El éxito de los ‘Funko Pop’ a través de coleccionistas como Edurne: “Funko’ que veo, me gusta y no tengo, ‘funko’ que me llevo”
Muchos aficionados a estos muñecos de plástico de no más de 18 centímetros dedican espacios enteros de sus casas a exponerlos. Aunque las novedades se pueden agotar en minutos, las colecciones más deseadas son las más antiguas y atemporales
“¿Seguro que este no lo tiene?”, pregunta Mario mientras sujeta una caja en la que se deja ver un muñeco de plástico, de no más de 18 centímetros, del Capitán América, de Marvel. “Tiene tantos que ya no sé… Cogemos este mejor [mientras señala uno de Ron Weasley, inseparable amigo de Harry Potter] que es una edición especial”, responde su compañera de compra. Están buscando el funko perf...
“¿Seguro que este no lo tiene?”, pregunta Mario mientras sujeta una caja en la que se deja ver un muñeco de plástico, de no más de 18 centímetros, del Capitán América, de Marvel. “Tiene tantos que ya no sé… Cogemos este mejor [mientras señala uno de Ron Weasley, inseparable amigo de Harry Potter] que es una edición especial”, responde su compañera de compra. Están buscando el funko perfecto para su amigo Luis, de 29 años. Pero su amplia colección, que estiman en más de 200 muñecos, está poniendo muy difícil la búsqueda del regalo adecuado.
Luis no es el único apasionado por estos pequeños muñecos en España y mucho menos en el mundo. La empresa estadounidense, solo en 2021, obtuvo unas ganancias de algo más de mil millones de dólares, gracias a las más de 1.000 licencias activas con más de 200 proveedores de contenido como Disney o Netflix, según datos aportados por Funko. Pero en 2022, el fabricante comenzó a atravesar una mala racha generada por las bajas ventas y el exceso de inventario. Ante esto, la empresa decidió deshacerse de miles de muñecos que tenían almacenados.
El entusiasmo por estos muñecos va más allá de un mero capricho. Para muchos no son juguetes, son auténticas piezas de coleccionismo, tal y como asegura Ubaldo Hervás, director del máster de Growth Hacking & Marketing Automation en IEBS Business School y Digital Analyst en la empresa LIN3S: “La gracia es que no puedes comprar solo uno. Todo el mundo empieza comprando uno y después llega el segundo, el tercero… Y, al final, acaban creado una colección de decenas de ellos”.
Eso, precisamente, es lo que le ocurrió a la cantante Edurne. Dos de sus amigos —y también representantes— le regalaron en 2017 el que se convirtió en el primero de una gran colección que ya alcanza los 750 y que guarda en una habitación propia de su casa de Mánchester con todos los muñecos en exposición. Las cajas originales las almacena a buen recaudo por si en el futuro se avecina una mudanza. “El primero fue un funko de Rapunzel, una de mis películas favoritas de Disney. Después otro amigo me regaló uno de Juego de tronos. Y cuando ya tuve tres pensé: ‘Uy, qué bonitos quedan’. Investigué en internet y cuando vi que había tantas cosas de películas que me gustaban, de cantantes… No pude parar”, explica la artista a EL PAÍS vía telefónica.
Una colección que comparte con su pareja, el portero David de Gea, que incluso cuenta con su propio funko oficial. En sus estanterías tiene muñecos personalizados de ella y de su hija, Yanay. Cada vez que va a comprar, la artista no puede evitar acercarse a la sección para comprobar si hay novedades que todavía no tiene: “Una vez me pasó que vi uno que no tenía y pensé: ‘Luego lo compro’. A lo que volví ya no estaba. Y decidí que eso no me iba a volver a pasar. Funko que veo, me gusta y no tengo, funko que me llevo”.
Según Hervás, los humanos —y en concreto los coleccionistas— no actúan de manera racional: “En este mundillo te fijas más en la figura que no tienes que en la que ya tienes, de ahí que haya tanto fanatismo”. Y añade que, en unos años, los funkos se han convertido en un nuevo espejismo de los gustos de cada uno: “Cuando invitas a alguien a esa parte de tu casa, le estás enseñando algo de tu identidad. Porque no te haces una colección de algo que no te gusta. Eso está claro. Es un tema identitario”.
Lo mismo le ocurre a uno de los representantes de Edurne, Franchejo Blázquez, quien empezó a comprar de poco en poco hasta que “se desató la locura”. Ahora mismo cuenta con 350 muñecos que expone en estanterías junto a otros objetos de coleccionismo como discos, películas o vinilos. Para controlar cuáles tiene y cuáles no, tiene descargada en su móvil la aplicación oficial de la marca, donde va registrando las nuevas adquisiciones: “A veces iba a las tiendas y no me acordaba si ya tenía uno o no. Además, también puedes ver cómo se van revalorizando los que ya tienes”.
