaron el blindaje acristalado y le instalaron un sistema de climatización. Como curiosidad, el emblema alado, conocido como el Espíritu del Estáis, está arrodillado en señal de respeto al alto rango de sus ocupantes.Carles Francesc
Unas chicas con los nombres de los novios pintados en sus caras. Miles de personas de toda España llegaron a Madrid para presenciar el acontecimiento. Algunas iniciativas fueron curiosas. El periódico ‘La Voz de Asturias’ realizó un sorteo ante notario entre sus lectores y 1.000 afortunados ganadores viajaron a la capital en autobús para vivir el enlace.Carles Francesc
El operativo de seguridad estuvo formado por más de 23.000 funcionarios que fueron movilizados para la ocasión. Policías nacionales de distintas provincias así como los alumnos de la academia de Ávila, guardias civiles y reales y policías municipales. Se desplegaron 200 francotiradores en las azotas del recorrido de los novios por Madrid. Además, decenas de helicópteros policiales, un F-18 y un AWACS de la OTAN vigilaban desde el aire.Santos Cirilo
Felipe y Letizia, saludan desde el interior del Rolls-Royce Phantom IV en el que recorrieron las principales calles del centro de Madrid.Gorka Lejarcegi
El público llena la plaza de Oriente frente al Palacio Real. La alegría que se respiraba desde primeras horas se convirtió en resignación y frustración con la lluvia que no cesó desde el principio de la ceremonia. La gente se refugió en los soportarles y en los bares de la zona para seguir la boda a través de las pantallas. Gorka Lejarcegi
Los novios se abrazan en el balcón del Palacio Real de Madrid. A pesar de la insistencia del público presente en la plaza de Oriente, a todo lo que llegaron los novios fue a un casto beso, que decepcionó a los presentes después de horas de espera.Gorka Lejarcegi
Los hijos de la infanta Elena, Felipe y Victoria Federica, posan con los novios y los reyes eméritos. El menú del banquete nupcial, del restaurante Jockey (que llevaba 18 años sirviendo las cenas de gala en el Palacio Real), consistió en entrantes variados, con jamón de Jabugo, queso manchego con regañadas, tartaletas de 'esqueixada', canapés de gamonedo con manzanas, 'mousse' de pescado de roca, patatas rellenas de changurro, vieiras fritas empanadas, tostas de champiñón, puntas de espárragos verdes fritas y tirabuzones de lenguado. Eso de aperitivo. De comida, tartaleta de hojaldre con frutos de mar y capón asado en tomillo, frutos secos, tarta (de dos metros de altura) y café. Los vinos, españoles, blanco Rías Baixas y Rioja Gran Reserva de 1994. Ricardo Gutiérrez
La boda contó con la presencia de las 10 casas reales de Europa, además de una amplia representación de monarquías de Asia y Oriente Próximo. El emperador de Japón, Naruhito, las reinas Rania y Noor de Jordania, los reyes Alberto, Paola y Fabiola de Bélgica, la reina Margarita de Dinamarca, la reina Beatriz de Holanda, los príncipes Haakon y Mette-Marit de Noruega, Farah Diba y su hijo mayor, el Agá Khan, el príncipe Mulay Rachid, hermano del rey de Marruecos, los príncipes Alberto, Carolina de Mónaco o el heredero británico, el príncipe de Gales, fueron algunos de los invitados.Ricardo Gutiérrez