Regalos y secretos en clase de Alexis, el monitor acusado de agresión sexual en un colegio de Madrid
Los padres de seis menores denuncian al profesor de voleibol por abusar de sus hijos y exigen que la administración pública se haga cargo de la terapia psicológica de los niños
Desde octubre, la hija de Belén (nombre ficticio) empezó a tener un comportamiento extraño. Comenzó a moderse las mangas de las camisetas y los jerseis, a comer de forma compulsiva y sufría ataques de ansiedad. Su madre intentaba saber de dónde venía todo eso, pero cada vez que le preguntaba, ella se bloqueaba. El 24 de enero, después de dejarla en el colegio, pasó al lado de otros dos padres y escuchó un retazo de la conversación. El hombre relataba cómo había descubierto el viernes anterior que el entrenador de voleibol había ...
Desde octubre, la hija de Belén (nombre ficticio) empezó a tener un comportamiento extraño. Comenzó a moderse las mangas de las camisetas y los jerseis, a comer de forma compulsiva y sufría ataques de ansiedad. Su madre intentaba saber de dónde venía todo eso, pero cada vez que le preguntaba, ella se bloqueaba. El 24 de enero, después de dejarla en el colegio, pasó al lado de otros dos padres y escuchó un retazo de la conversación. El hombre relataba cómo había descubierto el viernes anterior que el entrenador de voleibol había agredido sexualmente a su hija y lo había denunciado. Entonces, todo cuadró. Belén regresó al colegio y sacó a la niña de clase con el pretexto de que tenía una cita médica. Esa vez, las palabras sí salieron de la boca de su hija. Ella también había sido una víctima de Alexis, el monitor deportivo de las extraescolares. Este es uno de los 196 casos de abusos contabilizados por este periódico en la investigación que ha emprendido en el deporte español, a falta de un registro oficial y ante la opacidad de la entidades deportivas, que ya registra al menos 1.094 víctimas.
“Me senté con ella, en el salón y le dije: ‘Vamos a tener un día de chicas”, cuenta Belén. Su intención era que su hija estuviera relajada y se sintiera segura. Entonces fue cuando estalló, se puso a llorar y le dijo que ella había sido de las primeras a las que le había pasado, pero que después vinieron otras. Le pidió perdón por haber permitido que eso sucediera y por no haberlo dicho antes. “Me dijo que no había querido agobiarnos”, se lamenta la mujer, madre de otro hijo con discapacidad y sobre la que pesa una amenaza de desahucio. “Yo había ido a hablar con su tutor semanas antes, pensando que podría estar sufriendo acoso escolar, jamás se me pasó esto por la cabeza”, apunta. La mujer hace ahora memoria y recuerda que la niña le pidió dejar de ir a esas clases y pasar ese rato en la ludoteca, pero ella le instó a hacer deporte.
Belén también denunció al presunto agresor y en los días posteriores otros cuatro padres se sumaron. En total hay ya seis víctimas. El centro envió un mail anunciando el fin de las clases de voleibol por la “falta de profesor”. Los padres se quejan ahora de que la dirección no informara al resto de familias del motivo real del fin de ese curso. En este reportaje no se menciona el nombre real de ningún progenitor ni se muestra su imagen para evitar la revictimización de los menores.
Las clases de voleibol formaban parte de la oferta de actividades extraescolares que ofrece el Ayuntamiento de Madrid gracias a convenios con diferentes federaciones. Alexis se había incorporado a ese puesto en octubre, daba clases martes y viernes y, además, llevaba dos años entrenando equipos en su club deportivo. Evelyn Lodolini es la fundadora del club, en cuyas instalaciones fue detenido el presunto agresor el 19 de enero. “Fue un impacto, estábamos a punto de comenzar los entrenamientos, él lleva este año dos equipos de chicos entre 12 y 16 años. Todos vimos cómo se lo llevaban esposado. Todavía estamos tratando de reponernos. Al principio todo eran dudas, pensábamos que podía ser un tema de extranjería, luego supimos el motivo real”, cuenta Lodolini aún conmocionada.
La presidenta del club asegura que Alexis ha presentado cada año puntualmente el certificado que acredita que no había estado condenado ni investigado por agresiones sexuales. Este documento se exige a todos aquellos que van a trabajar con menores. Así lo corrobora un portavoz del Ayuntamiento de Madrid, quien añade que la útima vez, lo presentó el 5 de septiembre de 2023. Este certificado, puntualiza este portavoz, incluye investigaciones en los países de la Unión Europea.
En libertad
El presunto pederasta estuvo detenido dos días, tras los que el juez decidió dejarlo en libertad con medidas como la retención del pasaporte para evitar que abandone el territorio nacional. También le impuso una orden de alejamiento de sus víctimas y de cualquier centro educativo. Transcurrida su estancia en los calabozos, Evelyn pudo quedar con él, “lejos del club y en un sitio público”, para que le devolviera llaves y otros útiles. “Yo le dije: ‘Tú y tu conciencia sabéis lo que habéis hecho’. Él solo lloraba”, cuenta. Desde entonces, no tienen noticia de él. El centro deportivo colabora con la policía para facilitar el contacto de todos los menores que han estado en contacto con Alexis y también ha organizado sesiones especiales entre los entrenadores y la psicóloga del club para saber cómo abordar la situación. “Estamos haciendo piña, llorando juntos, dejando que los niños se expresen cuando quieran”, señala. Por ahora, nadie nuevo ha denunciado.
El abogado de las familias del colegio, Juan Manuel Medina, señala que las declaraciones de los menores presentan una “total coherencia” y que están reuniendo pruebas para pedir la prisión provisional para el hombre. En los testimonios, relatan tocamientos, que el monitor les enseñaba su miembro y cómo les convencía de que todo era un juego y tenían que guardar el secreto. Incluso les hacía regalos. La niña que primero habló tuvo que ser atendida en el hospital 12 de octubre por un ataque de ansiedad y allí comprobaron que tenía una inflamación y heridas en la zona de los muslos. Todas las víctimas que han denunciado hasta ahora son niñas, salvo uno, y tres de ellos están en una situación especialmente vulnerable. “Él sabía buscar los puntos débiles. Les decía: ‘No le vayas a contar esto a tus papás que ya tienen muchos problemas”, indica Belén.
A pesar de la precaria situación económica que atraviesa la familia, Belén no ha dudado en llevar a su hija a una psicoterapeuta. La representación legal de los denunciantes también va a solicitar a la administración pública que se haga cargo del tratamiento de las víctimas. Sendos portavoces del Gobierno regional y del municipal aseguran que van a poner en marcha mecanismos para prestar apoyo psicológico a los menores, aunque de momento ninguna de las familias lo ha recibido. La Consejería de Educación apunta que han enviado a inspectores al centro para estudiar la situación, mientras que el consistorio asegurá que se presentará en la causa judicial como acusación contra el presunto pederasta.
Después de unos días en casa, la hija de Belén acaba de volver al colegio. “Ella solo me decía que quería cambiar de aspecto, que nadie la reconociera, que quería cortarse el pelo. Al final se lo hemos cortado un poquito para que se quedara un poco tranquila. Ella decía que el cole era como su otra casa y no se quiere ir porque aquí están sus amigos”, se rompe. La mujer asegura que los padres se sienten solos, como si les hubieran dado de lado en el centro por hacer público este caso para reclamar que el supuesto agresor entre en prisión.
Si conoce algún caso de abusos en el deporte español que no haya visto la luz, puede escribir a: abusos@elpais.es
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