Olga González Valle, la jefa dermatóloga de Madrid más productiva: “Los pacientes no deberían esperar más de tres meses”

EL PAÍS culmina una serie sobre la lista de espera más saturada, la de dermatología, con una entrevista a la antigua responsable en el Hospital de Getafe, que dirigió en 2023 el departamento de esta especialidad que atendió a más pacientes por médico

La dermatóloga Olga González Valle, quinta por la izquierda, en una foto de archivo con la mayoría de los miembros de su equipo en el Hospital de Getafe, Madrid.COMUNIDAD DE MADRID

Olga González Valle ha sido la jefa del departamento de dermatología del Hospital de Getafe entre septiembre de 2019 y mayo de este año. En 2023, su equipo de 14 sanitarios (ocho médicos contando con ella, tres enfermeras y tres auxiliares de enfermería) fue el más productivo de los 28 hospitales del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) que cuentan con esa especialidad. González destaca también por otra característica: ella se ha dedicado en exclusiva a su hospital en el municipio al sur de Madrid (185.899 habitantes), a pesar de que trabaja en un sector muy lucrativo donde el bum de las clíni...

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Olga González Valle ha sido la jefa del departamento de dermatología del Hospital de Getafe entre septiembre de 2019 y mayo de este año. En 2023, su equipo de 14 sanitarios (ocho médicos contando con ella, tres enfermeras y tres auxiliares de enfermería) fue el más productivo de los 28 hospitales del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) que cuentan con esa especialidad. González destaca también por otra característica: ella se ha dedicado en exclusiva a su hospital en el municipio al sur de Madrid (185.899 habitantes), a pesar de que trabaja en un sector muy lucrativo donde el bum de las clínicas estéticas está provocando que los dermatólogos compaginen actividad en la privada y la pública. Como ha contado EL PAÍS, 23 de los 28 jefes de servicio del Sermas combinan ambas prácticas y seis de ellos han abierto clínicas propias. Uno de ellos, Pedro Jaén, emplea a 17 de sus 27 médicos del Hospital Ramón y Cajal en su red de clínicas privadas, donde factura 17 millones de euros al año. Los hospitales de estos médicos suelen tener un rendimiento peor a la media. Esto sucede en la especialidad más saturada del Sermas ―105.329 pacientes en espera en septiembre, es decir, casi uno de cada siete de los madrileños en cola ese mes, en un sistema con más de 30 ramas―.

La productividad del equipo de González sobresale en la lista con datos oficiales a la que ha tenido acceso este periódico. Cada dermatólogo en Getafe vio a 4.698 pacientes. El segundo es el Hospital Infanta Sofía (San Sebastián de los Reyes), con 4.190; la media del Sermas fue de 3.158; y los peores clasificados son un grupo de tres hospitales que rondan los 2.000 pacientes. A pesar de esta buena cifra, la presión asistencial ha sido tan alta en Getafe que a González y a su equipo les ha costado contener los tiempos de espera. En su último año completo rondaron entre los dos y los tres meses. Los peores hospitales de Madrid tienen actualmente esperas de cuatro, cinco y seis meses. El último lugar es para el Ramón y Cajal con más de ocho.

González, que comenzó a trabajar en el Hospital de Getafe en mayo de 2005, ha cumplido 66 años y en mayo tomó la decisión de despedirse de sus compañeros. “Era mucha sobrecarga. Se trabaja muchísimo”, explica al teléfono. Tras retirarse, se unió al equipo de dermatología del hospital privado HM Puerta del Sur, en Móstoles. Accede a contestar por correo electrónico unas preguntas, subrayando que ella es una injusta protagonista, porque considera que el mérito de los buenos números en Getafe es de todo el equipo.

Pregunta. ¿A qué se debe que su servicio fuera el más productivo en 2023?

