La actriz Judi Dench ya no puede leer ni escribir por sus problemas de visión

“No me quiero retirar. No estoy haciendo mucho ahora porque no puedo ver. La cosa está mal”, asegura la intérprete británica, que padece degeneración macular desde hace una década

La actriz británica Judi Dench, en un estreno en Londres el pasado 9 de octubre.John Phillips (Getty Images for BFI)

Era febrero de 2012 cuando la actriz Judi Dench confesaba que padecía una enfermedad visual degenerativa: una degeneración macular que puede derivar en ceguera total. Ha pasado algo más de una década, y ahora la intérprete, de 87 años, ha contado en una entrevista para un programa de la BBC cómo se encuentra, y la cosa, según explica, no está bien. “No me quiero retirar. No estoy haciendo mucho por ahora porque no puedo ver. La cosa está mal”, relata al premiado documentalista Louis Theroux. Una ent...

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Era febrero de 2012 cuando la actriz Judi Dench confesaba que padecía una enfermedad visual degenerativa: una degeneración macular que puede derivar en ceguera total. Ha pasado algo más de una década, y ahora la intérprete, de 87 años, ha contado en una entrevista para un programa de la BBC cómo se encuentra, y la cosa, según explica, no está bien. “No me quiero retirar. No estoy haciendo mucho por ahora porque no puedo ver. La cosa está mal”, relata al premiado documentalista Louis Theroux. Una entrevista en la que también cuenta que ya no es capaz de leer ni de escribir por sus problemas de visión.

En el adelanto del programa, que se emitirá la semana que viene, la intérprete, con una reconocida trayectoria de seis décadas en cine, teatro y televisión, da algunos detalles sobre cómo es su día a día debido a la enfermedad que padece. Según cuenta Dench, durante una cena reciente en compañía de su pareja, David Mills —un naturalista ocho años menor que ella—, este tuvo que cortarle la comida. “Fui a una cena hace unas semanas, una cena bastante importante. Estaba tan oscuro que le dije a mi compañero David, que estaba a mi lado, ‘¿tengo algo en mi plato?’. Él dijo que sí. Dije: ‘¿Es necesario cortarlo?’. Entonces él dijo: ‘Sí’. Y yo dije: ‘¿Lo harías?’. Lo cortó y me entregó algo en un tenedor, y así es como lo comí”, explica sin perder la sonrisa.

La ganadora de un Oscar (tiene otras siete nominaciones, además de dos Globo de Oro y nueve BAFTA) por su corta interpretación de la reina Isabel en Shakespeare enamorado (1998), conocida también por su papel como M en varias entregas de la saga James Bond, asegura en la entrevista que quiere seguir actuando a pesar del avanzado estado de su degeneración macular. Está decidida a enseñarse a sí misma una nueva forma de aprender que le permita seguir vinculada al mundo de la interpretación, en la que se apoyará de su memoria fotográfica. Y asegura estar rodeada de mucha gente que puede ayudarla.

El pasado mes de enero, la artista británica también habló en otra entrevista de cómo mantener su independencia con el paso de los años le resultaba cada vez más difícil. Lo hizo en la revista Saga, en la que contó cómo tras tropezar con una alfombra de su casa de Surrey —escenario en el que recibe ahora a Theroux— estuvo media hora en el suelo incapaz de levantarse. Desde que anunció su enfermedad, también ha explicado sus dificultades para reconocer rostros o cómo son las personas de su alrededor quienes le leen los guiones que le llegan. La degeneración macular es la causa más común de pérdida de visión entre personas de edad avanzada, y se caracteriza por causar una pérdida progresiva de la visión central; los primeros síntomas suelen aparecer en los 50 o 60 años.

Tras su entrevista, el documentalista Louis Theroux, en cuyo programa también entrevistará a artistas como el rapero Stormzy o la cantante Rita Ora, ha dicho que lo que se percibe de la actriz es su “falta de voluntad para aceptar su especie de estatus como tesoro nacional ampliamente reconocido”. De hecho, cuando le interpela al respecto se lleva un insulto cariñoso por parte de Dench. “Cada vez que sale a hacer algo de cierta profundidad es una especie de lucha porque quiere probarse a sí misma de nuevo y, además, se suma un grado de inseguridad acerca de si es lo suficientemente buena, lo que la hace tan extraordinaria”. Su incansable espíritu ella lo lleva tatuado en la muñeca: Carpe Diem, un tatuaje que se hizo para celebrar su 81º cumpleaños.

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