El gastropolígrafo: Klaus & Kinski

Un día cualquiera en casa de los Klaus&Kinski.

Podría decir que saco a Klaus&Kinski porque en sus vídeos suele salir comida, pero mentiría. Les he entrevistado porque son uno de mis grupos españoles favoritos del momento. El dúo murciano reúne muchas cosas que me gustan: melodías pegadizas, falta de prejuicios a la hora de adoptar estilos dispares, personalidad propia y unas letras brutales. Con su fantástico tercer álbum, Herreros y fatigas, recién publicado, Marina Gómez y Alejandro Martínez no sólo han accedido a someterse al gastropolígrafo, sino que nos han regalado una lista de canciones para cocinar.

¿Cuál es vuestro primer recuerdo relacionado con la comida?

Marina: Lo primero que recuerdo es que estuve mala un tiempo, de cría, y cuando me curé no podía soportar las patatas fritas. Mi madre decía que era la única niña del mundo que no las devoraba. A día de hoy siguen sin gustarme mucho.

Alejandro: La leche con galletas, que es como rancho de parvulario.

¿Qué plato o alimento detestáis?

M.: No aguanto la coliflor; creo que es por ese olor tan fuerte.

A.: La olla gitana. Y en general todo lo relacionado con el ajo, y en menor medida, la cebolla.

¿Se puede sobrevivir en España sin que te gusten el ajo y la cebolla? ¿Cómo?

A.: Echándote de novia a una medio inglesa y que cocine ella. Luego ya me enseña sus recetas depuradas para que yo intente cocinarlas, pero claramente han de seguir las pautas kosher que pactamos.

M.: Es una pesadilla si comes mucho fuera. A mí me gustan, pero luego no puedo acercarme a menos de tres metros de él.

¿Cómo os definiríais como cocineros? Expertos, aficionados, ajenos al mundo de la cocina...

M.: Me esfuerzo, pero no progreso tanto como debería porque siempre creo que se les puede añadir o quitar creativamente cosas a las recetas y, bueno, la mayoría de veces el asunto no funciona.

A.: Yo soy un inútil, y Marina me echa en cara que no me esfuerzo mucho. Y es verdad. Últimamente intento aprender algo, pero casi que me lo tiene que anotar con dibujos. Pero no porque crea que pueda hacerlo bien o descubrir alguna escondida sensibilidad culinaria, sino por democratizar más el reparto de tareas domésticas. Pero vamos, yo podría comer pienso.

Algo que os guste pero que comáis con cierto remordimiento.

M.: El azúcar y derivados, como toda chica con tendencia a engordar.

A.: Yo como carne como un tiranosurio pero no quiero pensar mucho en ello, porque como Marina es vegetariana me recuerda siempre lo simpáticos que son los animales que despiezamos con tan sana alegría industrial. Yo le hablo de la cadena trófica y tal. Ella aún come peces. Yo pongo aún el punto de corte en los mamíferos muy superiores, un poquito más abajo del homo sapiens. ¿Comer homo erectus se consideraría canibalismo? Pues eso, que si lo piensas mucho es un lío.

¿Cuál es vuestra canción favorita relacionada con la comida?

A.: Pues yo creo que Papaya, de Alexander Marcus. No sé qué dice, porque no sé alemán. En realidad lo que me encanta es el vídeo, sobre todo el final.

Por vuestra experiencia, ¿qué tal se come en el mundo de la música independiente en España? ¿Notáis que hay más interés en el asunto que antes?

M.: Yo, si pudiera, iría por ahí con una guía Michelín. Pero entre que casi no como de nada y que no nos llega el pecunio, comemos más bocadillos y cosas de las gasolineras de lo que me gustaría.

A.: Yo no sé bien qué decir. Cuando estamos por ahí tocando comemos donde pillamos, a veces fatal y con prisas. Y cuando estás en una autovía y sólo encuentras franquicias de esas, ya es el horror. Aunque en general me conformo con cualquier cosa.

