Viggo Mortensen, 12 años de discreto amor a Ariadna Gil

El actor estadounidense, que recibirá el premio Donostia, reside en Madrid donde intenta ser una persona anónima dedicado también al jazz y a la literatura

El actor Viggo Mortensen, en Cannes. EFEIAN LANGSDON (EFE)

Su vida está instalada en la normalidad. Es toda una estrella ante la cámara y un tipo corriente cuando los focos se apagan. Viggo Mortensen, de 61 años, se afana por cuidar ese modelo vital que escogió hace años y que comparte con Ariadna Gil. Llevan 12 años juntos y en este tiempo solo han posado de manera oficial una vez. Fue en los Oscar de 2019 cuando desfilaron por la alfombra roja del teatro Dolby de Los Ángeles, apoyando el éxito de ...

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Su vida está instalada en la normalidad. Es toda una estrella ante la cámara y un tipo corriente cuando los focos se apagan. Viggo Mortensen, de 61 años, se afana por cuidar ese modelo vital que escogió hace años y que comparte con Ariadna Gil. Llevan 12 años juntos y en este tiempo solo han posado de manera oficial una vez. Fue en los Oscar de 2019 cuando desfilaron por la alfombra roja del teatro Dolby de Los Ángeles, apoyando el éxito de Green Book, una amistad sin fronteras. Pero no lo hicieron solos, estuvieron acompañados por el único hijo del actor, Henry, fruto de su matrimonio con la cantante Exene Cervenka. Y así la pareja más discreta del cine internacional regaló unas instantáneas a los paparazis. La siguiente excepción puede llegar cuando Mortensen acuda a recibir el premio Donostia que le acaba de conceder el Festival de Cine de San Sebastián en reconocimiento a sus más de 30 años de carrera.

Mortensen es lo que se conoce como un ciudadano del mundo. Su padre, Viggo Mortensen, es danés y su madre, Grace Gamble Atkinson, estadounidense, pero sus raíces familiares están en Nueva Escocia (Canadá). Sus padres se conocieron en Noruega y se casaron en los Países Bajos. Su familia paterna tenía granjas en Dinamarca, pero su padre prefirió el mundo de los negocios y, poco después de nacer Viggo, se instaló en Argentina. Esa vida le ha permitido hablar danés, árabe, inglés, francés, ruso, sueco y alemán, además de español con un ligero acento argentino.

Tras estudiar Políticas en Universidad de Saint Lawrence de Nueva York se marchó a Dinamarca dos años para luego regresar a Manhattan y estudiar interpretación en el Warren Robertson’s Theatre Workshop. Es un actor versátil que igual recita a Shakespeare que se suma al reparto de Alien: El octavo pasajero.

Cuando conoció a Ariadna Gil ella estaba con David Trueba, padre de sus dos hijos: Violeta y Leo. Hubo un fechazo. Comenzaron una relación de amistad y dos años después se volvieron a encontrar durante la filmación de Appaloosa. Cuentan que para aceptar el papel, Viggo impuso una única condición: compartir reparto con Ariadna. Desde entonces están juntos. De eso hace 12 años.

Instalados en Madrid, la pareja lleva una vida sencilla. No se esconden pero no se lucen — “Si querés cuidar de la otra persona, no podés ir por ahí chusmeando”, decía el actor hace unos años, en una entrevista con The Guardian acerca de si tenía pareja. En 2015 en una entrevista con El País Semanal también habló del interés que suscita entre la prensa y cómo lo combate: “No les doy mucho alimento, ya no encuentran interesante lo que hago, salir a comprar el pan, al veterinario… Es molesto que se entrometan en tu vida, pero si es obvio que no te importa tanto o no haces una performance para ellos, acaban cansándose y te dejan en paz”.

Además de su faceta como actor, Viggo Mortensen ha desarrollado una prolífica carrera como poeta, fotógrafo, músico y pintor de arte abstracto. En 2002 fundó la editorial Perceval Press. “Me encantan los libros. Y ya sé que ningún poeta se hará nunca rico, te ha de gustar de verdad; a veces puede parecer algo aburrido, soso, pero hay momentos en que... No hay que ser poeta para apreciar la poesía”, sostiene. Y por si fuera poco es un apasionado del jazz que le ha llevado a grabar varios discos.

El único tropiezo que ha dado el actor en España fue consecuencia de hacerse socio de Òmnium Cultural, la plataforma cívica que se fundó para preservar la cultura catalana y en la última década se ha unido a los movimientos independentistas. Unos afirman que se trata de un gesto de apoyo a su familia política (el padre y hermanos de Ariadna Gil tienen vínculos históricos con la vida cultural y política catalana). Otros se decantan más por resaltar su espíritu libre. “Es un honor que apoyes la entidad que trabaja por la cultura, la lengua y los derechos civiles en Catalunya”, dijo la entidad al actor. El neoyorquino se adhirió hace un año al manifiesto Let Catalans Vote, un documento con la firma de más de medio centenar de personalidades de diferentes ámbitos, entre ellos cinco premios Nobel, donde se pide hacer posible el derecho a decidir de Cataluña.

A los premios no les da mucha importancia. Le interesa más el fútbol y el equipo de sus amores, el San Lorenzo de Almagro. Esa pasión quedó patente en los Oscar cuando Mortensen abrió su chaqueta mientras posaba en la alfombra roja del Dolby Theatre y mostró el escudo de su equipo bien visible en el chaleco que llevaba. Seguro que algo parecido ocurrirá en San Sebastián.

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