‘Héroes’

Tiene Madrid un Oso y Madroño psicodélico que da las gracias a los héroes que lucharon contra la covid. Su autora es María Losada, una estudiante de Diseño Gráfico madrileña que ha decidido inspirarse en este movimiento cultural de los años 60 para versionar la icónica escultura de la Puerta del Sol. El resultado es una colorida réplica cargada de simbolismo que representa a enfermeras, médicos, al personal de limpieza y a otras de las profesiones más expuestas en la pandemia. La escultura, que ha sido una de las 40 ganadoras del concurso de diseño ¡Muchas gracias, Madrid!, se expone ya en las calles de la capital para el disfrute de todos.

Héroes está llena de colores y elementos vivos y pretende radiar positividad. Representa, a ojos de la artista, “todo lo que nos protege y alegra”. “Me inspiré en el movimiento de la psicodelia de los 60 porque quise plasmar felicidad en un momento tan gris con vivos elementos. Hay soles porque nos han traído luz, columnas porque han sido los pilares de la comunidad, manos de empleados de supermercados, la de un médico, la de un policía o la de las personas que limpian”, explica la estudiante de 21 años.

Hay muchas maneras de decir gracias sin decirlo. Losada lo ha logrado con el diseño gráfico, una profesión a la que quiere dedicarse. Cuenta que la suya es una familia de médicos, pero su espíritu libre le hizo decantarse por algo más creativo.

Que podía expresarse con el arte fue consciente a los 16 años, cuando se encontraba inmersa en la decisión de a qué dedicar sus estudios. Por aquel entonces, el dibujo le ayudó a mitigar la ansiedad que, aún hoy, asoma a veces. “Parecía predestinada a estudiar Medicina por tradición familiar, como mi abuelo y mi padre, pero tenía en el corazón que yo podía ayudar a los demás con mi expresión artística”.

Si algo le ha enseñado la pandemia, reflexiona, es la importancia de la solidaridad en la sociedad. “Tenemos que fomentar el sentimiento cívico que tenemos los unos con los otros, intentar cuidar de la gente que nos rodea, no solamente de nosotros mismos”. Por eso no se olvida de los momentos más duros de la covid, cuando, por ejemplo, su padre se contagió en el edificio donde trabajaba. “Era estresante ver a mis padres entrar y salir del hospital, donde había tanta gente contagiada y grave, y donde se exponían a diario. Afortunadamente tuvo el virus tres semanas, pero todo pasó ya”, recuerda hoy aliviada. Lo que no pensó Losada fue en dedicar su oso a alguien en concreto mientras lo pintaba en su iPad. Hoy lo tiene claro: “A mi abuelo Manolo, por todo”.