Sacudida a los cachorros de las bandas: 31 detenidos de la nueva camada de pandilleros en Madrid
Una decena de operaciones policiales en Moratalaz, Tetuán, Vallecas, Centro y Villaverde sacude a las nuevas generaciones de las pandillas que han protagonizado las últimas reyertas y robos
Si durante 2021 y 2022 la acción violenta de las bandas juveniles sorprendió a Madrid como un tsunami, en 2023 estas agresiones han caído como lluvia fina, pero no por ello menos dañina. Estas organizaciones criminales que tienen en los más jóvenes su brazo ejecutor han seguido protagonizando reyertas y agresiones durante este año, aunque de menos gravedad. Como resultado, en los últimos cuatro meses la policía nacional ha detenido a 31 jóvenes, 14 de ellos menores, acusados de asestar machetazos y robar a miembros rival...
Si durante 2021 y 2022 la acción violenta de las bandas juveniles sorprendió a Madrid como un tsunami, en 2023 estas agresiones han caído como lluvia fina, pero no por ello menos dañina. Estas organizaciones criminales que tienen en los más jóvenes su brazo ejecutor han seguido protagonizando reyertas y agresiones durante este año, aunque de menos gravedad. Como resultado, en los últimos cuatro meses la policía nacional ha detenido a 31 jóvenes, 14 de ellos menores, acusados de asestar machetazos y robar a miembros rivales o a los que ellos creen que lo son.
La mayor parte de los detenidos tenía ya algunas líneas en su expediente policial, pero ninguno era un miembro destacado ni de los más activos. “La mayoría de ellos son nuevos integrantes, pero a algunos se les acusa de pertenencia probada a la organización. Hasta ahora, no habían despuntado”, explican fuentes policiales. Pertenecían casi todos ellos a una nueva camada de las bandas juveniles, que no dejan de nutrirse de chavales fascinados por la estética, las canciones y la sensación de poder. Las detenciones han sido fruto de 11 operaciones llevadas a cabo por la Brigada Provincial de Información de la policía nacional, que es la que cuenta con grupos especializados en las bandas juveniles. Los hechos ocurridos en Tetuán, Centro, Puente de Vallecas, Moratalaz y Villaverde no tienen relación los unos con los otros más allá de la dinámica de las bandas. Robar para financiar al grupo y, de paso, ejercer un control territorial. En las entradas y registros se han intervenido armas blancas y también pistolas modificadas.
Esto es lo que sucede, por ejemplo, en Puente de Vallecas, donde mandan los Trinitarios. Desde verano se registraron varios asaltos a otros jóvenes a los que los agresores acusaban de ser Ñetas. Era una simple excusa para robarles lo que llevaran encima y también pegarles. Uno de ellos destaca entre todos, porque cuando se le notificó esta última detención, ya se encontraba en un centro de menores en régimen cerrado por otros delitos, pero le había dado tiempo a cometer estas agresiones antes de ingresar. Otro de los asaltantes de Puente de Vallecas, acusado de varios robos con violencia, llegó a protagonizar escenas violentas en comisaría como consecuencia del elevado consumo de estupefacientes que tiene.
Otro de los casos resueltos es el de la agresión entre cuatro jóvenes a un chico de 22 años en el distrito de Villaverde en la madrugada del 12 de octubre. Los agresores bajaron de un autobús y se dirigieron a su objetivo, al que golpearon de forma muy violenta. Fue una jauría, le apuñalaron en la espalda, en la zona del dorso lumbar, en la cadera, cerca de la ingle y en el antebrazo. El joven tenía además alguna herida menor más en el glúteo y el antebrazo y tuvo que ser ingresado en estado grave en el hospital 12 de Octubre. Además, le robaron la riñonera con todas sus pertenencias de valor. De estos cuatro agresores pertenecientes a los Dominican Don’t Play, dos son menores. El modus operandi era casi siempre el mismo, aprendido de los mayores. “Siempre entraban a sus víctimas haciendo alusión a sí eran de una u otra banda y en muchos les hacían hacer gestos ofensivos para esta antes de robarles”, apuntan fuentes policiales.
Otra de las reyertas tuvo lugar el 31 de julio en la glorieta de Cuatro Caminos. Un joven colombiano se encontraba cerca de la parada de metro, cuando otros tres se acercaron subidos a bordo de bicicletas de Bicimad, las aparcaron en una estación y abordaron a su víctima. Misma historia, tras ordenarle hacer gestos que las bandas consideran humillantes y grabarlos, la asestaron varias puñaladas, aunque ninguna de ellas hizo temer por su vida. Los tres detenidos también pertenecían a los Dominican Don’t Play.
Las últimas detenciones se produjeron la semana pasada y están relacionadas con varios hechos violentos que tuvieron lugar en el centro de la ciudad, por lo que provocaron más nivel de alarma. Se trata de los acusados de una agresión en la calle Corredera Alta de San Pablo a finales de noviembre, en la que resultó herido un chico con una herida incisa en el antebrazo tras intentar protegerse de un machetazo. La policía considera que esta reyerta es consecuencia de un ataque el día anterior en la calle Topete, en el distrito de Tetuán, en la que otro joven fue apuñalado en la pierna y la cabeza y se tuvo que refugiar en un bar. La víctima tenía 15 años y, además de las puñaladas, le sustrajeron un patinete.
Entre los detenidos destaca uno mayor de edad que ejerció tal violencia sobre su víctima que le rompió la mandíbula, además de robarle dinero, ropa y unas gafas. Esta ha necesitado intervenciones quirúrgicas y semanas de recuperación. El juez ha decretado prisión provisional para este detenido, para evitar su fuga y garantizar que comparezca en un futuro juicio.
Los detenidos se enfrentan a acusaciones que van desde la pertenencia a la organización criminal, hasta el homicidio en grado de tentativa, porque en algunos de los casos se considera que sin la rápida intervención de los servicios de emergencias, la vida de la víctima habría estado en peligro. Varias de estas investigaciones siguen abiertas y se esperan más detenciones.
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