Logroño y Madrid se quedan El Gordo y parte de los premios alivia a los castigados por la dana de Valencia
El sorteo de la Lotería de Navidad regala 2.702 millones. El primer premio, el 72480, va a parar a una administración de La Rioja que vendió la mitad en la capital. La suerte hace un guiño a pueblos afectados por las riadas del 29 de octubre como Catarroja, Paiporta, Aldaia, Alfafar y Requena
La suerte ha vuelto a viajar en las voces de los niños de San Ildefonso por toda España. Con un total de 193 millones de décimos, la empresa publica Loterías del Estado ha repartido 2.702 millones en premios, de los que recauda el 20% de los superiores a 40.000 euros. La tradición se repite desde 1812, cuando durante el reinado de Fernando VII se creó este sorteo en Cádiz para compensar —con la ilusión de los ciudadanos— las saqueadas arcas de un país, asfixiado por el gasto militar de la guerra de la Independencia contra las invasiones napoleónicas. Esta edición, la gran esperanza de ser agraciado con los 400.000 euros del boleto de El Gordo (un 0,001% de probabilidad matemática) se concentraba en los pueblos de Valencia arrasados por las riadas de la dana del pasado 29 de octubre, donde la venta de billetes se disparó y los supersticiosos buscaban combinaciones de cinco números acabados en 29 o que coincidieran con la fecha del desastre. Pero parte de la esperanza de Valencia se ha transformado a las 11.27 horas de este domingo en la alegría de Logroño, donde se ha vendido íntegramente El Gordo (72480), en la administración de Ángel Alda, en la calle Muro del Carmen, desde donde ha repartido 700 millones de euros. Eso sí, “aproximadamente la mitad” de ellos, según otro de los propietarios de la administración, han ido a parar a un club de baloncesto del popular barrio madrileño de San Blas, en Madrid, el Club Deportivo Distrito Olímpico, “con quienes trabajamos desde hace años”, comentaba Alda a las puertas de su local, donde se brindaba con vino de Rioja en vez de con champán.
La suerte ha salpicado también generosamente otros puntos de Madrid, donde han caído íntegros tres quintos premios —en un quisco de Gran Vía (45225), en la calle de Sagasta (97345) y en la calle de Sepúlveda (75143)—, y buena parte de un cuarto premio (48020) en una administración de la calle de Colombia y algo del tercero (11840), en la calle Arenal. El segundo premio (40014), el más tardío de la mañana prenavideña (13.30 horas) ha dejado más de 150 millones en Valladolid.
En Valencia, Paiporta, epicentro de la dana que causó 223 muertos, ha repartido un cuarto y un quinto premio. Una pequeña administración de lotería de Paiporta, La Estrella, ha vendido décimos de un cuarto premio (77768) y de un quinto (72480). Rafael Rodríguez aún no sabe cuánto dinero ha dado. Está esperando a su hija, Mari Carmen, a la que le traspasó la administración hace años. “Estamos encantados, claro. Por nuestros vecinos y por los voluntarios que han comprado. También hemos vendido a muchos sitios de España”, cuenta, junto a un particular árbol de Navidad del local que ha diseñado su mujer: una estructura de dos escobas y dos cepillos con una base de botas de agua coronada por una estrella. Es el árbol del lodo que aún es muy visible en torno al cercano barranco del Poyo. Frente al local, no dejan de pasar vehículos militares, mientras en la plaza Mayor se reparten juguetes donados desde Madrid a un grupo de niños y varias mujeres preparan chocolate en una gran cazuela. “La emoción viene porque estamos muy sensibles, hacía falta animar un poco al pueblo, hacer ver que también va a venir lo bueno, necesitaba dar un premio, han sido dos, pues mejor”, decía Maricarmen, la propietaria de la administración muy emocionada y que asegura que este año han vendido diez veces más lotería que otros años. Su administración ha sido el único negocio que permaneció abierto en su calle tras la devastación de la riada.