Respuesta. En nuestro hospital se dedica la mayor parte de la jornada laboral a la labor asistencial. Al final sobrecargamos las agendas para poder atender al mayor número posible de pacientes. Esto tampoco es la solución, pues va en detrimento de otras facetas como es la investigación y la docencia, sesiones clínicas, ensayos clínicos etc. Estas tareas se realizan en nuestro tiempo libre, cuando no debería ser así.

P. ¿Fue el más productivo en años anteriores?

R. No sé si ha sido el más productivo anteriormente, pero nuestro ritmo de trabajo siempre ha sido muy alto y creo que somos de los servicios que más pacientes han atendido por dermatólogo y año.

P. ¿Por qué hay tanta variación de un servicio a otro?

R. En algunos hospitales hay varios dermatólogos a tiempo parcial, con reducciones de jornada, por lo que ven menos pacientes. También en los hospitales de primer nivel se dedica mucho tiempo a la docencia, proyectos de investigación y a realizar ensayos clínicos, sesiones, publicaciones científicas, etc.

P. ¿Por qué decidió dedicarse en exclusiva a la pública? ¿Cobraba complemento de exclusividad?

R. Siempre he sido defensora de la sanidad pública, desde que era residente mi deseo era dedicarme a la medicina pública. El complemento de exclusividad desapareció hace muchos años, no sé exactamente la fecha.

P. ¿Cree que combinar actividad en la pública y la privada tiene un coste para el servicio público?

R. Creo que eso sólo depende de la ética de cada uno. Se pueden compaginar perfectamente las dos actividades. Conozco varios ejemplos muy cercanos de dermatólogos que las compaginan y se dejan la piel en la pública.

P. ¿Por qué han crecido tanto las listas de espera de dermatología?

R. El aumento de las listas de espera tiene varias causas. Una es el aumento de la demanda. El público cada vez consulta más por problemas de piel, fotoenvejecimiento, problemas estéticos... Este aumento no se ha visto acompañado de aumento de recursos humanos en los hospitales públicos. Además es muy difícil encontrar dermatólogos para cubrir las bajas laborales. La mayoría de las bajas maternales quedan sin cubrir, así como muchas bajas de larga duración. Muchos dermatólogos jóvenes cuando completan el período de residencia se dedican en exclusiva a la medicina privada, por lo que las plantillas en la pública no suelen estar completas.

P. ¿Es razonable que un paciente tenga que esperar más de tres meses para ser visto con el especialista?

R. No me parece normal que los pacientes tengan que esperar más de tres meses en ninguna especialidad, creo que tendría que haber más recursos para que todos los pacientes sean atendidos en menos de tres meses.

P. ¿Por qué ha decidido continuar en la privada tras jubilarse en la pública?

R: Me gusta mi trabajo, pero la presión asistencial en Getafe era ya excesiva. Llegó un momento en que estaba demasiado cansada a diario. Ahora trabajo a tiempo parcial y sigo realizando trabajo asistencial, sin ninguna carga administrativa.

P. ¿Cómo fue su despedida del Hospital de Getafe?

R. La despedida después de tantos años es un poco triste, dejar de ver a los compañeros con los que has trabajado a diario resulta duro.

P. Ahora que está trabajando en la privada. ¿Cuál es su impresión? ¿Funciona mejor?

R. Mi experiencia es limitada porque llevo muy poco tiempo. Supongo que también será diferente según el tipo de trabajo, hay clínicas que se dedican sólo a estética, rellenos, bótox, implantes, etc. Actualmente trabajo para el hospital HM de Móstoles, donde se atiende a pacientes de todas las compañías aseguradoras. Aquí atendemos todo tipo de patologías, pero en general el paciente con enfermedades graves acude a la medicina pública puesto que los tratamientos actuales suelen ser muy caros para que puedan costearlos (Un tratamiento biológico puede costar más de mil euros al mes). Los pacientes están satisfechos aunque también se quejan a veces de que cada vez es más complicado conseguir una cita.

¿Tiene más información? Escriba a los autores a njimenez@formacion.elpais.es y a fpeinado@elpais.es

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