¿Qué es lo más extraño que os habéis metido en la boca?

M.: Soy muy cobarde con la comida. Si he comido algo raro ha sido sin ser consciente de ello.

¿Tenéis alguna costumbre no demasiado correcta en la mesa? Algo que os guste hacer y que sea poco educado...

M.: Yo no soy muy, muy educada, pero a su lado parezco una archiduquesa.

A.: Yo probablemente todas. Como un campesino del siglo XII sentado a la mesa al lado de la reina de Inglaterra. Mi madre me echó una vez un broncón por salir en la tele cogiendo un huevo frito con los dedos.

Marina, ¿has tratado alguna vez de convencer a Alex de que se haga vegetariano?

M.: No como carne, pero sí pescado, huevos y leche y uso cosas de cuero. A pesar de lo poco ortodoxa que soy me paso la vida justificándome, ¡como para intentar convencer a nadie!

¿Cuál es vuestro instrumento de cocina favorito?

M.: Me gusta una especie de tabla que sirve para dejar los instrumentos que usas mientras cocinas. ¡Es un invento buenísimo!

A.: Marina compró una vez una especie de removedor de ensaladas que no ha usado ni una vez. Lo que me fascina es su inutilidad, y que eso convenciese a alguien para adquirirlo.

Hay una hecatombe mundial y sólo podéis salvar un producto murciano. ¿Cuál sería?

M.: Los tomates, gordos como balones.

A.: El pastel de carne.

Alguna guarrindongada que hayáis comido al llegar a las tantas a casa.

M.: En casa, no mucho, pero en los hoteles arraso con los minibares. Me sabe todo mucho mejor, aunque luego lo sienta al pagar la cuenta.

A.: Yo no como nada que no sea guarrindongo.

¿Colacao o Nesquik? Desarrolle la respuesta.

M.: Mi madre nos daba siempre Colacao, que yo tiraba por el fregadero cuando no miraba de lo mal que me sentaba el menjunje. El Nesquik ese no sé ni a qué sabe.

A.: En mi casa se compraba el del Pryca desde siempre, o la marca blanca proletaria de turno.

En el vídeo de 'Ojo por diente' salís cocinando, y en de Ley y moral, destrozando comida. ¿Se obtiene placer destruyendo una tarta o una paella?

M.: Me gustaría aclarar que ningún alimento en buen estado sufrió daño en el vídeo. Estaba todo caducado, excepto el pulpo, del que Alejandro dio buena cuenta. La verdad es que yo estaba más preocupada por no mancharme el vestido.

¿Qué bebéis cuando estáis de bajón?

M.: Soy semiadicta a la Coca Cola. Pero no le hago ascos a un Casa de la Ermita o un pacharán con mis amigas.

A.: Energy drink del Dia.

En un mundo ideal, ¿deberían desaparecer las grandes cadenas de comida rápida/basura? ¿O cumplen una función social?

M.: A mí me gustaría que incluyeran hamburguesas de soja, como en otros países. Creo que molan más cuando eres más joven, que aún no tienes edad para salir pero sí para ir a merendar con otras hordas de teenagers.

A.: A mí me dejan incluso resaca. Por eso molan, porque te sientes sucio.

¿Alguna receta que podáis compartir con nosotros?

M.: Mis lentejas con arroz me salen muy ricas, pero últimamente ando medio obsesionada con el brócoli crudo con torta del casar.

Lista de Spotify de canciones para cocinar, programada por Klaus&Kinski en exclusiva mundial para El Comidista.

Saint -Tropez twist, de Peppino di Capri.

You can have it all, de Yo la Tengo.

Lydia, de Jonathan Richman.

Sabor a mí, de Los Panchos y Eydie Gormé.

Anyone who had a heart, de Dionne Warwick.

Centro di gravitá permanente, de Franco Battiato.

Do you realize??, de The Flaming Lips.

In between days, de The Cure.

Minusvalía, de Astrud.

My babes just cares for me, de Nina Simone.

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