José Vicente Torrijos, uno de los dueños de la administración de Requena (Valencia) que ha vendido el tercer premio, cuenta que están “contentísimos” y que es un momento “superespecial”. “Mucha gente que vive y trabaja en la zona ha sufrido daños por la dana. Necesitaban una alegría y se la hemos dado”, afirma muy emocionado por teléfono. Su administración, que lleva tres años abierta, ha vendido una serie del 11840 a los vecinos y también a miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que trabajaron en las labores de limpieza y rescate tras las inundaciones. El año pasado dieron el premio Gordo y este año, el tercero: “Nos damos por satisfechos”.
En Chella, también Valencia, Ana celebraba por todo lo alto en su bar, Los Sapatericos —“donde se come la mejor sepia rebozá de la provincia”—, los siete millones (118 series) del quinto premio 72853 que ella ha repartido desde su administración de lotería, “entre vecinos, dos comparsas, pueblos de al lado...”, cuenta. “Al menos nos llega para levantar un poco el ánimo, estamos contentos”, dice.
Un club de 700 familias
Adrián Martínez, entrenador del Club deportivo Distrito Olímpico de San Blas de Madrid, ha contado que han repartido parte de El Gordo en participaciones de dos euros mediante “trece equipos de niñas que llevaban vendiendo papeletas —a 40.000 euros cada una— a todas sus familias, amigos y vecinos del barrio”. Martínez lleva cinco, “200.0000 euros, una pasta”, reía incrédulo. El club “es el segundo club con más licencias de todo Madrid, con 700 familias, y además estamos en San Blas, uno de los barrios más humildes y obreros, y a toda la gente le viene superbién y al club, para mejorar sus instalaciones”, comentaba.
En la administración de la calle de Colombia de Madrid, donde se ha repartido buena parte (32 millones) de un cuarto premio (48020), Fernando hacía cola para cobrar los 20.000 euros de su boleto. “Iba camino de Mérida para pasar la Nochebuena y he oído mi número y me he dado la vuelta”, explica. “Vamos a tener una hija, Alejandra, y vamos a invertirlo en montar su habitación, mi niña viene con un pan debajo del brazo”, aseguraba, emocionado. Y en la conocida administración El Elefante de Arenal, en el centro de Madrid, que vendía décimos del tercer y de un cuarto premio y repartía nueve millones en premios, Magalí Desborde, la encargada del establecimiento, contaba que todos los años reparte premios: “El año pasado dimos dos quintos y El Gordo. Y el 2022, también El Gordo”.
En Lugo buscaban a un empresario que se llevó 25 décimos para repartir entre empleados. Un estanco de la ciudad, situado en las proximidades del Polígono Industrial de O Ceao, buscaba al empresario que compró por terminal el tercer premio 11.840. “No sabemos quién ha sido, imaginamos que alguno de los autónomos que vienen aquí a comprar lotería para repartir entre sus empleados, pero han sido 25 décimos, a 50.000 euros cada décimo, es decir, 1.250.000 euros”, explica María Luisa Cobas, al frente de este establecimiento de la avenida Paulo Flavio Máximo, al norte de Lugo. El estanco solo lleva dos años despachando lotería, pero su titular sospechaba que este año algún premio caería: “Ayer fui a la peluquería y les dije ‘vengo a que me pongáis guapa para salir mañana en la tele durante el sorteo de la Lotería”, cuenta emocionada.
La esperanza, esa especie de premio de consolación que Zeus incluyó en la caja de los males con la que envió a Pandora al mundo de los hombres para vengarse de Prometeo, volvió a embargar los ánimos de muchos españoles desde las primeras horas de la mañana de este domingo. El mito de Hesíodo se sublima con las voces de los niños de San Ildefonso cada 22 de diciembre en España, cuando esa esperanza adquiere la forma de décimos de lotería. Pero también un año más, la emoción y la alegría llegaron para algunos, y la decepción para otros muchos. Y aquella consolación con la que Zeus agració a los hombres permanece intacta (“al menos tenemos salud”), y mira de cara a un futuro incierto pero siempre prometedor, gracias a Prometeo.