La familia de la duquesa de Alba firma la paz

En vísperas del sexto aniversario del fallecimiento de la aristócrata, Cayetano Martínez de Irujo acerca posturas con sus hermanos tras su polémico libro y sus críticas a la gestión de la Casa

Desde la izquierda: El actual duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo; el viudo de la duquesa, Alfonso Díez; Carlos, uno de los nietos de la duquesa, y otros dos hijos de Cayetana de Alba, Fernando y Cayetano Martínez de Irujo, en Sevilla en 2017.GTRES

Los seis hijos de la duquesa de Alba han firmado la paz tras un tiempo de desencuentro después de la muerte de su madre en 2014 y la toma de posesión del control de la Casa del mayor de ellos, Carlos Fizt-James Stuart. A las tensiones propias de los cambios se unió la publicación del libro De Cayetana a Cayetano, escrito por el menor de los varones que puso en cuestión el trabajo del primogénito y revolvió los asuntos de la familia. La primera en dar la noticia de la reconciliación fue ...

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Los seis hijos de la duquesa de Alba han firmado la paz tras un tiempo de desencuentro después de la muerte de su madre en 2014 y la toma de posesión del control de la Casa del mayor de ellos, Carlos Fizt-James Stuart. A las tensiones propias de los cambios se unió la publicación del libro De Cayetana a Cayetano, escrito por el menor de los varones que puso en cuestión el trabajo del primogénito y revolvió los asuntos de la familia. La primera en dar la noticia de la reconciliación fue Eugenia Martínez de Irujo en su reciente exposición de pintura. En ella contó que las cosas se estaban solucionando. Ahora ha sido Cayetano quien ha confirmado el acercamiento en unas declaraciones a Look. Hubo varias llamadas y luego una reunión con el actual duque. La noticia de la reconciliación llega en vísperas de que se cumpla el sexto aniversario de la muerte de Cayetana Alba que, como es habitual, se conmemorará el 20 de noviembre con una misa en el Cristo de los Gitanos en Sevilla.

Hasta que Cayetano Martínez de Irujo lo puso por escrito pocos sabían, según su versión, los traumas familiares que sufrió, la frialdad de su progenitora cuando era niño, las estrictas institutrices inglesas que le maltrataron, cómo recibió la muerte de su padre y lo que supuso la llegada de Jesús Aguirre como segundo marido de su madre. Vivencias que le crearon un dolor del que aún no ha conseguido liberarse.

Pero al margen de que estas revelaciones no gustaran a sus hermanos, lo que más molestó fue el apartado en el que hablaba de la Casa de Alba y del papel que jugó en ella. Sostiene que gracias a él la Casa de Alba entró en el siglo XXI, eso sí, por encargo de su madre, y que un mes después de morir ella, en concreto el 1 de enero de 2015, su hermano Carlos le “quitó todo". Todas las atribuciones que tenía dentro del palacio y dentro de la estructura. "Me dejó sin sueldo, me dejó en la calle. No tenía ningún ingreso”. Como primogénito y hereu, estableció sus normas y dio prioridad a la llegada de sus hijos Fernando y Carlos a la estructura familiar, algo que aunque esperado no gustó a Cayetano.

Los hijos de la duquesa de Alba y su viudo, Alfonso Díaz, en el funeral de su madre, el 21 de noviembre de 2014 en Sevilla. GTRESONLINEGtresonline

En medio de estas tensiones, Cayetano vendió a su hermano Carlos por 300.000 euros la empresa gourmet que montó en 2013 y con la que se comercializaban productos elaborados en las fincas de la familia (carne, queso, jamón de bellota, aceite, dulces...), según publicó Informalia. El duque de Alba asumió la deuda de un millón de euros que tenía la empresa. Pero ni siquiera los continuos ingresos en un hospital de Madrid mejoraron las relaciones fraternales.

Ni Eugenia, tan unida en el pasado al menor de sus hermanos, reaccionó entonces. “A veces no tiene buen carácter y va por libre”, declaró, y añadió que cada uno vive su vida y todos son muy independientes. Solo Fernando mantuvo una cierta relación con cada uno de ellos.

Seis años después, el actual duque de Alba se muestra satisfecho de su trabajo. En unas declaraciones realizadas hace unos meses lo decía: “He hecho muchísimas cosas aunque no me corresponde a mí decirlas. He mejorado notablemente la situación económica de la Casa. He ordenado el patrimonio artístico y he abierto mis tres casas: primero Dueñas, luego Monterrey y ahora Liria; y llevo restaurados más de 50 cuadros”. Estas decisiones no fueron del agrado de su hermano menor. El duque, de natural muy prudente, dijo: “Yo no tengo en cuenta eso. Que él opine de lo suyo, porque de lo mío no tiene nada absolutamente que ver”. En estos tiempos, el nuevo duque quiere seguir innovando e implantar en sus propiedades energías verdes. De hecho cuenta que ya lo ha hecho en dos fincas que posee en Córdoba. “Llevo con ello cuatro o cinco años pero es ahora cuando lo estoy ampliando. Lo importante no solo es producirla, también evacuarla, y para eso en Córdoba tengo una central al lado de la finca. Produzco unos cien megavatios. Tengo energía solar y fotovoltáica”.

Quien sí ha seguido siempre cerca ha sido Alfonso Díez, el tercer y último marido de la duquesa. Seis años después de quedarse viudo lleva una vida muy discreta, mantiene todavía contacto con algunas de las amistades de la aristócrata y no ha perdido el contacto con los Alba, en especial con Cayetano. Quien más se opuso al matrimonio de su madre con el funcionario es quien más cerca está de él.

En este tiempo de cambios, los Alba han recibido a una nueva heredera, Rosario, hija de Fernando y Sofia Palazuelo. Una niña que como su bisabuela está llamada a gestionar uno de los mayores patrimonios del país.

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