Cuánto dura el duelo por el final de una relación y cómo gestionarlo

La superación de una ruptura implica tiempo y aceptación de las emociones. Compartir con personas de confianza lo que se siente, crear nuevas rutinas y recuperar lo que se sacrificó por la convivencia ayuda a abrirse a nuevas experiencias y oportunidades

Las fases comunes por las que pasa una persona que haya experimentado una ruptura son 'shock', negación, negociación, depresión, ira y, finalmente, aceptación y superación.Visoot Uthairam (Getty Images)

Todas las relaciones terminan de una forma u otra, aunque cuando se construye un vínculo de pareja se tiende a olvidar que este no será eterno. “Aunque se trate de una unión satisfactoria, nutritiva y duradera, puede ser la muerte la que marque el fin del vínculo”, recuerda Ana Muñoz, psicóloga y terapeuta Gestalt individual y de pareja. Cuando, por ejemplo, una enfermedad terminal se convierte en el preludio que anuncia el fin de una relación, la aceptación de la situación puede resultar más sencilla. “Se trataría de un duelo anticipado que permite asimilar la pérdida antes de que suceda. También puede convertirse en un buen momento para acompañar con mayor presencia, cultivar recuerdos hermosos o resolver algún tema pendiente”, explica Muñoz. Tania Soria, psicóloga sanitaria experta en relación y ruptura de pareja, además de directora del centro Psicotraining Madrid, enumera las fases comunes por las que pasa una persona que haya experimentado una ruptura: “Se trata de un proceso que pasa por distintas fases: shock, negación, negociación, depresión, ira y, finalmente, aceptación y superación”.

Cuando una relación termina debido a una ruptura, esta se puede producir en diferentes contextos, como en el caso de los que permiten llevar a cabo un duelo anticipado. “Por ejemplo, en una situación ya deteriorada, donde hayan tenido lugar conversaciones sobre esa realidad y la posibilidad de poner fin a la situación con una separación o divorcio”, menciona Soria. “Pero también puede haber finales más abruptos, como los abandonos, en que los shock es más fuerte”, destaca por su parte Muñoz.

La dinámica de una pareja puede crear la falsa sensación de que la otra persona es parte de uno mismo. “Todo depende del modelo de apego de cada cual, porque cada relación es distinta, con su propio idioma e historia única, por ello cuando termina es fácil tener una sensación de confusión, desorientación y vértigo”, explica Muñoz. “También el modo en que ocurre la ruptura puede ser diverso; no es igual si se produce de mutuo acuerdo, que si una persona deja a la otra, por lo que la vivencia y el duelo serán diferentes según cada caso”, matiza.

La forma de superar un duelo emocional asociado al fin de la relación de pareja pasa por permitirse sentir: “Es importante estar en conexión con las emociones que consideramos desagradables, sin pelearse con ellas; poderlas nombrar y reconocerlas en privado o compartirlas con gente de confianza, que escuche con atención y sin juicio, para poder expresar lo que se necesite”, aconseja la especialista.

Cuánto dura el duelo por el fin de un amor

El tiempo del duelo por el final de una relación amorosa depende de cada persona, pero, en general, suele durar entre los seis meses y los dos años.MementoJpeg (Getty Images)

El tiempo del duelo por el final de una relación amorosa depende de cada persona, pero, en general, se puede establecer un período entre los seis meses y los dos años, según determina la Asociación Norteamericana de Psicología. “Conviene no hacer un problema de la sensación de tristeza y evitar creer que el proceso es demasiado largo, porque aunque se pretenda forzar la situación y esconder o disimular lo que se siente, el duelo sigue ahí”, continúa la experta. Ella destaca que al inicio del proceso de la ruptura o pérdida de la pareja se produce una sensación de vacío y desorientación: “Existía un vínculo y un proyecto vital que, al desaparecer, deja una herida que no se va a poder llenar, pero sí se puede curar y surgirán nuevos vínculos y proyectos, que no deben servir para rellenar el hueco que deja esa despedida”, asegura.

Tras el término del duelo, puede haber momentos de añoranza o nostalgia, porque el recuerdo de la persona sigue existiendo. Hay que adaptarse a la nueva situación y, construir una nueva realidad a partir de otras costumbres. Conviene aceptar que la cotidianidad ya no es la misma y realizar otras rutinas, como apuntarse a un deporte diferente. “En este sentido, la regla de los 21 días para crear un nuevo hábito puede servir. Incluso se puede ir tachando las fechas en el calendario, como forma de aportar esperanza y superar con más facilidad el vértigo de sentir que no se controla nada”, aconseja Soria.

El final de una relación abre la puerta a nuevas vivencias y a recuperar otras que se dejaron atrás al comenzar la convivencia. “Algunas de ellas pasan por el regreso de la conexión con uno mismo, porque estar en pareja implica ciertas renuncias, como en los planes, con el fin de conciliar con la otra persona”, asegura por su parte Muñoz.

Recomendaciones que ayudan a gestionar el duelo por la pareja

Ciertas pautas pueden ayudar a gestionar el proceso emocional que se genera tras el fin de una relación. La psicóloga Tania Soria indica las siguientes:

  • Evitar el aislamiento y practicar el autocuidado (ejercicio físico, descanso, alimentación equilibrada...) y la compasión con uno mismo.
  • Tener paciencia durante el proceso de duelo con lo que se siente y no presionarse.
  • Compartir las emociones con las personas con las que se tiene confianza y sensación de seguridad y no abandonar las viejas amistades debido a la nueva situación.
  • Acudir a terapia, si se necesita, para encontrar un lugar sin juicio que ayude a transitar la pérdida.
  • Cuidar la salud practicando ejercicio, baile, yoga o cualquier afición que aporte bienestar.
  • Recuperar las actividades, tiempos y espacios que quedaron aparcados por la convivencia en pareja, como viajar en solitario.
  • Aprender algo diferente, como un idioma o un arte, ya que tener la mente activa ayuda a frenar los pensamientos negativos.
  • Mantener contacto cero con la expareja (si es posible) y dejar de visitar sus redes sociales o fotos, que solo alimentan la espiral del dolor emocional por la ruptura.

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