La venta de hidrógeno verde o rosa, otro dilema europeo
La posibilidad de que el H2Med permita trasladar energía generada en centrales nucleares divide a los socios del proyecto
Ya lo tenían pactado España, Portugal y Francia, y Alemania dio la sorpresa hace unas semanas: se unía al corredor para transportar hidrógeno verde, bautizado como H2Med, prolongándose la canalización submarina ya prevista entre Barcelona y Marsella hasta el país germano. Además, con cuatro países interesados, se multiplican las posibilidades de contar con fondos europeos para una infraestructura que moverá cifras millonarias, pero que hoy en d...
Ya lo tenían pactado España, Portugal y Francia, y Alemania dio la sorpresa hace unas semanas: se unía al corredor para transportar hidrógeno verde, bautizado como H2Med, prolongándose la canalización submarina ya prevista entre Barcelona y Marsella hasta el país germano. Además, con cuatro países interesados, se multiplican las posibilidades de contar con fondos europeos para una infraestructura que moverá cifras millonarias, pero que hoy en día presenta muchas incertidumbres, tanto políticas como económicas.
¿Por dónde transcurrirá?
El proyecto de hidroducto está conformado por dos infraestructuras transfronterizas. Una va entre Celorico da Beira (Portugal) y Zamora (248 kilómetros), y otra entre Barcelona y Marsella (Francia), de 455 kilómetros y que discurre bajo el mar a una profundidad máxima de 2.557 metros. Ambas estarían disponibles en 2030. En cuanto al tramo hacia Alemania aún no se sabe gran cosa, pero se espera que haya datos en abril.
¿Cómo se va a financiar?
España y Francia han presentado la infraestructura a la convocatoria para Proyectos de Interés Común (PCI, por sus siglas en inglés), con el objetivo de poder recibir financiación europea. El tramo Portugal-España tiene un presupuesto de 350 millones de euros de inversión y una duración estimada de 48 meses para la construcción. En cuanto al de España-Francia, hablamos de 2.500 millones de euros de inversión y 56 meses para su realización. Además, en el caso de España, el transportista y gestor del sistema (Enagás) estima unas inversiones máximas de 4.670 millones de euros en el diseño de la red troncal española junto a dos almacenes.
¿Qué combustible llevará?
Aquí la polémica es doble. Por un lado se debate si en una primera fase el hidroducto podrá llevar gas natural, tal y como proponen como solución óptima desde la Agencia Internacional de la Energía (AIE), o exclusivamente hidrógeno renovable, posición que defiende taxativamente Francia.
Pero el problema radica en la clase de hidrógeno que trasladará, ya que Europa sigue dividida respecto al de origen nuclear. Mientras París quiere que el hidrógeno rosa (producido a partir de nucleares) se clasifique como verde en la futura Directiva Europea de Energías Renovables (RED III), en fase final de discusión, España y Alemania siguen oponiéndose.
Es un punto de fricción tan importante que podría llevar a Francia a bloquear el proyecto H2Med. Su argumento es que, si no pueden producir H2 considerado verde según la actual normativa, no tendrían nada que transportar por ese corredor y, por tanto, no tendría sentido su construcción.
¿A qué otros países conectaría?
El H2Med afecta directamente a Portugal, España, Francia y Alemania, y está ya ideado el trazado entre los tres países fundadores; queda por afinar cómo será la unión con Alemania. No obstante, Berlín cuenta con la red H2ercules que prevé diferentes conexiones con países vecinos de aquí a 2030, tal y como refleja el mapa que ilustra este reportaje. Además, recuerdan desde la Asociación Española de Hidrógeno (AeH2), la iniciativa European Hidrogen Backbone (EHB) persigue la instalación de casi 40.000 kilómetros de tubería que atravesarán 20 países europeos. “Dos tercios se destinarán a la reutilización de la red actual, y una tercera parte serán tuberías completamente nuevas”, apuntan.
¿Qué críticas recibe el proyecto?
Principalmente de otros países que se pueden resistir a financiar una infraestructura que en nada les beneficia. O de grupos ecologistas y sociales que alertan sobre los impactos negativos sobre el territorio y los ecosistemas, principalmente marinos. Además, consideran que detraen recursos económicos que podrían ser invertidos directamente en energías renovables de eficacia ya demostrada.
También, expertos en energía y economía, como los del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA, por sus siglas en inglés), plantean serias dudas sobre la viabilidad de la propuesta, argumentando incertidumbres en la demanda de hidrógeno verde o costes excesivos.
¿Cómo reaccionó el sector español?
En general, de forma positiva. La AeH2 apoya “el inicio del despliegue de este tipo de infraestructura, que, poco a poco, convierte en realidad el uso del hidrógeno como un combustible alternativo en el que España desempeñará un papel fundamental”, afirma su presidente, Javier Brey.
Además de garantizar la seguridad de suministro y descarbonizar industria y movilidad, “supondrá un hito en la transición energética, el comienzo de la quinta revolución industrial”, considera Javier Estévez, director de Operaciones de las Energías Renovables de Ansasol. Según Anselmo Andrade, consejero delegado del fabricante de electrolizadores H2B2, “permitirá que este vector energético se convierta en una alternativa real”.
¿Cuánto H2 podrá transportar?
Este corredor permitirá mover unos dos millones de toneladas anuales de hidrógeno verde. “Si se considera que el Hydrogen Accelerator, recogido en el plan europeo REPowerEU en mayo de 2022, establecía un objetivo de 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable de producción europea y otro tanto de importaciones, ambas para 2030, para reemplazar el gas natural, el carbón y el petróleo, estaríamos considerando que el H2Med, en ese año, podría mover un 10% del hidrógeno europeo”, calcula Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2). También permitiría la exportación hacia el norte de Europa del exceso de hidrógeno renovable producido en la península Ibérica. “Tengamos en cuenta que, según diferentes estudios internos y externos, España producirá hidrógeno renovable en una cantidad y calidad que le permitirá no solo autoabastecerse (evitando las importaciones de gas natural, carbón o petróleo), sino también exportar al norte de Europa”, resalta Brey.