Uno de los más exclusivos —y también más caros— de su amplia colección es Lotso, el oso rosa de Toy Story. “Está desaparecido. En su día pagué unos 100 euros. Intento no volverme muy loco, porque al final son muñecos”. Y es que Funko juega con las ediciones limitadas para atraer a los coleccionistas. “Trabajan con el principio de escasez. Es decir, tener la versión limitada de Ron Weasley es algo muy atractivo. Cuando lo tienes, tienes algo más que una figura, es algo muy raro y muy limitado de conseguir”, explica el experto en marketing.
Como hay Funko Pop para todos los gustos, cualquier persona puede encontrar el suyo: desde la reina Isabel II hasta uno de Whitney Houston, pasando por personajes ficticios como Dumbo o Jack Dawson, protagonista de Titanic. La empresa se aprovecha de los estrenos para lanzar en exclusiva las colecciones relacionadas con fenómenos del cine y la televisión. Algo que sucedió precisamente hace unos meses con La casa de dragón, la precuela de Juego de tronos: los pusieron a la venta antes de que se emitiesen los episodios.
Y cada quien, se centra en sus colecciones favoritas: “De Juego de tronos los quiero todos, pero me faltan muchísimos. Con el tema Disney me vuelvo loca, tengo casi todos y en todo tipo de tamaños”, explica Edurne. En cambio, su representante se ha centrado estos años en completar la de Toy Story: “Tengo toda la colección, pero si apareciese uno que no tuviese pagaría como mucho 100 euros y ya me parece un poco locura”. Uno de sus deseos frustrados es que salga a la venta la colección oficial de las Spice Girls, uno de sus grupos favoritos y del que reconoce ser muy fan: “Me da mucha rabia que no haya nada de ellas, pero el día que los saquen van a arrasar porque hay muchísimo fenómeno fan detrás”.
Una de las tiendas físicas más populares entre los coleccionistas de Funko Pop es Atlántica3.0, situada en pleno centro de Madrid. Un padre y su hijo entran ilusionados a una de las dos tiendas de la empresa: “¿Tenéis funko de Hora de aventuras?”. Uno de los trabajadores le deriva al local contiguo, donde están más especializados en las figuras. “Tenemos aproximadamente 2.000 funko diferentes y, aun así, no abarcamos la demanda total del mercado, porque muchos de nuestros clientes buscan figuras descatalogadas que ahora mismo solo se consiguen en mercados secundarios y a un precio muy elevado”, explica Alberto García, encargado de la tienda. En estos últimos meses, los muñecos de la serie Stranger Things se han convertido en los más solicitados, llegando a agotarse unas horas después de ponerlos a la venta en su tienda física. “Trabajamos con diferentes distribuidores oficiales por todo el mundo y, aun con eso, hay figuras que no vienen a Europa. Ese es el gran talón de Aquiles de su distribución. No llegan tantas exclusivas como necesitaríamos”, añade García.
Aunque cada poco tiempo llegan novedades de nuevas licencias, lo más buscado continúan siendo las colecciones más antiguas y atemporales. “Es muy raro que compremos ya en tiendas comerciales, o solo lo hacemos cuando sale algo nuevo. Lo que buscamos es hacernos con los antiguos y eso tiene que ser en tiendas de coleccionismo o de segunda mano como Wallapop o como Vinted. A veces consigues figuras que en España es imposible encontrar”, expone Franchejo Blázquez. Solo en Wallapop, los anuncios de ventas aumentaron alrededor de un 180% entre 2020 y 2022. En este último año, la plataforma registró más de 800.000 búsquedas relacionadas con estos productos, según datos aportados por la empresa, siendo las figuras de Stranger Things, Harry Potter, La guerra de las galaxias y Marvel las más buscadas.
Y como esto se ha convertido en una afición para muchos, también ha derivado en que se creen lazos de amistad entre sus fieles seguidores. “Conocí a uno de mis mejores amigos a través de Wallapop, comprándole un funko. Él es de Mallorca y compra mucho a Australia, Estados Unidos… Un día vi que vendía uno que estaba buscando y contacté con él y me envío por WhatsApp todos los que tenía. Nos ayudamos mutuamente, compartimos gastos de envío cuando compramos a mercados internacionales… Nuestra amistad ha trascendido más allá de los funko”, subraya Blázquez. Para muchos son unos simples muñecos de ojos saltones, pero la realidad es que han escalado a la élite del coleccionismo y han conseguido desplazar a los objetos más tradicionales.