Sandra Ortega, una multimillonaria con inversiones e inquietudes sociales
La primogénita del fundador de Inditex sale del anonimato por su papel en PharmaMar, la farmacéutica que busca un remedio para la covid y se ha disparado en Bolsa
Sandra Ortega, 52 años, es de sobra conocida en España y al mismo tiempo toda una incógnita porque ella así lo quiere. Hija primogénita del matrimonio que formaron Rosalía Mera y Amancio Ortega, fundador y propietario de Inditex, ocupa la segunda posición en la lista de las personas más ricas de España, con una fortuna estimada de 5.600 millones de euros, según la revista Forbes. Tiene un hermano, Marcos, que está afectado por una grave parálisis cerebral del que ostenta su tutela tras la muerte de su madre, o...
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Sandra Ortega, 52 años, es de sobra conocida en España y al mismo tiempo toda una incógnita porque ella así lo quiere. Hija primogénita del matrimonio que formaron Rosalía Mera y Amancio Ortega, fundador y propietario de Inditex, ocupa la segunda posición en la lista de las personas más ricas de España, con una fortuna estimada de 5.600 millones de euros, según la revista Forbes. Tiene un hermano, Marcos, que está afectado por una grave parálisis cerebral del que ostenta su tutela tras la muerte de su madre, ocurrida en agosto de 2013.
También se conoce que tiene una finca en la costa de Oleiros, frente a A Coruña, una casa de aldea en As Fragas do Eume, en la zona norte de la provincia; un marido, Pablo Gómez, que fue su amor de juventud, y tres hijos, Martiño, de 24, Antía de 20 y Uxía, de 16. Una vida que podría ser la de cualquiera si no fuera porque periódicamente Sandra Ortega aparece en la prensa encabezando las listas de millonarios. De ella dicen que no se esconde pero tampoco se expone. Fue a institutos públicos y así también lo han hecho sus hijos, posee un círculo de amigos pero todos ellos saben bien su deseo de mantener la privacidad y lo respetan. De su padre parece haber heredado el olfato para los negocios y de su madre la inquietud por buscar inversiones que reviertan en la sociedad.
Mientras vivió Rosalía Mera –más comunicativa que su hija pero igual de discreta–, Sandra aprendió e impulsó junto a ella uno de los proyectos más queridos de su madre, Paidea Galiza, una entidad dedicada a labores solidarias fundada por Mera. Fue ella quien la educó en la conciencia de buscar proyectos que fueran más allá de la mera rentabilidad económica. En las últimas semanas una de las empresas en las que tiene colocado parte de su dinero ha sido noticia por motivos científicos. Se trata de PharmaMar, el grupo farmacéutico de origen gallego, que se ha disparado en Bolsa por la publicación de datos que avalan la eficacia de dos de los medicamentos en los que trabajan y que están en estudios clínicos, uno de ellos contra un tipo de cáncer de pulmón –Zepzelca en combinación con irinotecan– y otro –plitidepsina– que tiene una potente eficacia para reducir la carga viral de los enfermos afectados por la covid-19.
La participación de Sandra Ortega en la farmacéutica se remonta a 2002. Cuando Inditex salió a Bolsa en 2001, ella y su madre habían vendido parte de sus acciones y disponían de mucha liquidez para apoyar proyectos y uno fue el de esta farmacéutica, que está presidida por José María Fernández de Sousa. De hecho se habla de Rosalía Mera como una de las primeras personas que creyó en las posibilidades de esta firma que ha centrado en el mar la búsqueda de la curación del cáncer. Entonces compraron un 4% de las acciones de una empresa que era más el sueño de un bioquímico, heredero de la saga Pescanova, que una realidad. Pero como afirma ahora un portavoz de la compañía “el compromiso de madre e hija con el proyecto ha sido inamovible, ahora cuando se vive un momento dulce y antes cuando había mucho camino por recorrer”. Una fe que han mantenido incluso cuando hubo momentos en que sus asesores les aconsejaron vender parte de sus acciones.
Actualmente Ortega, a través del grupo empresarial Rosp. Corunna, del que es administradora, posee un 5,01% de las acciones de PharmaMar y desde el pasado 11 de diciembre es la persona física que lo representa en su Consejo de Administración. La simple noticia de que Ortega, tercera accionista de la farmacéutica, sustituía a José Francisco Leyte en las reuniones de la entidad significó un pequeño revuelo por las expectativas de poder verle la cara a la hija de Amancio Ortega, aunque fuera en el momento de presentar resultados de la farmacéutica. El portavoz de la compañía explicó entonces que se trataba de un mero trámite que no significaba variación alguna en la participación accionarial. También que lo importante es que la confianza, antes de Mera y ahora de Ortega, sirva de ejemplo sobre “la necesidad de creer en la investigación y de valorar las inversiones a largo plazo y no tanto los beneficios a corto”, como afirma suele ocurrir mucho en España. Una acotación que hace referencia a los años, unos 10 de media, que precisa el desarrollo de un fármaco para poder salir a la venta.
Sandra Ortega, tras recibir en 2013 la herencia de su madre, impulsó su propio imperio inmobiliario a través de la sociedad Rosp. Corunna, que también gestiona sus participaciones industriales. A través de esta sociedad movía, en 2017, 19 compañías inmobiliarias y firmas con las que gestiona carteras de inversión, entre ellas participaciones en la cadena de hoteles Room Mate, dos de cuyos seis establecimientos en Madrid se convirtieron en hospitales medicalizados durante la primera ola de la pandemia de coronavirus en España. La misma Ortega donó a nivel particular 1,1 millones de mascarillas que llegaron al país con rapidez cuando no se encontraban por ninguna parte y también consiguió pantallas y trajes de protección para los que luchaban en primera línea de la pandemia.
En la actualidad también dirige el grupo de empresas de economía social Trebore S. L. y preside la Asociación de Desarrollo Local DELOA. El primero de ellos, según consta en su página web, es una iniciativa de la Fundación Paideia Galiza, que se creó en el año 2000 “como alternativa para el empleo de colectivos en desventaja social”. Se centra en los regalos de empresa y el diseño gráfico; está calificado como centro especial de empleo y favorece a colectivos vulnerables. DELOA es una asociación sin ánimo de lucro que, según reza en su presentación, se ha creado para “promover el desarrollo del territorio sobre el que actúa y constituir un foro de debate continuo sobre los problemas de la zona”, integrando a instituciones sociales y económicas, públicas y privadas para prestar especial atención a las necesidades que afectan a jóvenes, mujeres, protección del medio ambiente y empleo. Una entidad centrada en una zona concreta de Galicia que comprende los municipios de Boiro, Dodro, Lousame, Muros, Noia, Padrón, Pobra do Caramiñal, Porto do Son, Rianxo, Ribeira y Rois. Todos estos proyectos son la prueba del deseo de Sandra Ortega de hacer inversiones solidarias.