Una viuda multimillonaria, diamantes y una fortuna construida del expolio nazi: lo que esconde la mayor subasta de joyas de Christie’s
La casa británica saca a la venta 700 piezas de la colección privada de Heidi Horten, esposa del dueño de una cadena de grandes almacenes en Alemania que amasó su riqueza durante la II Guerra Mundial. Se espera que las pujas superen los 150 millones de dólares, una cifra inalcanzada hasta ahora
Escribía Lope de Vega en los versos de su obra La Circe (1624): “Que la sombra de un hombre poderoso / claro en linaje / mil delitos cubre”. Siglos después, Honoré de Balzac también aseguraría: “Detrás de toda gran fortuna hay un crimen escondido”. Muchos elementos oscuros parece esconder la que se anuncia como la mayor subasta de joyas que va a oficiar Christie’s, que tendrá lugar en mayo en Ginebra. La casa británica sacará a la venta 700 joyas de la colecci...
Escribía Lope de Vega en los versos de su obra La Circe (1624): “Que la sombra de un hombre poderoso / claro en linaje / mil delitos cubre”. Siglos después, Honoré de Balzac también aseguraría: “Detrás de toda gran fortuna hay un crimen escondido”. Muchos elementos oscuros parece esconder la que se anuncia como la mayor subasta de joyas que va a oficiar Christie’s, que tendrá lugar en mayo en Ginebra. La casa británica sacará a la venta 700 joyas de la colección privada de Heidi Horten (1941-2022), una coleccionista de arte y filántropa que llegó a ser la mujer más rica de Austria —Forbes valoró su patrimonio en 3.000 millones de dólares— gracias a la fortuna que heredó de su esposo, Helmut Horten, tras su fallecimiento en 1987. El empresario alemán y dueño de la cadena de grandes almacenes Horten AG perteneció al partido nazi y amasó su riqueza durante la II Guerra Mundial.
Fue gracias a esta fortuna que Heidi Horten, quien conoció a su primer esposo cuando ella tenía 19 años y él 51 —se casaron seis años después—, pudo adquirir a lo largo de su vida una gran colección de joyas. Entre sus tesoros, creaciones únicas de Cartier, Harry Winston, Boivin y Van Cleef & Arpels, así como una importante selección de perlas, piezas de jade y creaciones de Bulgari de los años setenta, ochenta y noventa. Su joyero llegó a guardar la perla de María Antonieta, que la heredera austriaca compró en 2018 en una subasta de Sotheby’s por 36 millones de dólares (más de 33 millones de euros), una cifra récord para la casa de subastas.
“Horten construyó una colección muy sofisticada, que combinaba diseños antiguos y modernos de las principales casas de joyería mundiales”, destaca en un comunicado Rahul Kadakia, experto en joyas de Christie’s. Se espera que la venta de la colección supere los 150 millones de dólares (unos 137 millones de euros), una cifra que nunca ha alcanzado la firma. Solo en dos ocasiones han superado los 100 millones de dólares en una subasta: la puja por las joyas de la actriz Elizabeth Taylor, en 2011, y la de las piezas de la realeza india en 2019.
Entre las joyas de este lote destacan el llamado Briolette de India, un collar de diamantes de 90 quilates realizado por la firma Harry Winston y vendido originalmente por Cartier en 1909. También el denominado Gran Mogol, otro collar con colgante de la misma firma, pero en este caso de esmeraldas, y que está valorado entre 500.000 y 700.000 dólares. A estos dos collares se les unen decenas de broches, pendientes de jade y anillos como el llamado Sunrise Ruby, una pieza de Cartier en color rosado de 25 quilates, valorado entre los 15 millones y los 20 millones de dólares.
Christie’s presentará 400 de las 700 joyas en dos subastas en vivo en el hotel Des Bergues de Ginebra (10 y 12 de mayo), y en una venta paralela en línea (entre el 3 y 15 de mayo), además de otra puja que se celebrará en noviembre.
