Milton Glaser: La satisfacción de dedicarte a aquello que amas

El Museo de Bellas Artes de Bilbao inaugura una nueva muestra dedicada a la obra del diseñador, conocido por ser el creador del famoso I [love] NY

Una mujer observa el cuadro "50 aniversario de la Vespa" de 1996, uno de los que forman parte de la exposición monográfica del diseñador.Luis Tejido (EFE)

Milton Glaser decía que no hay mejor propósito en la vida que empezar a trabajar en aquello que amas. El carisma de uno de los diseñadores gráficos más conocidos a nivel mundial le llevó a esbozar carteles de discos, libros o festivales de música, pasando por carteles cuyo propósito era mostrar ese activismo que Glaser tenía por los derechos humanos y el medio ambiente. La nueva exposición inaugurada este martes del ...

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Milton Glaser decía que no hay mejor propósito en la vida que empezar a trabajar en aquello que amas. El carisma de uno de los diseñadores gráficos más conocidos a nivel mundial le llevó a esbozar carteles de discos, libros o festivales de música, pasando por carteles cuyo propósito era mostrar ese activismo que Glaser tenía por los derechos humanos y el medio ambiente. La nueva exposición inaugurada este martes del Museo de Bellas Artes de Bilbao se centra precisamente en este aspecto: dar una idea fehaciente de la versatilidad del creador neoyorquino a través de sus obras más emblemáticas. En total, el visitante podrá observar una veintena de muestras, seleccionados de entre lo 48 que han sido donados por un coleccionista particular, en 2013, 2020 y 2021, tal y como se señala en la nota de prensa facilitada a los medios de comunicación. Comisariada por el profesor del Departamento de Historia del Arte y Música de la Universidad del País Vasco, Mikel Bilbao, supone la ampliación del extenso fondo que el Museo posee en lo relacionado con esta disciplina artística.

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La exhibición sigue la estela de la exposición Mensajes desde la pared. Carteles en la colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao, que presentó en 2015 más de doscientas piezas pertenecientes a la amplia colección del Museo, incluido el famoso cartel Dylan, que Glaser creó en 1967 para un disco de grandes éxitos del artista de Minnesota. En esta ocasión, además de este último, destaca el cartel de la película Next Stop Greenwich Village, dirigida por Paul Mazursky y que narra las peripecias de un joven actor que emigra de su ciudad natal al bohemio Greenwich Village. Junto a él, se expone el cartel del Festival de Otoño Long Island celebrado en 1982 y cuyo diseño está pensado para que las cabezas y colas de los peces recortados se recompongan en una imagen de cuerpo entero mediante el pegado de varios carteles seguidos, o la obra dedicada al 50º aniversario de la motocicleta Vespa, cuya comercialización comenzó en 1946.

Mención aparte merece el diseño I [love] New York, reconocido a día de hoy en cualquier rincón del mundo. Glaser recibió el encargo de las autoridades de Nueva York para que diseñara una obra para que que reavivara el sentido de pertenencia a la ciudad, muy dañado por la etiqueta de ciudad insegura y violenta que la ciudad del Empire State y el Central Park transmitía fuera de sus fronteras. Fue en un taxi que transitaba por la calle 67 cuando Glaser cambió el diseño original y la palabra “love” por un robusto corazón rojo. A pesar del cambio minúsculo, el diseño creado se convirtió de manera fugaz en el emblema de la Gran Manzana, pasando, de este modo, a la historia del diseño y en la memoria colectiva. Pese a su incontestable éxito mundial, el artista ni siquiera llegó a registrar el boceto.

El diseño "I [love] New York, una de las obras más emblemáticas de Milton Glaser.Planeta Píxel

El director del Museo, Miguel Zugaza, ha señalado en la rueda de prensa celebrada en el Auditorio del centro lo que supone contar con una serie de muestras de uno de los artistas gráficos más reconocido a nivel mundial: “Un nuevo grupo de donaciones, lideradas por Mikel Bilbao, nos permite describir una personalidad influyente del diseño gráfico internacional. Una veintena de muestras que sirven para trazar una pequeña retrospectiva de este legendario creador”. Asimismo, se ha referido a la conferencia que será impartida por el propio Bilbao el próximo 17 de febrero, en la que se abordará la colección completa de Gleaser: “Igual que las donaciones presentadas, cada obra merecerá una mención especial en la conferencia que protagonizará Mikel [Bilbao], y que propondrá un recorrido panorámico por la obra del artista”. Por su parte, Bilbao ha destacado la versatilidad del creador, cuyo trabajo incluye un conjunto de obras alejadas del mero diseño gráfico: “Estamos hablando, en realidad, de un diseñador integral, capaz de crear todo tipo de contenidos”.

A lo largo de su dilatada trayectoria, Glaser diseñó más de medio millar de carteles culturales, comerciales o activistas. Todo ello le valió para obtener relevantes premios como el Cooper Hewitt Lifetime Award en 2004 que le fue otorgado en reconocimiento por su trayectoria profesional o la medalla nacional de las artes en 2009, que le convirtió en el primer diseñador gráfico de la historia en obtener dicho galardón. La muestra estará disponible hasta el próximo 26 de junio en la sala 32 del Museo, pudiendo acceder de manera gratuita a través de las invitaciones descargables desde hoy en la página web del centro y en las taquillas.

"Todos tenemos un potencial artístico"

Glaser siempre utilizósu trabajo y su vocación como un motor de desarrollo personal: “Tiendo a estar cada vez menos dispuesto a repetir lo que ya se ha hecho”. Sin embargo, se muestra convencido de que los hitos de su carrera — el célebre logo en el que expresaba su amor por su ciudad o la famosa carátula del disco de grandes éxitos de Bob Dylan (1967)— fueron involuntarios. Puede que por eso, el diseñador sostenga que todos tenemos potencial artístico: “Si el calificativo bellas aplicado a las artes transmite una cualidad de pureza que las distingue de las artes aplicadas, cabe preguntarse de qué impureza adolecen estas últimas”. ¿La falta de un propósito espiritual? Tampoco le interesa a Glaser la defensa del arte como expresión del artista: “Miguel Ángel no pintó el juicio final para expresarse. Lo pintó porque el Papa quería aterrar a los fieles de la congregación”. Así, Glaser cree que el arte no busca reflejar ni la expresión ni el mundo de un autor sino, como escribió Horacio, “enseñar y deleitar”. El arte como trabajo (Art is Work) y el dibujo como pensamiento (Drawing is Thinking) son dos de sus lemas —ambos titulan un capítulo del libro—. “Cuando miro algo, no lo veo realmente hasta que tomo la decisión de dibujarlo. Dibujar algo con humildad permite que la verdad aparezca”, sostiene.


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