Vox reclama a Ayuso que expulse fletando autobuses a los migrantes llegados a Madrid desde Canarias
El PP y los ultras se enzarzan por la llegada de 2.354 personas a la capital y a Alcalá de Henares en una sesión marcada por la negociación del PSOE con ERC y Junts
Los 2.354 emigrantes procedentes de Canarias que la Comunidad de Madrid va a acoger en las próximas semanas serían expulsados en autobuses destinados a otras regiones si de Vox dependiera. Así lo ha dicho este jueves la portavoz de la extrema derecha, Rocío Monasterio, en la Asamblea de Madrid. Su afirmación, ...
Los 2.354 emigrantes procedentes de Canarias que la Comunidad de Madrid va a acoger en las próximas semanas serían expulsados en autobuses destinados a otras regiones si de Vox dependiera. Así lo ha dicho este jueves la portavoz de la extrema derecha, Rocío Monasterio, en la Asamblea de Madrid. Su afirmación, inspirada en la estrategia del alcalde de Nueva York, Eric Adams, ha provocado un choque con Isabel Díaz Ayuso, la presidenta regional. Así, y por un momento, la Cámara se ha centrado en un tema específicamente madrileño, pues los migrantes se distribuirán entre el capitalino Cuartel General Arteaga, en Carabanchel, y el acuartelamiento Primo de Rivera, en Alcalá de Henares. Un espejismo. Inmediatamente, el debate ha pivotado hacia la amnistía que negocia el PSOE con los partidos independentistas para lograr la investidura de Pedro Sánchez como presidente. Ojalá acaben todos en la cárcel, ha deseado el portavoz popular, Carlos Díaz-Pache.
“En Madrid las ayudas siempre llegan a los mismos”, ha comenzado su queja Monasterio. “Cuando uno mira las listas [de beneficiados de ayudas], lo que ve es Mohamed, Mohamed, Jamid, Mustafá... pero en cambio, Paula, Juan José, Carolina, Natalia, David, cero [euros]”, ha seguido. “Esto provoca un efecto llamada brutal”, ha afirmado. “Hace poco usted [por Díaz Ayuso] se quejaba de que la inmigración ilegal provocaba inseguridad en las calles. Bienvenida a nuestro discurso”, ha añadido. Y ha rematado: “A ver qué va a hacer con los 2.000 que nos han traído a Madrid. Lo que tendría que hacer es como el alcalde de Nueva York, poner dinero para fletar autobuses y llevárselos a las autonomías que gobiernan los socialistas, y que lo resuelvan los que defienden las fronteras abiertas”.
Díaz Ayuso ha escuchado a Monasterio sin torcer el gesto. Las elecciones del 28-M han provocado una mutación de las fuerzas tectónicas que hasta ahora marcaban de forma invisible el día a día de la Asamblea. La líder conservadora, que estuvo presa de los votos de Vox durante dos legislaturas, disfruta ahora de una mayoría absoluta que le permite afrontar los plenos a cara descubierta, sin equilibrismos con los que contentar a su antiguo socio. Del otro lado, la desaparición de Podemos, convertido en el partido que más votos ha cosechado de la historia sin lograr representación, ha permitido que Más Madrid ocupe su espacio, lleno este jueves de alusiones al bombardeo de Gaza (”Viva Palestina libre”, ha gritado Mónica García) o de críticas a los beneficios “obscenos” de los bancos. Un intento de distinguirse del PSOE.
“Mezclar inmigración ilegal con inmigración es perverso. Mezclar a los nacidos en España de padres inmigrantes con inmigrantes, también lo es”, le ha contestado Díaz Ayuso a Monasterio. “Si han nacido aquí son tan españoles como Santiago Abascal”, le ha espetado sobre el líder de Vox a la portavoz, tras insinuar que su discurso tenía tintes xenófobos. “La situación irregular de cualquiera de estas personas no es buena ni para ellas mismas, ni para otros inmigrantes, ni para el resto”, ha seguido. “Por tanto nuestra preocupación es saber quiénes son, cómo vienen, cómo se encuentran, para saber a qué fenómeno atendemos, a qué fenómeno estamos dándole respuesta... sobre todo, porque si estamos multiplicando el negocio de las mafias, no estamos más que engañándonos unos a otros”.
Ha sido un raro momento de debate centrado en Madrid. Porque ya es costumbre que la Asamblea sea una simple caja de resonancia de la lucha partidista nacional, en lugar de un foro en el que se discuten políticas autonómicas. Y claro, las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez ofrecen al PP una oportunidad de oro para movilizar a su electorado. Ni siquiera la presentación de los Presupuestos regionales de 2024, normalmente un momento icónico para todos los Ejecutivos autonómicos, que intentan explotar propagandísticamente cada partida financiera, ha logrado opacar la polémica por la ley de amnistía que negocia el PSOE con ERC y Junts.
Ley de amnistía
“Lo que quieren ustedes [al portavoz del PSOE, Juan Lobato] es burlar cualquier control institucional, confundiendo el interés de España con el interés del presidente”, ha dicho Díaz Ayuso. “Ustedes están intentando que los responsables políticos ya no respondan de sus delitos ante los tribunales. Ustedes están atentando contra el pluralismo político”, ha continuado. Y ha recalcado: “La impunidad es incompatible con la prosperidad y, especialmente, con el empleo”.
“Van a decirnos que el golpe de Estado no estuvo mal, que la violencia no estuvo mal, que los policías no debieron defender el estado de derecho, y que quienes les tiraban adoquines, ácido, quienes incendiaban literalmente Cataluña, deben ser perdonados porque hacían política”, ha dicho el portavoz de los conservadores en la Cámara, Carlos Díaz Pache. “No tienen ustedes límites”, ha opinado. “Si el plan es que el PSOE gobierne siempre, independientemente de quién gane las elecciones, eso tiene un nombre y se llama dictadura”, ha seguido. “Solo nos queda una esperanza ante esta ignominia, y es que como ustedes hacen las leyes tan mal, intentando amnistiarlos [a lo mejor] cometen un error y los meten a todos en al cárcel”.
Además, el consejero de Vivienda, Transporte e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, Jorge Rodrigo, ha criticado la “cesión a ERC de Rodalies” del PSOE, “fruto de sus pactos inmorales con quienes quieren romper España”, frente al mal estado y la falta de inversión en las Cercanías de Madrid.
Antes de que todo eso ocurra, antes de que la polarización lo desborde todo, un hombre se despide. Javier Fernández-Lasquetty, exconsejero de Hacienda y faro ideológico del PP durante un decenio, se pasea por los pasillos de la Cámara estrechando manos y haciéndose fotos. Se va a trabajar en una empresa de Alicia Koplowitz. Mientras, en la Asamblea, los gritos siguen.
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