Un millón por conferencia: el jugoso contrato de Enrique de Inglaterra y Meghan Markle
Los duques de Sussex fichan por la misma empresa que gestiona las carreras de los Obama o los Clinton y se dedicarán a dar charlas alrededor del mundo
Los duques de Sussex buscaban trabajo nuevo en su aventura americana y parece que lo han encontrado. Y, además, cómodo, glamuroso y nada mal pagado. Enrique de Inglaterra y Meghan Markle podrán poner en sus tarjetas de visita que son conferenciantes, puesto que han fichado por la empresa de relaciones públicas Harry Walker, especialistas en relaci...
Los duques de Sussex buscaban trabajo nuevo en su aventura americana y parece que lo han encontrado. Y, además, cómodo, glamuroso y nada mal pagado. Enrique de Inglaterra y Meghan Markle podrán poner en sus tarjetas de visita que son conferenciantes, puesto que han fichado por la empresa de relaciones públicas Harry Walker, especialistas en relaciones públicas con sede en Nueva York.
Según ha publicado la revista Town&Country, el matrimonio ha sido contratado por esa prestigiosa agencia, que fue fundada en 1946 y que sigue en manos de la misma familia Walker desde entonces, para dar charlas. “Las conversaciones estarán relacionadas con temas importantes en sus vidas y en el mundo”, ha contado a la publicación una fuente informada. “Los temas a tratar estarán ampliamente relacionados con los asuntos sociales que el planeta encara, como la justicia racial, la equidad de género, la salud mental, los asuntos que impactan a las mujeres y a las niñas y el medio ambiente. También se tratará de todas las relaciones entre ellos”, asegura. Según el medio estadounidense Page Six, los conferenciantes llegan a cobrar hasta un millón de dólares por cada charla (unos 890.000 euros al cambio actual).
Al parecer, los eventos en los que participará el matrimonio en su nueva vida tras independizarse de la familia real británica (algo que anunciaron el pasado enero y que llevaron a cabo el 31 de marzo) empezarán a desarrollarse muy pronto y sus admiradores podrán escucharles, obviamente previo pago. Eso sí: que no esperen intimidades. “No hay planes de que hablen acerca de la familia real”, cuenta esa misma fuente. “Únicamente han firmado con Harry Walker para charlas, y no lo han hecho con ninguna agencia más para cualquier otro propósito”, relatan.
Muchos de los asuntos de los que tratarán esas charlas “estarán relacionados con la fundación y la misión de Archewell, su nueva organización y desde la que gestionarán sus esfuerzos filantrópicos”. Enrique y Markle anunciaron el nacimiento de esta fundación a principios de abril, apenas una semana después de marcharse de la familia real británica. Entonces solo dieron a conocer el nombre, contaron que estaban “ansiosos” por ponerla en marcha al 100% y explicaron que a través de ella pretendían crear un servicio de voluntariado y “compartir materiales educativos y de aprendizaje a través de material audiovisual, podcasts, libros...”. Pese a su discreto anuncio, fueron criticados por el mal momento: en plena pandemia del coronavirus, cuando el covid azotaba Europa con más virulencia que nunca.
Harry Walker se presenta como “una exclusiva agencia de conferenciantes que representa a los mejores oradores, los más motivacionales, los más importantes”. De hecho, no puede quejarse de los personajes a los que tiene en plantilla, y que van desde el matrimonio Obama a los Clinton, pasando por las hermanas y estrellas del tenis Venus y Serena Williams, los actores Tina Fey y Lin Manuel Miranda, el exalcalde de Chicago Rahm Emanuel, la exprimera ministra australiana Julia Gillard, el exvicepresidente de EE UU Dick Cheney o la expresidenta de Pepsi, Indra Nooyi. Entre sus últimas incorporaciones están el exjugador de béisbol Álex Rodríguez y el actor Matthew McConaughey.
Por el momento, este será el primer trabajo para el matrimonio, que pese a lo jugoso de las condiciones deberán buscar más vías de ingreso si quieren mantener su estatus de vida y el de su hijo, Archie. El príncipe Carlos de Inglaterra, padre de Enrique, pagará los costes de su seguridad durante su primer año (en el que vivirán entre California y Canadá), mientras que ellos deberán devolver a las arcas británicas el coste de la reforma de su casa de Windsor, Frogmore House. Quedan por pagar unos 2,7 millones de euros. Pero deberán hacer frente a mucho más, puesto que entre seguridad, viajes, casas... se estima que la inversión inicial de esta nueva etapa de su vida será de unos 30 millones de euros.