Pablo Motos y su creciente imperio patrimonial
‘El Hormiguero’ regresa este lunes en plena cuarentena mientras su presentador, el mejor pagado de la tele, continúa ampliando su enorme patrimonio
En su casa y acompañado a un metro de distancia de Juan Ibáñez y Damián Molla (los guionistas que hacen cada noche de las hormigas Trancas y Barrancas). Así fue el vídeo que publicó Pablo Motos en su cuenta de Instagram para presentar la versión de El Hormiguero que arranca el próximo lunes, en el ecuador del estado de alarma decretado por la pandemia del Covid-19, y solo una semana después de que Antena 3 decidiera la suspensión del exitoso formato ante la alta probabilidad de contagio en un programa que reúne a casi ...
En su casa y acompañado a un metro de distancia de Juan Ibáñez y Damián Molla (los guionistas que hacen cada noche de las hormigas Trancas y Barrancas). Así fue el vídeo que publicó Pablo Motos en su cuenta de Instagram para presentar la versión de El Hormiguero que arranca el próximo lunes, en el ecuador del estado de alarma decretado por la pandemia del Covid-19, y solo una semana después de que Antena 3 decidiera la suspensión del exitoso formato ante la alta probabilidad de contagio en un programa que reúne a casi 200 profesionales. El popular presentador ha anunciado que será un espacio de mínimos que salvaguardará la salud de sus trabajadores extremando las medidas de higiene y seguridad. Motos ha decidido no resignarse y ha peleado por no quedarse sin programa, la joya de la corona de Atresmedia que se mantiene en plena forma 13 años después de su estreno. Las hormigas siguen reinando en la franja de access prime time, y su presentador, a los 54 años, dirige un imperio que ha rentabilizado como pocos el éxito televisivo. Pablo Motos maneja unas cifras que le sitúan como el mejor pagado de la pequeña pantalla y continúa expandiendo sus inversiones. Lo último, la adquisición de propiedades junto al Mediterráneo.
Tras muchos cambios desde su nacimiento en 2006, El Hormiguero pertenece hoy a 7 y acción, la empresa creada en 2007 por Pablo Motos y Jorge Salvador y que es la encargada de producirlo desde entonces. Hace diez años el programa empezó a despegar, en un momento en que se emitía todavía en Cuatro. Cuando la cadena pasó a manos de Mediaset, este grupo comenzó a pagar a la productora de Motos 75.000 euros por programa, aunque en 2011 llegó el desencuentro entre ambos precisamente por dinero. Motos pedía 90.000 euros por programa y un contrato por tres temporadas, algo que la compañía de Paolo Vasile consideraba desmesurado para un espacio que ni siquiera abarcaba la franja de prime time. En verano de 2011, las famosas hormigas Trancas y Barrancas se mudaban a Antena 3 tras aceptar una oferta que en su día se calificó de “indecente” y, en aquel momento, llegó el impulso definitivo para las finanzas del presentador.
Con El Hormiguero como buque insignia, 7 y acción ha llegado a emplear a cien personas y a facturar 30 millones de euros al año. Los beneficios de la empresa rondan los 10 millones por ejercicio, y no es la única de la que Pablo Motos es titular. Por ejemplo, está Japala Japala, cuya actividad es la realización de eventos, publicidad y contenidos en medios audiovisuales. Antes la dirigía junto a su esposa, Laura Llopis, pero en la actualidad Motos figura como administrador único. El capital social de esta sociedad asciende a más de 20 millones de euros. Estas cifras no son fruto únicamente del sueldo que recibe el presentador de Atresmedia. El Hormiguero se ha exportado con éxito a países como Chile o China, y en España lleva más de 2.000 entregas en las que ha acogido en su plató a las mayores estrellas internacionales. Nadie se resiste a un programa de entrevistas presentadas con tono familiar, pero donde no han faltado momentos cargados de polémica, por ejemplo, por gestos con alguna de sus invitadas tildados de machistas.
Pablo Motos ha invertido sus ganancias en crear un patrimonio inmobiliario. En su tierra natal, Requena (Valencia), posee dos viviendas, dos fincas y una casa de campo. En Madrid tiene dos pisos donde están domiciliadas sus empresas. Ahora vive en uno de ellos, adquirido en el exclusivo barrio de Salamanca el año pasado. Se encuentra cerca del parque del Retiro, tiene 300 metros cuadrados y está valorado en más de dos millones. Además de para su disfrute personal, el presentador y su socio Jorge Salvador han adquirido como inversión varias propiedades en el cabo de la Nao, en Jávea, su lugar habitual de vacaciones. Se trata de unas villas en una zona exclusiva con espectaculares vistas al Mediterráneo. Tienen una parcela de unos 800 metros cuadrados, piscina y barbacoa. Las compraron al 50% y, según las agencias de la zona, tienen un enorme potencial tanto para la venta como para el alquiler. Podrían venderse por un millón de euros, aunque la mayoría se oferta por unos 600.000.
Fue en Jávea donde Motos adquirió hace muchos años una de sus primeras propiedades, que junto a su mujer quiso convertir en la casa de sus sueños. La tiraron prácticamente abajo para rehacerla a su gusto. Desde entonces, Motos y Laura Llopis han desarrollado su pasión por reformar y redecorar viviendas, tanto si son para ellos como si se están pensadas como inversión. Es junto a su pareja desde hace más de 20 años con quien comparte su más que saneadas finanzas. El popular rostro televisivo la conoció en la radio y, desde entonces, no se han separado. Ella también trabaja en El Hormiguero, como coordinadora de guiones, y ha aportado a la pareja dos hijas de una relación anterior. No han tenido hijos juntos, pero él asegura que adora a las hijas de Laura, y ambas también trabajan en el programa. Motos siempre ha querido impregnar su exitoso entramado de un toque familiar. Lo mismo le sucede con su socio y principal apoyo en las inversiones en Jávea, Jorge Salvador, que es uno de sus mejores amigos. Ambos artífices de El Hormiguero cada noche, aseguran que se pasan el día riéndose y que esa es la clave de que sigan triunfando después de tantos años. Una relación tan fructífera en los negocios como estrecha en lo afectivo.