Los secretos de la historia de amor de Julian Assange
Stella Morris, abogada y madre de los dos hijos del activista, da detalles de su relación y pide ayuda al primer ministro australiano para conseguir su excarcelación
La figura de Julian Assange oscila entre los que le admiran y le tildan de héroe y los que le odian. Para otros muchos es como poco una persona bajo sospecha. De ser símbolo de la libertad de prensa y del periodismo de investigación a estar señalado y buscado por Estados Unidos por haber publicado datos que a juicio de sus autoridades suponen una amenaza para la seguridad nacional. Unos hechos a los que se sumaron las ...
La figura de Julian Assange oscila entre los que le admiran y le tildan de héroe y los que le odian. Para otros muchos es como poco una persona bajo sospecha. De ser símbolo de la libertad de prensa y del periodismo de investigación a estar señalado y buscado por Estados Unidos por haber publicado datos que a juicio de sus autoridades suponen una amenaza para la seguridad nacional. Unos hechos a los que se sumaron las acusaciones de violación de dos mujeres suecas que él siempre calificó de falsas.
En 2010 la revista Time le nombró hombre del año, pero después su comportamiento errático, algunos afirman que motivado por la persecución que ha sufrido, le ha pasado factura. En junio de 2012 se saltó la fianza dictada por un juzgado del Reino Unido mientras se dirimía su extradición a Suecia para ser juzgado y se refugió en la embajada de Ecuador en Londres donde permaneció hasta abril de 2019, cuando la policía británica lo capturó en la sede diplomática tras haber pasado allí casi siete años. Assange cumple ahora una condena de 50 semanas en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh en Londres por haber incumplido su fianza.
Las acusaciones de abuso sexual han sido archivadas por falta de pruebas y ahora su futuro depende de si el Reino Unido decide extraditarle a Estados Unidos donde se le acusa de violar la ley de espionaje, un delito grave por el que ha estado bajo estricta vigilancia durante todos estos años.
Toda esta historia digna de una película de espías es el contexto en el que se ha desarrollado una relación de amor secreta que comenzó a fraguarse en 2015, estando Assange recluido en la embajada ecuatoriana, y que ha dado como fruto dos hijos, Gabriel y Max, de tres y un año respectivamente, de cuya existencia se ha enterado el mundo cuando han sido esgrimidos como otro argumento más para reclamar la libertad del activista. La madre de los niños, Stella Morris, es una abogada sudafricana de 37 años que se enamoró de Assange, de 48 años, mientras lo visitaba para intentar detener su extradición a los Estados Unidos. Ahora Morris ha desvelado en el programa de la televisión australiana 60 minutes Australia los detalles de su relación. Morris ha manifestado que se sentía “afortunada” de haber conocido a Assange, una persona que para ella “había cambiado el mundo con WikiLeaks”. “Nos hicimos amigos, vimos películas juntos y me encantó pasar tiempo con él. Fue muy romántico y muy dulce”, afirma la letrada sobre cómo se fueron conociendo. Unas circunstancias de las que Morris dice: “No fue fácil, pero cuando estás con alguien a quien amas puedes hacer posibles situaciones imposibles”.
La suya lo era, su primer hijo fue concebido en 2016 cuando Assange llevaba ya cuatro años confinado en la sede diplomática y bajo una supuesta férrea vigilancia de los servicios de seguridad estadounidenses. Morris explica que Julian tenía espacios privados –su habitación y su oficina– donde no había cámaras. ”Cuando me quedé embarazada por primera vez como había micrófonos por todas partes tuve que contárselo escribiéndolo en un papel”, dice ahora Morris. “Nos amábamos y queríamos formar una familia, esa era la única certeza”, afirmó durante la entrevista. La pareja de Assange también explica que ocultó sus embarazos con capas de ropa y quejándose de que había engordado, y que la pareja utilizó a un amigo, el actor británico Stephen Hu, para que fuera él quien llevara a los niños como si fueran suyos a la embajada para que Julian Assange pudiera verlos.
“Por seguridad tomamos precauciones extremas para no exponer mi embarazo”, explica la abogada. Lo que no evitó que el personal de seguridad sospechase de Hu y realizara un expediente que provocó que una compañía de seguridad que trabajaba para la CIA intentará obtener pruebas de ADN del pañal de Gabriel para demostrar la paternidad de Assange, según la versión de Morris.
La abogada y pareja del fundador de WikiLeaks denuncia que se han cometido numerosos actos ilegales contra él: grabar las conversaciones con sus médicos y abogados; complots para sacarlo de la embajada; reunir información de los periodistas que lo visitaban... “Creo que es difícil para la gente entender que estos actos ilegales son posibles” y que ella ha vivido en “un estado permanente de miedo durante años”.
La entrevista, además de denunciar la situación, tenía como fin pedir públicamente al primer ministro australiano, Scott Morrison, su intervención para ayudar a que Assange sea puesto en libertad, una intermediación que solicita porque el activista nació en la ciudad australiana de Townsville. Morris pide ayuda porque considera que las condiciones del internamiento de su pareja son muy duras y está en peligro: “Julian está muy mal. Él no es un criminal. No es una persona peligrosa. Es un intelectual, un pensador”, dijo durante la entrevista. Contó que Assange pasa solo 23 horas del día en una habitación muy pequeña y está muy deprimido.
Hechos a los que sumó su preocupación por la posibilidad de que sea extraditado a Estados Unidos. “Quiero que la gente entienda que estamos siendo castigados como familia. Los niños están siendo privados de su padre. Necesito a Julian y él me necesita a mí”, afirmó Stella Morris. Los cargos de los que está acusado Assange podrían suponer 175 años de prisión si llega a ser extraditado, juzgado en Estados Unidos y hallado culpable.