Shaquille O’Neal, el rey de las franquicias: 155 hamburgueserías, 40 gimnasios y una fortuna de 400 millones

El exjugador de la NBA se ha formado con un doctorado en Educación, un máster en negocios y ha sido dueño de un centenar de restaurantes Five Guys, 150 lavaderos de coches o una sala de cine y dirige su propia cadena de comida rápida

Shaquille O'Neal, estrella de la NBA y director de diversión de Carnival Cruise Line, muestra los platos de su empresa de comida rápida Big Chicken que ofreció para la celebración de Mardi Gras en 2020 en Nueva York.MIKE COPPOLA (Getty Images for Carnival Cruise)

Muchos de los asistentes a la convención anual que la Asociación Internacional de Franquicias celebró el pasado febrero en San Diego (California, Estados Unidos) pudieron sorprenderse al descubrir que el exjugador de la NBA Shaquille O’Neal (Newark, 50 años) era uno de los oradores principales del congreso. “Aprendí del gran Magic Johnson que está bien ser una estrella del baloncesto, pero en algún momento toca pensar en hacer negocios e invertir”, admitía ...

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Muchos de los asistentes a la convención anual que la Asociación Internacional de Franquicias celebró el pasado febrero en San Diego (California, Estados Unidos) pudieron sorprenderse al descubrir que el exjugador de la NBA Shaquille O’Neal (Newark, 50 años) era uno de los oradores principales del congreso. “Aprendí del gran Magic Johnson que está bien ser una estrella del baloncesto, pero en algún momento toca pensar en hacer negocios e invertir”, admitía O’Neal en una entrevista a la televisión CNBC durante el evento.

Atrás ha quedado aquel joven deportista que con 21 años gastó su primer millón en un día, tras su fichaje por los Orlando Magic en 1992. Ahora O’Neal, y gracias a sus 19 temporadas como deportista profesional y a sus inversiones en distintas franquicias de restauración y comida rápida, entre otros negocios, atesora un patrimonio de 400 millones de dólares (algo menos de 380 millones de euros), además de estar entre los cinco jugadores más ricos de la NBA, solamente precedido de Michael Jordan, Magic Johnson, Junior Bridgeman y, sobre todo, Lebron James, con 1.000 millones.

“La franquicia es un modelo simple. Si funciona, sigues las reglas y seguirá funcionando... Si te mantienes dentro de los valores que has aprendido, no puedes equivocarte”. Con esta filosofía es con la que O’Neal, que tiene un MBA (un máster en administración de empresas) por la Universidad de Phoenix (Arizona) y un doctorado en Educación, se ha convertido en el rey de la franquicia. “Es solo algo para tener en mi currículum para cuando vuelva a la realidad. Algún día podría tener que dejar una pelota de baloncesto y tener un horario regular de 9 a 5 como todos los demás”, aseguraba el jugador en su ceremonia de graduación hace una década.

Desde que en 2011 anunciara su retirada, la extrella de la NBA se ha convertido en propietario de 155 establecimientos de la hamburguesería Five Guys, lo que suponía el 10% del total de la empresa, que más tarde vendería. Además, O’Neal es dueño de 17 restaurantes Auntie Anne’s Pretzels, una cadena estadounidense especializada en dulces, y ha invertido en nueve restaurantes de Papa John’s, otra franquicia estadounidense de pizzas y comida rápida.

Además de poner su dinero en 150 lavaderos de coches, ser dueño de 40 gimnasios que abren las 24 horas y de una sala de cine en su Newark natal, también dirige su propia cadena de comida rápida. En 2018, fundó la marca de sándwiches de pollo Big Chicken. Con más de 10 establecimientos en la ciudad de Las Vegas, el empresario busca que su nueva empresa se expanda por otras ciudades estadounidenses como Austin y Phoenix, además de incluirla como menú dentro de la compañía de cruceros Carnival, de la que se autodenomina “el CEO de la diversión”. Su pasión por la comida ha desembocado incluso en un libro de recetas que publicó a principios de abril. Con una portada con hamburguesas, brownies y pollo frito, El estilo familiar de Shaq, como se llama el título, anuncia “recetas de campeonato para dar de comer a familia y amigos”. Él mismo dice en el texto que quería llamarlo “recetas para torpes” y que optó por recetas sencillas de su niñez: “Por cosas que adoro comer, lugares en los que he estado, gente que amo, cosas en las que creo y algunas de mis mejores invenciones”, afirmaba, en referencia precisamente a las recetas de Big Chicken.

Creer en el negocio y seguir tu instinto

El que fuera ganador de cuatro anillos en la liga de baloncesto más famosa ha declarado en numerosas entrevistas que siempre ha sido consciente que el dinero llegaba muy fácil a sus manos y también podía volatilizarse a la misma velocidad. Lejos está el pívot de Los Ángeles Lakers de pertenecer a ese 60% de los exjugadores de la NBA que se arruinan cinco años después de su jubilación, según un estudio publicado en la revista Sports Illustrated. Entre estos últimos, figuras como Dennis Rodman o Scottie Pippen.

Cuando el también conocido como Shaq se retiró de la NBA, había ganado como jugador más de 292 millones de dólares (277 millones de euros) en salario, además de otros 220 millones de dólares (209 millones de euros) en patrocinios y anuncios de marcas como Oreos, Pepsi o Reebok. Pero antes de decir adiós a las canchas, O’Neal ya había hecho su gran inversión: comprar acciones de Google. “Escuché a dos personas hablar sobre un buscador y su funcionamiento y me ofrecieron invertir en él, y aposté por ello”, explicaría en 2019 en una entrevista al diario The Wall Street Journal.

En la misma entrevista, el deportista también confesaría que su éxito como empresario se basa en no invertir ni hacer nunca publicidad en una empresa cuyos productos no utilizaría él mismo. “Mi habilidad es que si algo se cruza en mi camino y no creo en ello, ni siquiera pierdo el tiempo en mirar”, explicaba O’Neal. El deportista lo ejemplifica, en la misma charla, con su rechazo a la oferta que recibió de la compañía de cereales Wheaties, que le propuso aparecer en sus cajas, pero él se negó porque sus favoritos eran de la competencia, la compañía Fruity Pebbles, en donde finalmente apareció.

Aunque seguir sus instintos, como él mismo reconoce, no siempre le ha funcionado a la hora de decidir invertir o no en un proyecto. El que también es DJ, actor y tertuliano de programas de baloncesto, recordaba cómo uno de sus grandes arrepentimientos empresariales fue no hacer negocios con el director ejecutivo de Starbucks. “Mi agente me llamó y me dijo: ‘Howard Schultz quiere hacer negocios contigo”, explicaba el jugador, que había crecido en una familia donde se bebía principalmente té dulce y chocolate caliente. “Mi idea era que las personas negras no bebían café”, añadía O’Neal, que rechazó la oferta de abrir franquicias de la famosa compañía en comunidades predominantemente afroamericanas. “Le dije: ‘Los negros no beben café, señor, no creo que vaya a funcionar’. Y deberías haber visto la mirada en su rostro”, concluía.

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