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Las espectaculares pamelas y sombreros de las carreras de Ascot, en imágenes

La competición hípica que se celebra en la campiña británica va mucho más allá de las carreras de caballos, es uno de los eventos sociales más importantes del Reino Unido, la oportunidad de lucir llamativos complementos y de ver a miembros de la familia real. Carlos III y Camila no se han querido perder la edición de este año, que ha tenido un recuerdo para la fallecida reina Isabel y se celebra del 20 al 24 de junio

Desde la muerte de Isabell II en septiembre de 2022, la agenda de Carlos de Inglaterra y su esposa Camila está repleta de primeras veces. La última, su primera aparición como reyes en las carreras de caballos de Royal Ascot, que se celebran en el condado de Berkshire del 20 al 24 de junio. En la imagen, ambos en el primer día del que es uno de los eventos sociales más importantes del año en el Reino Unido.NEIL HALL (EFE)
Los reyes acudieron tanto a la primera jornada como a la segunda. Este era un evento marcado en el calendario de la reina Isabel, dueña de algunos de los caballos que se han visto en competición a lo largo de los años (20 de ellos ganadores) y gran aficionada a la hípica. El año pasado, Isabel II no pudo acudir por sus problemas de movilidad. En la imagen, Carlos III y Camila en un coche de caballos durante la llamada Royal Procession.JOHN SIBLEY (REUTERS)
Este 2023, la competición ecuestre ha querido tener un recuerdo a la difunta reina: la carrera The Platinum Jubilee Stakes, que se celebra la última jornada, pasará a llamarse The Queen Elizabeth II Jubilee Stakes. Royal Ascot también recordará a la fallecida monarca con una exhibición fotográfica instalada en el hipódromo.JUSTIN TALLIS (AFP)
La historia de Royal Ascot se remonta a 1711 y a la reina Ana de Gran Bretaña, aunque el evento tal y como se conoce hoy empezó a tomar forma en 1807, cuando se entregó la primera The Gold Cup, la carrera más antigua de la competición. Una competición hípica en la que es tradición ver a miembros de la familia real británica. En la edición de este año ya se han dejado ver los duques de Edimburgo.ANDREW BOYERS (REUTERS)
Ha habido más miembros de la familia real británica que no se han perdido la competición, entre ellos la princesa Ana —hermana de Carlos de Inglaterra— y su hija, Zara Tindall, quien fue la encargada de entregar uno de los trofeos en la segunda jornada de Ascot.ANDREW BOYERS (REUTERS)
En el segundo día de las carreras de Ascot se pudo ver a la reina Camila charlando con su exmarido, Andrew Parker Bowles (a la izquierda de la foto).Samir Hussein (WireImage / getty)
El tercer día del Royal Ascot, como es tradición desde el siglo XIX, marca la celebración del Ladies Day. Una jornada que marca el ecuador del evento y que tampoco se han querido perder Carlos III y Camila. Para la ocasión, la reina lució un broche heredado del joyero de Isabel II.DPA vía Europa Press (DPA vía Europa Press)
Para asistir a las carreras hay que seguir un código de vestimenta. Los inicios de estas normas se remontan a principios del siglo XIX, cuando Beau Brummel decretó que “los hombres elegantes deberían usar abrigos negros entallados y corbatas blancas con pantalones”, tal y como recuerda Ascot en su página web.ANDREW BOYERS (REUTERS)
El código de vestimenta sufre pequeñas variaciones según el día de competición. En cualquier caso, establece que siempre es obligatorio que las mujeres luzcan sombrero, aunque se aceptan otros complementos para la cabeza siempre que tengan más de 10 centímetros de diámetro. TOBY MELVILLE (REUTERS)
En cuanto a los hombres, una de las normas establecidas es que siempre deben llevar calcetines que les cubran los tobillos. En la zona conocida como Royal Enclosure, ellos deben lucir traje que solo puede ser de color negro, gris o azul marino. En el área llamada Queen Anne, se les exige un traje de dos o tres piezas, y el material de la chaqueta y los pantalones, así como el color, debe ser el mismo.JUSTIN TALLIS (AFP)
Más allá de la competición ecuestre, si por algo se ha hecho conocido Ascot es por la exhibición de pamelas y sombreros que lucen sus asistentes.JOHN SIBLEY (REUTERS)
Las opciones de complementos son de lo más variadas, y van desde tradicionales pamelas (los menos) a excéntricos tocados, que captan toda la atención de asistentes y fotógrafos. Alastair Grant (AP)
Sí existe una excepción para no lucir sombrero en Ascot: si uno se pone un traje regional, y dicha vestimenta no lleva sombrero, entonces uno puede librarse de cubrirse la cabeza.TOBY MELVILLE (REUTERS)
Royal Ascot se ha convertido en el evento social más importante del calendario británico. En la imagen, dos de las asistentes a la tercera jornada de la competición, este 22 de junio.TOBY MELVILLE (REUTERS)
Según las actuales normas de vestimenta, las mujeres pueden acudir a las carreras vistiendo un traje. Eso sí, tal y como sucede con el traje masculino, la chaqueta y los pantalones tienen que ser del mismo material y color.JOHN SIBLEY (REUTERS)
Las flores siempre han sido uno de los recursos más utilizados en los sombreros. En la imagen, una de las asistentes a las carreras del 21 de junio de 2023.ANDREW BOYERS (REUTERS)
Otro de los arreglos florales lucido por una de las asistentes a Royal Ascot. JUSTIN TALLIS (AFP)
Las normas habituales de la vestimenta para ellas indican, por ejemplo, que los vestidos y las faldas deben caer por debajo de la rodilla o más. Associated Press/LaPresse (APN)
Los vestidos y blusas deben tener tirantes grandes, y no se permiten vestidos sin tirantes o con tirantes finos ni transparentes, con hombros descubiertos ni escotes agarrados al cuello.ANDREW BOYERS (REUTERS)
Ambiente en las gradas de Royal Ascot durante el primer día de carreras, el 20 de junio de 2023. NEIL HALL (EFE)
La princesa Beatriz de York, hija del príncipe Andrés —hermano de Carlos III— y Sarah Ferguson, durante el primer día de Ascot.TOBY MELVILLE (REUTERS)
Detalle de un chaleco con motivos egipcios lucido por uno de los asistentes a las carreras de Ascot.JUSTIN TALLIS (AFP)
El acceso al hipódromo donde se celebran las carreras de Ascot, situado al oeste de Londres.TOBY MELVILLE (REUTERS)