Ayuso defiende su gestión en las residencias con la carta del familiar de un fallecido y la oposición la acusa de buscar la confrontación
La presidenta lee una misiva que tilda a Más Madrid de “vil y miserable” y el PSOE recuerda que podría llevar 7.290 críticas a los protocolos de derivación
Las muertes en las residencias de la Comunidad de Madrid durante lo peor de la pandemia han vuelto a provocar este jueves un encontronazo entre la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso (PP), y la oposición. La líder conservadora ha leído durante el pleno de la Asamblea una comunicación supuestamente enviada por el hijo de un fallecido en estos centros, que afea con la máxima dureza a Más Madrid el uso “vil y miserabl...
Las muertes en las residencias de la Comunidad de Madrid durante lo peor de la pandemia han vuelto a provocar este jueves un encontronazo entre la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso (PP), y la oposición. La líder conservadora ha leído durante el pleno de la Asamblea una comunicación supuestamente enviada por el hijo de un fallecido en estos centros, que afea con la máxima dureza a Más Madrid el uso “vil y miserable” de la tragedia, y reclama que se deje de incluir a su padre entre los 7.291 muertos por cuya desaparición protesta la izquierda. Tras la bronca que ha provocado la lectura del texto, el PSOE ha acusado a Ayuso de “demagogia” y de buscar “la confrontación permanente” mientras que Más Madrid le ha pedido que aproveche para dar su opinión sobre los informes policiales que retratan el drama o del estudio científico que concluye que las residencias nunca se medicalizaron y que los hospitales madrileños rechazaron a sus enfermos 11 días antes del primer “protocolo de la vergüenza”.
“Les voy a leer una carta”, introduce Ayuso. “Mi padre se llamaba Felipe y murió a los 91 años en una residencia de la Comunidad de Madrid en los primeros días de la pandemia y lo hizo perfectamente asistido y en paz”, pone voz al texto. “(...) Exijan a la portavoz de Más Madrid que descuente uno, mi padre, la próxima vez que dé cifras de fallecidos en las residencias madrileñas”, añade. “Se me parte el alma cada vez que esta partida de mercenarios convierte la memoria de mi padre en un número, uno más entre tantos, por motivos espurios, y meramente electorales, buscando arañar un puñado de votos”, sigue. “No se puede ser más vil y miserable (...) Pido su ayuda [la de Ayuso] para defender su memoria (...)”.
Terminada la lectura, Ayuso concluye: “Les dice que siguen siendo igual de inhumanos, igual de miserables, y que el tiempo les va a condenar a ustedes y les va a dejar eternamente en la oposición por ser como son”. Ayuso solo ha desvelado el nombre del autor de la carta, Raúl, sin añadir sus apellidos. Tampoco ha dicho en qué residencia vivía su padre ni en qué día se produjo el fallecimiento.
Las protestas se suceden mientras la presidenta de Madrid lee ese texto, que llega a las manos de la líder conservadora a través de un formulario registrado en el portal de atención al ciudadano, según explica ella misma. El dato de 7.291 muertos al que hace referencia la carta procede del diario InfoLibre, que analizó las muertes por cualquier causa dentro de residencias madrileñas en los meses de marzo y abril de 2020.
Fue en esos meses cuando hicieron mayores estragos los protocolos de triaje que impedían el traslado de los residentes a los hospitales para que estos no colapsaran por un exceso de afluencia de pacientes. Este medio publicó datos de derivaciones a hospitales de la Consejería de Sanidad que muestran que las exclusiones fueron más intensas entre el 9 de marzo y el 5 de abril y, con especial intensidad, entre el 16 y el 29 de marzo. Conforme los hospitales liberaron camas, los geriatras dejaron de actuar de filtro y los residentes enfermos volvieron a ser admitidos, aunque esa situación varió de un hospital a otro. Según un análisis que publicó EL PAÍS, en toda la primera ola (de marzo a junio de 2020) murieron 11.389 mayores que vivían en residencias, de los cuales 8.338 (el 73%) no fueron trasladados a un hospital.
Con todos esos datos dramáticos como telón de fondo, la oposición no se limita a protestar mientras Díaz Ayuso interviene. Al contrario, los portavoces de la izquierda toman la palabra en sendas ruedas de prensa mientras el pleno continúa.
“Nos ha parecido una pasada”, se queja Jesús Celada, el sustituto interino de Juan Lobato al frente del grupo parlamentario socialista en la Asamblea. “Es demagogia [por parte de una presidenta] en un ejercicio de confrontación permanente”, añade. “No hay una sola intervención suya [de Ayuso] en la que se busque un espacio común”, se queja. Y remata: “Le podríamos leer nosotros 7.290 cartas de familias que piensan lo contrario, y no lo vamos a hacer”.
Una línea crítica que mantiene también Manuela Bergerot, la líder de Más Madrid. “Todavía estoy esperando una opinión de Ayuso sobre los cientos de actas de la policía municipal que prueban la aplicación de los protocolos de la vergüenza, o que explique lo que piensa del informe que refleja que se dejaron de hacer derivaciones hospitalarias antes de los protocolos y que las residencias nunca se medicalizaron”, lanza. Pero no hay respuesta por parte de la presidenta, que en el pasado ha defendido que los ancianos “no se salvaban en ningún sitio”. Al poco de leer su carta, Ayuso abandona la Asamblea.
Este diario solicitó al gobierno una copia del original de la comunicación que recibió, sin haber obtenido respuesta en el momento de publicación de este artículo.