‘Wisper’, el perro guía atropellado en el Retiro: “Podría haber sido un niño”
Un camión de reparto arrolla y mata a un can de la ONCE dentro del parque y ahora su familia de acogida lidera un movimiento para que se revisen las normas de circulación en el recinto
El día 6 de septiembre, María Gironza, de 41 años, vivió una experiencia traumática de la que todavía no se ha repuesto. Eran las diez menos veinte e iba dando un paseo por el parque del Retiro, cerca de la biblioteca, con sus perros. Uno de ellos era Wisper, un espléndido labrador de 14 meses. Cuando el can estaba jugando con otra perrita, a escasos dos metros de María, un camión de helados salió de la nada y lo arrolló durante varios metros sin darse cuenta. Varios paseantes tuvieron que hacer gestos ostentosos al conductor para que parara. Una chica dejó a María un abrigo beige, una enfermera trató de hacer una reanimación al animal y una pareja le cedió el carrito de su bebé para llevarlo a unas urgencias veterinarias. Los gritos desgarradores de la mujer retumbaban en el aire. “Todo el mundo intentaba decirme que estaba bien, pero yo vi cómo se apagaba, su mirada iba desapareciendo”, relata Gironza. No se pudo hacer nada, el golpe había sido fortísimo. Ella quiere utilizar ese duelo para que no vuelva a haber atropellos en un parque.
Wisper había nacido con una misión en la vida: acompañar y hacer la vida mejor a personas ciegas. Los destinados a ser perros guía pasan los primeros meses de su vida con una familia de acogida. Con ellos aprenden a moverse por el entorno, a relacionarse con las personas y a identificar diferentes espacios. Cuando ya tienen la edad suficiente para trabajar, vuelven a la ONCE, donde reciben un entrenamiento específico tras el que, por fin, un solicitante puede dar la bienvenida a su compañero canino. “Son muy necesarios y demandados, tanto, que la lista de espera para recibir uno puede llegar a los cinco años”, explica María Jesús Varela, directora de la Fundación ONCE del Perro Guía. Wisper estaba a punto de comenzar su fase de adiestramiento.
Hace cinco años, Gironza hizo un máster de accesibilidad y así fue como entró en contacto con la fundación y conoció el programa de acogida de canes. Su familia se apuntó, pero sus hijos eran demasiado pequeños y hasta que no crecieron la fundación no los consideró idóneos para recibir un cachorro. Cuando Wisper llegó a sus vidas no se lo esperaban y fue una sorpresa maravillosa. Basta ver las decenas de fotos de los pequeños con el perrete, tirados por el suelo, abrazándolo o montados con él en el coche.
Tras el accidente, la mujer y sus familiares pasaron unos días en shock, hasta que la chica del abrigo beige le escribió y le dijo: “Si piensas hacer cualquier cosa, cuenta con mi apoyo”. Entonces, Gironza se dio cuenta de que claro que tenía que hacer algo. Decidió impulsar la iniciativa bautizada “paseos seguros” para promover una revisión de las normas de circulación de vehículos de motor dentro del recinto o bien mayor control para que realmente se respete el límite de 20 kilómetros por hora dentro de las instalaciones. “Yo entré con un perro feliz y lo saqué muerto. Podría haber sido un niño, o una persona que va por el parque distraído y con cascos. Porque así es cómo va la gente por un parque. Está claro que si te llevas por delante a un ser vivo de 38 kilos y no te enteras es que no es un lugar seguro”, reflexiona la mujer.
Cada viernes por la mañana desde que ocurrió el accidente, María pinta en el suelo con tiza la figura de una víctima y este sábado una concentración de decenas de personas recordó a Wisper. A la protesta acudieron también otros perros del centro de adiestramiento de la Fundación ONCE, entre los que estaban hermanos del animal fallecido. A través de las redes sociales, los homenajes se han sucedido en otros puntos.
La normativa establece que los perros podrán ir sueltos por los parques municipales hasta las diez de la mañana. Los furgones de reparto que abastecen a los quioscos y bares del interior del recinto pueden permanecer en el interior media hora en el tramo de las 7.30 hasta las 10.15 y desde las 21.00 hasta las 21.45 en verano y 19.00 y 19.45 en invierno. “Los vehículos no deberían poder acceder mientras coincida con el horario de perros sueltos o cuando hay mucha afluencia. ¿Ponemos horario de niños atados? ¿O prohibimos jugar con la pelota?”, se pregunta Gironza. La mujer asegura que, a raíz de esta experiencia, se ha encontrado con numerosos usuarios del parque que le han hablado de otros atropellos a animales o también de personas arrolladas por patinetes.
Además de los vehículos de reparto, las normas permiten la entrada de coches de mantenimiento, policía y transporte necesario para el montaje de instalaciones, como por ejemplo la feria del Libro. También pueden acceder bicicletas y es posible encontrar el internet varias ofertas de circuitos por el Retiro para turistas en tuk tuk o los patinetes a motor de dos ruedas, conocidos como Segway por la empresa que los fabrica.
María hace chapas con la cara de Wisper, que reparte a todo el que puede, a la vez que cuenta la historia de su perro. “Reparto chapas y doy la chapa para que cambie algo”, añade. “La actitud de María ha sido impresionante. Está encauzando ese duelo por el que está pasando de una forma muy positiva de cara a contribuir a que no se vuelva a repetir”, indica Varela de la de la Fundación ONCE del Perro Guía.