En el Centro Acuático abandonado junto al Wanda se podrán construir hoteles, oficinas o comercios
El PSOE cuestiona la fórmula del Ayuntamiento de Madrid de flexibilizar usos para destrabar el ‘elefante blanco’ que queda de la candidatura de la capital como sede para los Juegos Olímpicos
El Ayuntamiento de Madrid se ha enmendado a sí mismo para tratar de dar salida al Centro de Deportes Acuáticos, el ‘elefante blanco’ que quedó de las fallidas candidaturas de Madrid a los Juegos Olímpicos de 2012, 2016 y 2020. A la fecha, Cibeles no tiene planes para esta mega infraestructura, ubicada junto al Estadio Metropolitano, que quedó abandonada y a medio construir en 2010. Pero, sí ha ideado una fórmula para tratar de darle una segunda oportunidad. A través de un cambio normativo, permitirá que la parcela del Centro de Deportes Acuáticos puedan construirse hospedajes, oficinas, actividades recreativas y pequeño y mediano comercio. Es decir, ya no solo tendrá el uso de “equipamiento multifuncional” que permitía que fuera, por ejemplo, un complejo deportivo público.
El PSOE madrileño ve con recelo este cambio y ha presentado alegaciones al plan propuesto por el PP de Almeida que, con su mayoría absoluta, podría aprobar en comisiones y en pleno al regreso de las vacaciones de verano. “Este Plan podría suponer perder otra parcela de titularidad pública, en esta ocasión la parcela del Centro de Deportes Acuáticos, para destinarla a fines privados”, asegura el concejal socialista Antonio Giraldo, que ha registrado las alegaciones esta semana.
El Centro de Deportes Acuáticos es, actualmente, un enorme esqueleto de hormigón y vidrio a medio terminar. El proyecto había empezado en 2002, cuando el arquitecto Juan José Medina ganó el concurso convocado por el Ayuntamiento para diseñar una mega instalación con una piscina de competiciones, otra para saltos de trampolín, una para waterpolo y una más para calentamiento. También habría un gimnasio, una sala multiusos para deportistas, zonas de enfermería, almacenes material deportivo, vestuarios, salas de masaje, área de sauna, entre otros espacios. La sala principal tendría capacidad para hasta 15.000 espectadores. Cibeles, además, pidió que el complejo se pensara para ser reutilizado una vez terminaran los Juegos Olímpicos. Para eso, Medina, dentro de su diseño, previó varias adaptaciones.
El edificio comenzó a construirse en 2004 y, tras varios aplazamientos, debía estar listo en 2010 pero, llegado el momento, los retrasos eran palpables y se optó por la “suspensión temporal de las obras”. Un año después, ante una nueva prórroga de la suspensión, la constructora Ortiz y Dragados pidió desvincularse de las obras. Cuando los trabajos se detuvieron, el Ayuntamiento ya había pagado 99 millones de euros de los más de 190 millones que iba a costar. En 2013, cuando Madrid perdió la sede de los Juegos por tercera vez consecutiva, la entonces alcaldesa Ana Botella (PP) prometió retomar la construcción pero un año después, se abandonó la idea.
Para no dejar el Centro de Deportes Acuáticos ni las parcelas vecinas sin uso, el Ayuntamiento ideó un salvavidas: una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para reordenar los terrenos. En el plan aprobado de 2021 quedaron definidas cinco parcelas para uso deportivo singular y una parcela –la del Centro de Deportes Acuáticos– como de equipamiento singular. Un año después, el Ayuntamiento firmó una concesión para construir la Ciudad del Deporte. Así, Cibeles cedía al Atlético de Madrid tres parcelas por 75 años a cambio de que este construyera dotaciones deportivas municipales en las otras dos parcelas entre 2024 y 2026. El edificio deportivo, si embargo, quedó fuera de los planes.
Ahora, el PP de José Luis Martínez Almeida ha presentado el Plan Especial para la mejora de redes públicas en el ámbito del Área de Ordenación Específica (AOE) 00.08/M “Parque Olímpico-Sector Oeste” para cambiar las reglas de juego para el Centro de Deportes Acuáticos. Este, en esencia, cambia dos artículos del plan de 2021. Uno de ellos es el que ha encendido las alarmas de los socialistas. La modificación del artículo 11 permitirá flexibilizar los usos asociados y abre la puerta a “servicios terciarios, en sus clases de hospedaje, oficinas, terciario recreativo y comercial en las categorías de pequeño y mediano comercio”.
Al PSOE no solo le preocupa la enmienda repentina del Ayuntamiento a su propio plan de 2021, sino que no se explique por qué se hace el cambio ni qué se planea construir allí. “Si hace tres años se dijo que esos usos no eran compatibles en esa parcela. ¿Por qué ahora sí? Y lo peor que no nos dicen para qué es”, asegura el concejal Antonio Giraldo. También genera dudas que la modificación que plantea Cibeles flexibilice los horarios y accesos de la parcela con respecto al uso principal. “Por ejemplo: si un uso principal es un cine, la hostelería o el bar de las palomitas sería un uso asociado. Ambos funcionarían a la misma hora y tendrían los mismos accesos. En el caso del Centro de Deportes Acuáticos, con el cambio de norma, ya no es obligatorio que compartan horario ni accesos”, explica Giraldo.
No es poco lo que está en juego, la parcela tiene casi 68.000 metros cuadrados y queda en medio de la Ciudad del Deporte. “Desde este grupo municipal consideramos que este Plan Especial podría estar “haciendo un traje” a un futuro proyecto privado”, ha alertado el PSOE. Los socialistas piden que Cibeles se abstenga de cambiar los usos hasta que no se haga un estudio específico para que, de la mano de los servicios municipales y los ciudadanos, se explore qué se puede hacer con el terreno del sueño Olímpico que no fue.
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