La vida de Oscar Pistorius tras salir de la cárcel: sin trabajo, voluntario en una iglesia y refugiado en la mansión de su tío

El exatleta paralímpico está en libertad condicional desde hace tres meses después de pasar casi nueve años en prisión por matar a su novia, pero sus antiguas amistades lo han condenado al ostracismo y el Comité Paralímpico Internacional se niega a contratarle: “Es demasiado tóxico”

El atleta paralímpico sudafricano Oscar Pistorius en su llegada al Tribunal Superior de Gauteng del Norte, el 6 de julio de 2016 en Pretoria, Sudáfrica.Anadolu (Getty Images)

El 14 de febrero de 2013, el día de San Valentín, el atleta paralímpico sudafricano Oscar Pistorius, ahora de 37 años, mató a su novia, la modelo Reeva Steenkamp, de entonces 29 años. Pistorius, que en ese momento se encontraba en la cima de su carrera deportiva, la mató disparando hasta en cuatro ocasiones a través de la puerta del baño de su casa en Pretoria (Sudáfrica), cuando ella se encontraba dentro. Él admitió haberla disparado, pero afirmó que la había confundido con un ladrón. Desde entonces, su vida ha sido una sucesión de co...

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El 14 de febrero de 2013, el día de San Valentín, el atleta paralímpico sudafricano Oscar Pistorius, ahora de 37 años, mató a su novia, la modelo Reeva Steenkamp, de entonces 29 años. Pistorius, que en ese momento se encontraba en la cima de su carrera deportiva, la mató disparando hasta en cuatro ocasiones a través de la puerta del baño de su casa en Pretoria (Sudáfrica), cuando ella se encontraba dentro. Él admitió haberla disparado, pero afirmó que la había confundido con un ladrón. Desde entonces, su vida ha sido una sucesión de condenas y apelaciones. Primero fue condenado a cinco años de cárcel por homicidio imprudente, luego a seis, y más tarde la pena se elevó a 15 años de prisión. Al final, la condena quedó fijada en 13 años y cinco meses, al descontar el tiempo que ya había pasado entre rejas. Fue puesto en libertad condicional el 5 de enero de este 2024, 11 años después de asesinar a su novia y tras casi nueve años en la cárcel. Tres meses después, el exatleta está en tierra de nadie.

Oscar Pistorius vive ahora refugiado en la lujosa mansión de tres pisos de su tío Arnold en Pretoria. Sin duda, es una gran mejora en cuanto a alojamiento se refiere, después de pasar casi una década en una celda. Pero según apuntan medios, como The New York Post, a Pistorius le surgen nuevos problemas en su nueva vida en semilibertad, después de que sus antiguos amigos lo hayan condenado al ostracismo y nadie se plantee ayudarle a encontrar trabajo.

Según el medio estadounidense, el exatleta se ha puesto en contacto con al menos dos miembros del Comité Paralímpico Internacional para preguntar sobre la posibilidad de trabajar juntos de alguna manera, pero ha sido rechazado en su intento de volver al mundo deportivo. “Es demasiado tóxico para trabajar con él ahora. Aquí no hay nada para él”, reconoció uno de los miembros al periódico.

Así que, en el plano laboral, se ha visto obligado a cambiar la pista de atletismo por la iglesia. El medio estadounidense asegura que actualmente trabaja como voluntario en NG Kerk Waterkloof, la iglesia cristiana a la que acude su tío, donde realiza tareas de mantenimiento y conserjería. “Asiste en silencio a los servicios”, afirma el diario, que se ha puesto en contacto con varios feligreses. Una de ellas admite que está irreconocible: “Tiene el pelo más largo y barba. Tampoco es tan delgado como esperaba. Nunca sabrías que es un atleta”. Otro asegura que no es amigable ni extrovertido y que nunca sonríe: “Es solo una sombra de lo que una vez fue”.

Oscar Pistorius durante los Juegos Olímpicos de Londres 2012.Ian MacNicol (Getty Images)

Pistorius, que hizo historia en 2012 al convertirse en el primer atleta doblemente amputado en competir en unos Juegos Olímpicos y cuenta con varias medallas en su palmarés deportivo, estará vigilado hasta que su sentencia termine oficialmente. Y eso será en 2029. Un agente de libertad condicional lo visita a horas aleatorias del día, según confirma el Departamento Correccional sudafricano. Además, está sujeto a pruebas periódicas de alcohol y de drogas. También tiene prohibido ponerse en contacto con la familia de Steenkamp. “Tenía que salir, es inevitable”, lamentó la madre de Reeva en una entrevista televisiva después de la liberación del exatleta a principios de este año. “No va a hacer ninguna diferencia en mi vida”, reconoció.

Durante su libertad condicional, también tiene prohibido publicar en redes sociales, dar entrevistas o lanzar un libro de memorias sobre su vida —lo que seguramente mejoraría el estado de su cuenta corriente—. Por tanto, de momento pasa los días entre la iglesia y la mansión de su tío, en el exclusivo suburbio de Waterkloof. El complejo, según The New York Post, tiene guardias armados, defensas electrónicas y varios “perros de ataque”. Todo medidas de seguridad que en este caso lo protegen del exterior, al contrario de lo que ha vivido durante estos años de condena en la cárcel.

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