Carlos Rivera, los Grammy Latinos, la covid y Maluma
El cantante mexicano, baja en la gran gala celebrada en Miami, asegura que añora España donde estuvo protagonizando ‘El rey León’, un trabajo que supuso un revulsivo a su carrera
“Tratando de asimilarlo”. Así de estupefacto se sentía el cantante mexicano Carlos Rivera (Huamantla, México, 1986) un día antes de la que hubiera sido su segunda ocasión como presentador de los Grammy Latinos. Pero el coronavirus se interpuso en su camino. El pasado sábado voló desde Ciudad de México a Miami, donde se celebró anoche la gala, y le realizaron una prueba el lunes como parte del protocolo de seguridad. Él dio negativo, pero un miembro de su equipo fue positivo, por lo que tuvo que tomar una difíc...
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“Tratando de asimilarlo”. Así de estupefacto se sentía el cantante mexicano Carlos Rivera (Huamantla, México, 1986) un día antes de la que hubiera sido su segunda ocasión como presentador de los Grammy Latinos. Pero el coronavirus se interpuso en su camino. El pasado sábado voló desde Ciudad de México a Miami, donde se celebró anoche la gala, y le realizaron una prueba el lunes como parte del protocolo de seguridad. Él dio negativo, pero un miembro de su equipo fue positivo, por lo que tuvo que tomar una difícil decisión: abandonar su presencia en los premios. “Es difícil aceptarlo, entenderlo, sobre todo porque estoy bien. Pero no solo debemos cuidarnos a nosotros mismos, sino cuidar también de los demás. Aquí hay en juego muchísimas personas que están trabajando alrededor del programa. Es lo que toca y a seguir adelante”, explica por teléfono con cierta resignación.
No es la primera vez en los últimos meses que la covid-19 pone en pausa sus compromisos profesionales. Actualmente es uno de los jueces del programa ¿Quién es la máscara? —versión mexicana de Mask singer— que se ha visto en la obligación de suspender las grabaciones por positivos entre sus compañeros. “Ya me he salvado varias veces de contagiarme”, dice asombrado el artista, que asegura que está tomando muchas precauciones y se muestra agradecido por permanecer sano. No por ello va a dejar de cumplir con su agenda: “Creo que el haber podido este año hacer estos programas ha sido como el mejor escaparate para salir de tu casa, reírte, pasarla bien y olvidarnos un poquito de todo lo que está pasando”.
La televisión siempre le ha acompañado en su carrera musical. Comenzó con 18 años en el concurso La academia, una especie de Operación Triunfo de la que salió ganador, aunque el éxito duró poco. “Todos los que entrábamos a ese programa nos hacíamos famosos de la noche a la mañana. Todo el mundo te conoce, te quiere, te arranca la camisa y de repente, a los pocos meses, ya nadie sabe quién eres. Se olvidan absolutamente de ti”, recuerda de aquellos momentos en los que algunos de sus compañeros recurrieron a ayuda psicológica “porque nadie te enseña a manejar esta situación”. Aunque al principio le resultó difícil, Rivera lo vio como una oportunidad para seguir creciendo y esa determinación le introdujo en el mundo teatral. En México trabajó en musicales como La bella y la bestia y Mamma mia, pero su gran oportunidad llegó cuando cruzó el Atlántico para protagonizar El rey león en la Gran Vía madrileña.
Ya hace casi una década de aquella experiencia “mágica” que supuso un antes y un después en su carrera. El intérprete cuenta entre risas que la forma tan directa de hablar en la capital española supuso un choque cultural para él, acostumbrado, como buen mexicano, a dar vueltas y añadir “por favorcito” en sus frases. Años después reconoce que algo se le pegó y que ahora le gusta hablar sin rodeos. Disfrutó tanto de aquella época que no descarta volver a vivir en España: “Es uno de mis proyectos de vida, tener un lugar para establecerme cada vez que esté allá”.
Por el momento se conforma con seguir viajando, aunque ahora con la pandemia lleva casi un año sin pisar España. Tenía previstos varios conciertos en ciudades como Madrid, Barcelona y Marbella que al final fueron cancelados y estaba grabando La Voz, donde ha trabajado como asesor de Laura Pausini, cuando a escasas horas de declararse el estado de alarma regresó a su país. Esa colaboración con la artista italiana se ha podido ver durante las últimas semanas en Antena 3. Rivera solo tiene halagos para la coach: “España sabe que Laura es pura alegría. Es un amor de persona, es generosa y estoy superagradecido”.
El cantante también ha participado en este formato televisivo en México. Allí conoció a su buen amigo Maluma, que por aquel entonces le expresaba sus ganas de cantar rancheras. Dos años después ambos han unido sus voces en la canción 100 años, un tema que comenzó a componer el artista colombiano y para el que Rivera hizo algunos arreglos. Maluma se caracteriza por un estilo más urbano, pero en su defensa su amigo alega: “El ranchero cuando se canta con amor y con pasión le da la bienvenida a todos”. Pero aunque el colombiano aparezca en el videoclip rodeado de mariachis, ahí el verdadero charro es Rivera: “Canto ranchero desde que soy niño y tengo mis trajes de charro. De hecho, literal desempolvé mi traje de charro para usarlo en el vídeo. Tenía como 10 años de no usarlo y afortunadamente me quedó”, relata riéndose.
Este no es más que uno de los múltiples proyectos que le han surgido a raíz del confinamiento. Tiene preparadas varias colaboraciones, programas de televisión, publicó el disco Si fuera mía el pasado septiembre y pretende sacar otro próximamente. El cantante últimamente no para y eso que el primer mes de cuarentena lo vivió con desidia: “Todo el mundo empezó a hacer millones de lives por Instagram. Todo el mundo quería que conectaras con ellos. Y yo dije: ‘Yo no quiero hacer nada. Yo me voy a rapar, me voy a encerrar en mi casa…” Esa apatía pronto se acabó y montó un estudio en su hogar para grabar el tema solidario Ya pasará y todas las canciones que vinieron después.
“Eso me devolvió las ganas de hacer cosas”, comenta el cantante, que a lo largo de sus 16 años de carrera siempre ha defendido valores como el esfuerzo y el trabajo. Su mantra es “que nadie te diga que no” y esa seguridad le ha llevado a ser uno de los artistas más internacionales de México. “Vengo de una ciudad muy pequeñita donde pareciera que los sueños grandes no están hechos para nosotros. Y de niño siempre tuve los sueños más grandes que las limitaciones”, afirma retrocediendo en el pasado y añade con emoción: “Siento que cada vez que se cumple un sueño es como si abrazara a ese niño”.