Halle Berry explica que su padre la maltrató “verbal, emocional y físicamente” pero que le perdonó gracias a un “sanador espiritual”
La actriz, que sufrió abusos en su infancia, ha asegurado que su progenitor estaba falto de amor y de guías durante su infancia y que sus traumas venían de generaciones anteriores
La relación de la actriz estadounidense Halle Berry (Cleveland, 55 años) con su padre fue intempestiva a lo largo de toda su vida, hasta la muerte de Jerome Jesse Berry en el año 2003. El alcohol y los malos tratos por parte de su progenitor fueron los protagonistas de su vida durante décadas, algo que la actriz ha contado en alguna ocasión y cuyos ecos se reflejan en su última película, Bruised (Herida), estrenada a finales de noviem...
La relación de la actriz estadounidense Halle Berry (Cleveland, 55 años) con su padre fue intempestiva a lo largo de toda su vida, hasta la muerte de Jerome Jesse Berry en el año 2003. El alcohol y los malos tratos por parte de su progenitor fueron los protagonistas de su vida durante décadas, algo que la actriz ha contado en alguna ocasión y cuyos ecos se reflejan en su última película, Bruised (Herida), estrenada a finales de noviembre en Netflix y que ha supuesto su debut como directora.
Ahora, la ganadora de un Oscar en 2002 ha querido profundizar sobre ello durante una entrevista en un podcast llamado Fresh Air, emitido el miércoles. Allí ha reconocido que durante su infancia sufrió “muchísimos abusos”, que además tuvieron lugar en su propio hogar. “Crecí con un padre alcohólico y muy abusivo, tanto verbal como emocional y físicamente”, ha explicado la actriz sobre el hombre que las abandonó a ella y a su madre cuando Berry era una niña. Ese abuso del alcohol por parte de su padre fue “una adicción”: “Nos robó la relación que debíamos haber tenido”, afirma.
Sin embargo, Berry ha contado ahora que ya no siente odio hacia su progenitor y cómo ha logrado revertir todo ese dolor y convertirlo en comprensión y aceptación. En buena parte ha sido un proceso que ha hecho durante estos últimos 18 años, desde que falleció su padre, y que ha conseguido gracias a una especie de chamán. “Cuando murió, obtuve el regalo de poder hablar con un sanador espiritual y alguien me guio a través de unos ejercicios espirituales para tratar de curar esa herida que tenía con mi padre”, ha explicado. Entonces se dio cuenta de que su padre era la persona que era “en gran parte gracias a la falta de amor y de guías que nunca tuvo en su infancia”.
La visión de Berry sobre su padre ha cambiado y ha madurado, y para ello ha tenido en cuenta todo lo que había vivido. “No llegó a este mundo como un hombre abusivo y alcohólico que estaba fuera de control. Se convirtió en lo que fue por lo que le dieron y por lo que no, por aquello a lo que estuvo expuesto y a lo que no”, afirma la actriz, que ha empatizado con el niño que un día fue su padre. Empezó a verle como alguien “inocente que fue criado por un padre alcohólico y una madre completamente rota”, tal y como recoge la revista People.
De hecho, Berry empezó a contemplar ese trauma como algo que venía de incluso más lejos: “Yendo una generación hacia atrás, [todos ellos] venían de la esclavitud, cuando mi tatarabuela vio cómo le arrancaban a sus hijas de sus brazos, y aquello le generó un trauma. Si sigues rastreándolo, te das cuenta de que todo es un trauma generacional. Que mi padre solo estaba intentando sobrevivir, estaba tratando de encontrarse a sí mismo, hallar su virilidad. Y lo estaba haciendo lo mejor que podía, y cuando nos fallaba a mí y a mi familia de una forma despreciable, solo estaba trabajando con las herramientas que le habían dado”.
Asumir todo aquello fue lo que le permitió cambiar su forma de pensar e incluso llegar a quererle. “Cuando le miraba de ese modo, me hacía sentir llena de amor, y sentía empatía por él. La vida que vivió me hacía sentir triste”, afirma la actriz, explicando que además se dio cuenta de que “convirtió el alcohol en su modo de anestesiar su experiencia y el hecho de que se sintiera un fracaso”. “Así que, mirando a todo eso, estoy llena de amor por él”.
Berry, madre de dos hijos (Nahla, de 13 años y fruto de su relación con el modelo Gabriel Aubry; y Maceo Robert, que tuvo con su tercer exmarido, el actor francés Olivier Martínez, de ocho) habló de su amor por su padre hace dos años en cuenta de Instagram (con más de siete millones de seguidores). Lo hizo con una fotografía de ambos que colgó en su perfil y donde explicaba que aquella adicción al alcohol les robó la relación que deberían haber mantenido. “Ahora comprendo cuándo me amó y lo vital que fue y es en mi vida”, relató, admitiendo que le echaba de menos.
La primera vez que Berry habló abiertamente de los traumas que había vivido en su infancia fue en otoño de 2007, durante un programa de televisión estadounidense, donde contó que sus padres se divorciaron cuando ella tenía cuatro años, pero que Jerome volvió con ella y sus hermanas un lustro después porque su madre pensaba que era lo mejor para la familia. “Lo más duro para mí es que nunca se propasó conmigo. Batallaba contra la culpa porque veía a mi hermana pasar por durísimas palizas. Me sentía indefensa y cobarde porque no hacía nada ni podía hacerlo. Pasé muchos años de mi juventud intentando darle sentido a todo aquello y encontrar y recuperar mi autoestima”, relató entonces.