Una década después, la tiara favorita de Diana de Gales que heredará su nieta vuelve a ver la luz
El hermano de la fallecida princesa ha cedido la diadema para una exposición en la casa Sotheby’s de Londres, donde comparte protagonismo con joyas de la reina Victoria y de Josefina Bonaparte
Si Diana de Gales tenía una pieza de joyería con la que se sentía favorecida y —en su justa medida— cómoda, esa era la tiara Spencer, la que llevaba su propio apellido y que pertenece a su familia desde 1919. Junto a la llamada Lover’s Knot, la Spencer era su favorita, porque la vistió en todos los actos más o menos importantes que tuvo en su vida. Y, ahora, quienes lo deseen tienen la oportunidad de poder verla de cerca en Londres, con motivo de...
Si Diana de Gales tenía una pieza de joyería con la que se sentía favorecida y —en su justa medida— cómoda, esa era la tiara Spencer, la que llevaba su propio apellido y que pertenece a su familia desde 1919. Junto a la llamada Lover’s Knot, la Spencer era su favorita, porque la vistió en todos los actos más o menos importantes que tuvo en su vida. Y, ahora, quienes lo deseen tienen la oportunidad de poder verla de cerca en Londres, con motivo de los festejos del Jubileo de Platino de la reina Isabel II.
La llevó el día de su boda, celebrada en la catedral de San Pablo el 29 de julio de 1981. La llevó en la apertura del Parlamento británico en noviembre de 1982; también en Nueva Zelanda, en 1983, en una polémica gira; durante dos noches consecutivas en Bahréin y Arabia Saudí, en noviembre de 1986, vestida por Emmanuel, los mismos diseñadores de su vestido de novia; en un banquete en Múnich en noviembre de 1987; en Toronto en una gala, en octubre de 1991, junto a un vestido de Catherine Walker; en Delhi, en febrero de 1992, en una cena con autoridades; en marzo de 1992, vestida de rojo hasta los pies, en una gala en la Ópera de Budapest. La lució en Seúl, en el que fue su último viaje oficial como princesa de Gales, apenas un mes antes de anunciarse su separación de Carlos de Inglaterra. Y no solo ella. Sus hermanas mayores, lady Jane Fellowes y lady Sarah McCorquodale, la llevaron en sus respectivas bodas, en 1978 y 1980; y la hija menor de esta, lady Celia McCorquodale, en la suya en junio de 2018. También el hermano mayor de Diana y conde Spencer, Charles, se la prestó a su primera esposa, Victoria Lockwood, en su enlace en 1989.
Ahora, esta pieza histórica podrá encontrarse en una exposición en el corazón de la capital británica, en la sede de la casa de subastas Sotheby’s, desde este sábado 28 de mayo y hasta el 15 de junio (con la excepción del viernes 5 de junio) de forma gratuita. Es la cuarta vez que se expone al público, después de sendas muestras en marzo de 1997, en primavera de 2000 en el museo de Bellas Artes de Boston y tras estar 15 años a la vista en Althorp House, la casa familiar. Allí se pudo ver entre 1998 y 2013 en la exposición Diana: A Celebration, donde se podían observar 150 piezas —entre ellas el vestido de novia de la princesa— y que logró recaudar más de 1,4 millones de euros que se donaron a diversas causas benéficas.
En la exhibición, llamada Power & Image: Royal & Aristocratic Tiaras (Poder e imagen: tiaras reales y aristocráticas), la tiara Spencer es la joya de la corona, pero está acompañada de otras 49 piezas de inmenso valor de casas como Cartier, Fabergé o Van Cleef & Arpels, pertenecientes a condesas, duquesas e incluso hay una que se atribuye a la emperatriz Josefina, esposa de Napoleón. Destaca una corona de diamantes con una veintena de grandes esmeraldas que perteneció a la reina Victoria, que diseñó y le regaló su marido, el príncipe Alberto, a mediados del siglo XIX. La monarca la lució para un conocido retrato familiar que 201pintó por el bautizo de su hijo Alfredo en 1859. Victoria se la cedió a su nieta, la princesa Alexandra, duquesa de Fife, que se la dejó a sus herederas, y la última vez que se llevó en público fue en 1960.
El conde Spencer, heredero del legado de la casa familiar a la que perteneció la princesa Diana por nacimiento, ha sido el que ha cedido la valiosa tiara a Sotheby’s temporalmente. La diadema es de platino y diamantes y tiene temática floral, con una zona central en forma de corazón con una gema principal más grande de forma ovalada.
La joya pertenece a la familia y fue un regalo que le hizo lady Sarah Spencer en 1919 a su nuera, lady Cynthia Hamilton, cuando se casó con su hijo Albert (que en 1922 se convertiría en conde Spancer), abuelo de Diana de Gales. Sin embargo, data de mucho antes, porque según recoge la casa de subastas se creó en 1767 para la vizcondesa Montagu, y la joyería Garrard la remodeló en la década de 1930. Sin embargo, después de más de un siglo, a la tiara le quedan solo unos años, o décadas, en manos de la familia Spencer. Cuando Charles, el conde Spencer, fallezca, pasará a heredarla su sobrina, la princesa Carlota de Cambridge, de siete años, única hija mujer de Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton y nieta de la difunta princesa. Pese a que Charles tiene siete hijos —cinco mujeres y dos varones—, en vez de quedarse entre los Spencer la joya pasará a formar parte del legado de los descendientes de Diana.