Benedict Cumberbatch y su familia, amenazados en su casa por un chef armado con un cuchillo
Hace unas semanas, un cocinero insultó desde el jardín y arrancó el telefonillo de la residencia en Londres en la que se encontraban el protagonista de ‘Doctor Strange’, la directora teatral Sophie Hunter y sus tres hijos, según se conoce ahora
El misterio que rodea esta historia parece sacado de un capítulo de Sherlock, la exitosa serie de la BBC basada en el célebre personaje de Arthur Conan Doyle que, hace ya más de una década, lanzó a la fama mundial al actor Benedict Cumberbatch. Pero ahora es él el investigado, que no el investigador, por un extraño suceso ocurrido en su mansión de Londres hace unas semanas y que acaba d...
El misterio que rodea esta historia parece sacado de un capítulo de Sherlock, la exitosa serie de la BBC basada en el célebre personaje de Arthur Conan Doyle que, hace ya más de una década, lanzó a la fama mundial al actor Benedict Cumberbatch. Pero ahora es él el investigado, que no el investigador, por un extraño suceso ocurrido en su mansión de Londres hace unas semanas y que acaba de salir a la luz. Insultos, cuchillos, un cocinero y tres niños aterrorizados protagonizan un relato que, lejos de ser ficción, ha colocado al intérprete y a su familia en el foco mediático y ha despertado la preocupación de los británicos.
Tal y como publica ahora la prensa del Reino Unido, el suceso se produjo hace varias semanas, al menos un mes, pero no se ha dado a conocer la fecha exacta. El actor, de 46 años; su esposa, la directora teatral Sophie Hunter, de 45; y sus tres hijos —Christopher, de siete años; Hal Auden, de cinco; y Finn, de cuatro— estaban en su casa del norte de Londres, valorada en más de cuatro millones de euros, cuando comenzaron a escuchar gritos provenientes del jardín. Un hombre accedió hasta la puerta de la residencia y empezó a insultar a gritos a la familia. “Sé que te has mudado aquí y espero que arda”, bramaba. Además, arrancó una de las plantas y la lanzó contra una de las paredes de la casa, escupió en el telefonillo de la familia y llegó a arrancarlo con un cuchillo de cocina.
El hombre en cuestión es Jack Bissell, de 35 años, cocinero que trabajó en el Beaumont, un lujoso hotel de cinco estrellas situado en Mayfair, una de las zonas más céntricas y lujosas de la capital británica. Fue chef de partie —es decir, uno de los cocineros de línea que se encargan de un producto o de una elaboración específica— en el establecimiento durante dos periodos, entre 2017 y 2018 y también entre 2019 y 2020. Se desconoce si tenía algún tipo de relación con Cumberbatch, Hunter o su familia.
“Como es natural, toda la familia estaba absolutamente aterrorizada y pensaron que ese hombre iba a entrar en su casa y a hacerles daño”, ha afirmado una fuente cercana a ellos a los medios británicos que han dado la noticia, como el Daily Mail, que la adelantaba en exclusiva la tarde del lunes. “Por suerte nunca llegó tan lejos. Benedict y Sophie han pasado muchas noches sin dormir, preocupados por convertirse otra vez en un objetivo”.
No se ha sabido cuándo tuvo lugar la intrusión de Bissell, pero sí que el 10 de mayo acudió a los tribunales de Wood Green, un barrio al norte de Londres, para declarar, según se ha conocido ahora, cuando los medios han accedido a la sentencia. No llevó abogados defensores y se declaró culpable. Su condena ha consistido en una multa de 250 libras (casi 290 euros) y en una orden de alejamiento durante tres años de la familia Cumberbatch-Hunter y de la zona en la que viven. Bissell no aclaró los motivos que lo llevaron a atacar el hogar del dos veces nominado al Oscar, pero sus intenciones eran claras. Al parecer, antes del suceso, compró dos panes de pita en una tienda cercana y le gritó al tendero que iba a ir a la casa de la familia y que iba a “hacerla arder hasta los cimientos”. El cocinero tiene antecedentes, porque fue detenido en 2015 por protestar contra la intervención militar británica en Siria, además de haber sido condenado por robo, por tres delitos contra la propiedad, por uno de orden público y por otro más de drogas.
Ni el intérprete de Doctor Strange ni su familia han aparecido en los medios en las últimas semanas. El actor se encuentra estos días en Nueva York rodando una nueva serie, Eric, un thriller para Netflix donde da vida a un padre que busca a su hijo desaparecido, y no ha hablado del incidente más que a través de ese portavoz familiar. Pero esta no es la primera vez que sufre un incidente similar. En el año 2004, en un rodaje en Sudáfrica, lo secuestraron seis hombres que quisieron encerrarlo en un maletero. “Me enseñó que llegas a este mundo igual que te vas: solo. Me hizo querer vivir una vida algo menos ordinaria”, explicó entonces, como recoge el diario The Telegraph. Además, en 2015 una aficionada a las novelas de Sherlock Holmes rayana en la obsesión, empezó a dejarle lazos rojos en su coche y en su casa, la misma de ahora, a la que la mujer acudió en al menos dos ocasiones. La policía tuvo que intervenir y prohibirle contactar con el actor, y él tuvo que reforzar su seguridad mientras actuaba en el papel de Hamlet en un abarrotado teatro Barbican de Londres.