La enorme expectación alrededor de esta colección y de su venta ha propiciado un tour previo de las piezas más importantes, que estarán de gira durante todo el mes de abril para ser apreciadas en ciudades como Hong Kong, Shanghái, Viena, Nueva York, Londres o Singapur. Los beneficios obtenidos por la subasta se destinarán a la Fundación Heidi Horten, con la que se financiarán investigaciones médicas y otras actividades filantrópicas, además del mantenimiento del museo de arte moderno y contemporáneo que la viuda multimillonaria inauguró en Viena el 9 de junio de 2022, apenas tres días antes de su fallecimiento. “Una muerte completamente inesperada”, fueron las palabras que usaron desde el museo para anunciar que Horten había muerto a los 81 años en su casa del lago Wörthersee (Austria).
Una galería privada de arte rodeada de polémica
Las joyas no eran las únicas piezas artísticas por las que Horten, que se casó dos veces más tras enviudar, sentía devoción por coleccionar. Desde los años noventa, empezó a adquirir arte moderno y contemporáneo. Los 1.000 millones de dólares que heredó de su esposo en 1987 la situaron en la lista Forbes de las 500 personas más ricas del mundo y le permitieron ampliar la colección de arte que ya tenía el matrimonio, añadiendo piezas de artistas como Joan Miró, Pablo Picasso, Henri Matisse, René Magritte, Marc Chagall, Jean-Michel Basquiat y Andy Warhol, entre otros. Sus dos primeras adquisiciones, ya como viuda, serían una obra del pintor Moïse Kisling y otra de Emmanuel Mané-Katz, compradas en una subasta en Tel Aviv en 1994.
En 2018, Horten decidió aliarse con el Leopold Museum de Viena y presentar su colección privada en una exposición temporal con más de 170 de sus obras que se llamó WOW! The Heidi Horten Collection, centrada en el expresionismo y el pop americano. Aquella primera toma de contacto con el circuito artístico impulsó a la heredera a perseguir uno de sus sueños: tener un museo propio. Sin embargo, la apertura de este estuvo rodeada de polémica. Las principales críticas a la creación de la galería privada volvieron a estar marcadas por el origen de su inmensa fortuna. Para tratar de aplacarlas, encargó un informe sobre la actividad empresarial de su esposo, cuya conclusión fue que el magnate se aprovechó de la política nazi al adquirir a bajo precio propiedades de judíos expoliados, pero sin que fuera él quien hubiera provocado activamente las usurpaciones. “Me enorgullece, con mi colección y la construcción del museo, haber creado algo duradero, que las futuras generaciones también podrán experimentar cuando visiten mi museo y disfruten del arte que tanto placer me ha dado durante tanto tiempo”, dijo sobre su aspiración museística Horten, unas palabras recogidas en una publicación de la cuenta oficial de Instagram de la pinacoteca el 13 de febrero, con motivo del que hubiese sido su 82º cumpleaños.
Ese sueño de crear algo duradero para las futuras generaciones se culminó hace menos de un año, cuando Horten inauguró la galería privada con un fondo de más de 500 obras en un edificio histórico de 16.000 metros cuadrados en el corazón de Viena, entre la Ópera Estatal y el museo Albertina, que la coleccionista adquirió y adaptó por unos 30 millones de dólares, según contaron entonces los medios locales. “Es el museo de una mujer que construyó en los últimos 35 años una colección fantástica que se encuentra entre las 200 más importantes del mundo”, señaló antes de la inauguración Agnes Husslein-Arco, directora del Heidi Horten Collection. Una colección que comenzó a construir en otra subasta histórica, cuando en apenas unas horas la rica heredera gastó hasta 22 millones de dólares en una puja de arte de Sotheby’s en 1996, adquiriendo piezas de Francis Bacon, Pierre-Auguste Renoir o Paul Klee entre otros. Una cifra, que de cumplirse los augurios, puede que también se gaste algún postor en sus joyas.