Emilia Clarke: “Con la cantidad de cerebro que tengo inutilizado, es increíble que sea capaz de hablar”
La estrella de ‘Juego de tronos’, que sufrió dos aneurismas tras el rodaje de la primera temporada de la serie, ha declarado que le falta “bastante” masa cerebral
Como Daenerys Targaryen, la actriz Emilia Clarke (35 años) también ha vivido sus propias batallas. Precisamente batalla fue la palabra que escogió en una pieza escrita en primera persona y publicada en marzo de 2019 para el New Yorker, donde la actriz desveló que sufrió dos aneurismas tras la primera temporada de ...
Como Daenerys Targaryen, la actriz Emilia Clarke (35 años) también ha vivido sus propias batallas. Precisamente batalla fue la palabra que escogió en una pieza escrita en primera persona y publicada en marzo de 2019 para el New Yorker, donde la actriz desveló que sufrió dos aneurismas tras la primera temporada de Juego de tronos, a principios de 2011. En una reciente entrevista para el programa de la BBC One Sunday Morning, la actriz ha vuelto a hablar de aquella experiencia que vivió hace más de 10 años con cierto asombro, explicando que le falta “bastante” parte de su cerebro: “Con la cantidad de cerebro que tengo inutilizado, es increíble que sea capaz de hablar, a veces articuladamente, y vivir mi vida con total normalidad sin absolutamente ninguna repercusión”.
“Pertenezco a una muy, muy, muy pequeña minoría de personas que sobreviven a eso”, ha añadido la actriz. “¡Falta bastante [cerebro]! A veces hasta me provoca risa. En los accidentes cerebrovasculares, básicamente, en cuanto cualquier parte del cerebro no recibe sangre durante un segundo, desaparece. Y así, la sangre encuentra una ruta diferente para moverse, pero luego, lo que sea que falta, desaparece”.
En su artículo del año 2019, la intérprete reveló el estrés al que estuvo sometida tras emitirse la primera temporada de la serie, donde pasó, de la noche a la mañana, de ser una completa desconocida a una de las caras más famosas de la televisión. Un éxito que, al principio, no tuvo claro de qué manera gestionar: “Estaba aterrada. Aterrorizada por la atención, por un negocio que apenas entendía, por hacer honor a la confianza que los creadores de Juego de Tronos habían puesto en mí. Me sentí, en todos los sentidos, expuesta. En el primer episodio aparecí desnuda y a partir de ahí siempre me hice la misma pregunta: ‘Haces de una mujer fuerte y, sin embargo, te quitas la ropa. ¿Por qué? ¿Cuántos hombres debo matar para demostrar mi valía?”. Una situación agravada al darse cuenta de que había empezado a convertirse en un modelo a seguir por las más jóvenes ―”las chicas se vestían con pelucas rubio platino y túnicas para ser Daenerys”―.
Fue durante una sesión con un entrenador personal cuando la actriz comenzó a sentir una fuerte presión en la cabeza. Minutos después, se desmayó en el vestuario. “Una nube de inconsciencia se posó sobre mí. Como nadie sabía qué me pasaba, los médicos y las enfermeras no podían administrarme medicamentos para aliviar el dolor. Finalmente, me hicieron una resonancia magnética, una exploración del cerebro. El diagnóstico fue rápido y siniestro: una hemorragia subaracnoidea (SAH, por sus siglas en inglés), un tipo de accidente cerebrovascular potencialmente mortal, causado por una hemorragia en el espacio que rodea el cerebro. Tuve un aneurisma, una ruptura arterial”, relató la actriz. Y tuvo que someterse a una primera operación.
Tal y como ha confesado en el mismo texto y en algunas entrevistas más tarde, lo peor para ella fue sufrir un episodio de afasia, un trastorno del lenguaje que se caracteriza por la incapacidad o la dificultad de comunicarse mediante el habla: “De mi boca salían palabras sin sentido alguno y entré en pánico. Nunca había experimentado un miedo como ese. Podía ver mi vida pasar por delante y no valía la pena vivirla. Yo soy actriz, necesito recordar mis textos, y ahora no podía recordar ni mi nombre”.
Por suerte, los médicos consiguieron dar con el problema a tiempo y la actriz pudo recuperarse antes de comenzar a rodar la segunda temporada de la exitosa serie de HBO. “Fue como: ‘De verdad, es algo muy pequeñito, estoy bien”, rememoraba en abril de 2019 en el programa CBS Sunday Morning. “Y sí, realmente estaba mucho mejor, seis semanas después estaba en el rodaje”. Sin embargo, le descubrieron otro aneurisma por el que tuvo que ser operada dos años después. El proceso de recuperación de la primera operación fue “difícil, pero el segundo fue mucho más duro”, confesaba Clarke. “Pasé por un periodo de estar muy baja de ánimos, la verdad, pero llegas al plató y tienes que interpretar a esa enorme mujer, y tienes que pasar a través del fuego. Creo que eso me salvó de darle vueltas a mi mortalidad”.
Desde entonces, Emilia Clarke ha compaginado su carrera como actriz con su labor filantrópica a través de la asociación benéfica que ella misma ha creado, denominada Same You, cuyo objetivo es brindar tratamiento a las personas que se recuperan de lesiones cerebrales en el Reino Unido y en Estados Unidos.