Dolores Ortega, la solidaridad de la sobrina desconocida de Amancio Ortega

La sobrina del dueño de Inditex reparte miles de equipos de protección entre el personal sanitario, la policía y la Guardia Civil

Dolores Ortega, sobrina del empresario Amancio Ortega.Xurxo Lobato

La familia Ortega con Amancio Ortega, propietario de Inditex y uno de los hombres más ricos del mundo, a la cabeza se está volcando en ayudar durante la crisis provocada por el Covid-19. La última que se ha sumado a la solidaridad familiar ha sido Dolores Ortega, sobrina del fundador de Zara e hija de su hermano Antonio. Ella en concreto ha contribuido donando un gran lote de diversos equipamientos necesarios para la protección de personal sanitario, policía local y Guardia Civil.
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La familia Ortega con Amancio Ortega, propietario de Inditex y uno de los hombres más ricos del mundo, a la cabeza se está volcando en ayudar durante la crisis provocada por el Covid-19. La última que se ha sumado a la solidaridad familiar ha sido Dolores Ortega, sobrina del fundador de Zara e hija de su hermano Antonio. Ella en concreto ha contribuido donando un gran lote de diversos equipamientos necesarios para la protección de personal sanitario, policía local y Guardia Civil.

Como ha ocurrido con su tío y con su prima, Sandra Ortega, la noticia de la generosa donación no se ha publicitado por nadie que tenga que ver con la donante, que como es su costumbre mantiene un perfil discreto y prácticamente anónimo de cara a los medios de comunicación. Ha sido el diario La Voz de Galicia quien ha informado sobre que Dolores Ortega ha comprado en España material que recibirá el Sergas (Servicio de Salud Gallego) –15.000 pantallas de plástico, 250.000 mascarillas, 25.000 test y más de 200 monitores–, a la Policía Nacional y Autonómica –2.500 máscaras de plástico y 40.000 mascarillas–, a la Policía Local de toda Galicia –4.500 máscaras de plástico y 30.000 mascarillas– y a la Guardia Civil –40.000 mascarillas y 8.000 máscaras de plástico–, un material que si sobrara, en algún caso, “será enviado al servicio de abastecimiento de la Dirección General de la Guardia Civil”, según especifica el mencionado periódico. En total 360.000 mascarillas, 30.000 máscaras de plástico, 25.000 test y más de 200 monitores que llegarán a los servicios que están en primera línea de atención de la pandemia.

La donante es tan esquiva con su perfil público como la mayoría de los miembros de su acaudalada y solidaria familia. No hay casi imágenes suyas y existen escasas referencias sobre ella o su estilo de vida en la prensa. Prácticamente todo el material gráfico que le pone rostro se limita al funeral de Rosalía Mera, la primera esposa de Amancio Ortega, que falleció a a los 69 años a causa de un derrame cerebral en agosto de 2013. Dolores Ortega, Loli para sus amigos y familiares, es hija de Antonio Ortega, hermano de Amancio, y Primitiva Renedo. Los dos hermanos, sus mujeres, más su hermana Josefa fueron el núcleo duro de los que después se convirtió en un imperio mundial: Inditex. En las familias todos poseen una fortuna personal que cada uno ha invertido a su manera y con suerte desigual.

Loli Ortega, en concreto, está casada con Juan Carlos Rodríguez Cebrián, quien fue la mano derecha de Amancio Ortega en la empresa hasta mediados de los años 2000, una persona en el que el fundador de Inditex tenía una confianza ciega y quien se perfilaba como su sucesor en la empresa. Pero algo ocurrió entre ellos y Rodríguez Cebrián siguió su propio camino, casi en paralelo a la llegada a la compañía de Pablo Isla que fue nombrado consejero delegado y vicepresidente de Inditex en 2005 y presidente en 2011.

Rodríguez Cebrián y su esposa, Loli Ortega, crearon desde entonces varias sociedades relacionadas con el sector inmobiliario y con negocios de hostelería. Fueron accionista de referencia de la inmobiliaria Martinsa-Fadesa, empresa que sufrió uno de los mayores concursos de acreedores que se conocen en la economía española. El matrimonio tenía, antes de la salida a bolsa, algo más del 3% de Inditex, y vendió la mitad. Ella recibió 208 millones y él 54. Dolores, que poseía un 1,14% del Inditex cotizado, mantiene un 0,90%,. El mismo porcentaje que tiene su propia madre, Primitiva Renedo. Ambas participan a partes iguales en la sociedad Marlolan S.L., la empresa que Rodríguez Cebrián usó cuando decidió establecerse por su cuenta.

Dolores Ortega lo utilizó para hacerse con el 9% de la catalana Hábitat, mientras su marido, se hacía con un porcentaje similar en Martinsa Fadesa. El estallido de la burbuja los sorprendió con unos 200 millones de euros invertidos en ladrillo, en esas y otras aventuras que se fueron a pique. Incluso operaciones diseñadas en A Coruña bajo el gobierno de Paco Vázquez encontraron obstáculos legales. No es que fuesen la ruina, ni mucho menos, pero en 2015, el matrimonio vendía por siete millones de euros a un empresario chino el megayate Tumberry, mayor que los de Florentino Pérez o Rafael del Pino, y también más que el otro que estaba siempre atracado a su lado en el Náutico de Sanxenxo, el Valoria que pertenecía a su tío político.

De los vientos hosteleros que rigen el rumbo de los negocios actuales de su marido, se comenta que no son muy del gusto de Dolores Ortiz. Pero hasta el estallido de la crisis provocada por el coronavirus, parecía que la suerte volvía a estar del lado de las empresas de la pareja. Marlolan ganó 6,7millones de euros en 2018, frente a pérdidas de más de 30 millones de euros en 2017, y de ella derivan otras sicavs (sociedades de inversión de capital variable) y participaciones en inmobiliarias como Altramud o Valoria. El matrimonio tiene dos hijos, Antonio y María, tan desconocidos públicamente como el resto de la familia.

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