Sorpresa para los 822 centros bilingües de Madrid: la Comunidad renuncia a organizar las pruebas de inglés
Cada colegio deberá buscar una empresa acreditada que haga los exámenes. Hay 60.000 alumnos afectados que no pudieron hacer el examen el curso pasado al quedar desierto el concurso de licitación
Más caos para los centros educativos madrileños con el inicio de curso, en este caso para los bilingües de inglés. Los directores de 822 colegios o institutos sostenidos con fondos públicos recibieron este jueves una carta a la que ha tenido acceso EL PAÍS escrita “algo enrevesada”, según Esteban Álvarez, portavoz de los centros públicos de secundaria (Adimad) y director de un instituto bilingüe, el Sierra de Guadarrama (Soto del Real) que los ha dejado “noqueados”. En el correo, la Administración da a entender que ya ha encontrado una solución para los alumnos de sexto de primaria y cuarto de...
Más caos para los centros educativos madrileños con el inicio de curso, en este caso para los bilingües de inglés. Los directores de 822 colegios o institutos sostenidos con fondos públicos recibieron este jueves una carta a la que ha tenido acceso EL PAÍS escrita “algo enrevesada”, según Esteban Álvarez, portavoz de los centros públicos de secundaria (Adimad) y director de un instituto bilingüe, el Sierra de Guadarrama (Soto del Real) que los ha dejado “noqueados”. En el correo, la Administración da a entender que ya ha encontrado una solución para los alumnos de sexto de primaria y cuarto de educación secundaria (ESO) que el curso pasado se quedaron sin realizar el examen anual de nivel de inglés que organiza el Ejecutivo, debido a que la licitación del concurso se quedó desierta: en lugar de que el Gobierne regional contrate una empresa acreditada, como es habitual cada año, cada uno de los centros recibirá un dinero determinado y se tendrá que buscar la vida para organizar la prueba de inglés.
“Estamos a la espera de que nos aclaren ese correo porque desde luego nos crea un serio problema”, asegura Álvarez. Un portavoz de la Consejería de Educación ha confirmado a este periódico que no hay dudas: los centros educativos serán los que tendrán que contratar el servicio. Cada uno por su cuenta.
El desconcierto es total. A mediodía del jueves llegó el correo y los directores piensan ahora que si les confirman lo que parece, “es lo más surrealista” que les podría pasar en un inicio de curso. “Con la carga que tenemos de trabajo, organizando grupos, materias, engrasar el funcionamiento... ¿Ahora tengo que ir yo a escuelas privadas que estén acreditadas para realizar un examen a los alumnos del curso pasado? Nos tendrán que decir algo más. No vale con mandar un correo y decir: ‘Búscate la vida”, se queja el director, que, según ha anunciado la Comunidad de Madrid, deberá encontrar una empresa que siga los criterios de calidad dentro de los parámetros del Marco Europeo de Referencia.
La carta empieza con lo que parece una buena noticia. “Me es grato comunicarles que los alumnos que no pudieron obtener las certificaciones de nivel lingüístico en lengua inglesa al finalizar 6º de Educación Primaria y 4º curso de ESO el pasado curso escolar podrán hacerlo antes de finalizar este año 2022″, se lee en el escrito, firmado por la subdirección General de Bilingüismo, dependiente de la dirección General de Bilingüismo y Calidad de la Enseñanza, y, a su vez, de la Vicepresidencia, Consejería de Educación y Universidades. “Como ya se informó, la licitación abierta de las pruebas de evaluación externa del Programa Bilingüe correspondientes al curso 2021-2022 iniciada en el mes de diciembre de 2021 se declaró desierta, al resultar que la oferta presentada por la única empresa licitadora, incurría en baja temeraria”, continúa.
Excepcionalidad
Y tras un largo preámbulo llega la bomba: “Dada la excepcionalidad de estas circunstancias, y teniendo en cuenta que ya no es factible la tramitación de un nuevo procedimiento de licitación, se ha optado por realizar un libramiento a cada centro educativo, a través de las Direcciones Territoriales de Área con el fin de financiar estas certificaciones. La cantidad media estimada por alumno/prueba es de 105 euros en el caso de los centros en los que han de examinarse alumnos de 1º de ESO y 1º de Bachillerato. En los centros en los que solo se examinarán alumnos de 1º de ESO esta cantidad media estimada será de 90 euros”.
La Administración también les asegura que “tanto desde el punto de vista administrativo como de cualquier otra cuestión que tenga que ver con este procedimiento, los asesores de referencia de esta Subdirección General se pondrán en contacto con sus respectivos centros” y termina el escrito agradeciendo de antemano “la colaboración prestada en todo momento, quedando a su disposición para lo que puedan necesitar para garantizar la correcta administración de las pruebas”.
Las críticas por esta solución de última hora no han tardado en llegar. María Pastor, portavoz de Educación de Más Madrid, el principal partido de la oposición, denuncia que “Ayuso presume por las mañanas del programa bilingüe y por las tardes renuncia a gestionarlo, abandonando a su suerte a las familias y a los centros que ahora van a tener que ocuparse también de hacer lo que el consejero Ossorio ha sido incapaz de hacer: asegurarse de que el alumnado del año pasado hace las pruebas de evaluación externa del Programa Bilingüe”.
La incertidumbre que generó el examen de inglés duró casi todo el curso pasado. Los alumnos (unos 60.000, entre sexto de primaria y cuarto de la ESO) se preparan anualmente para estas pruebas (A2 o B1 los primeros ―lo que según la nomenclatura de Cambridge English Assessment equivale al Key English Test, conocido como KET, o al Preliminary English Test, el PET― y B2 o C1 ―conocidos como First o Advanced Certificate―, los segundos) con dos objetivos: tener un título oficial de inglés y elegir, en caso de los que terminan primaria, la vía para continuar en la ESO. Si consiguen acreditar el nivel requerido, entonces cursan después en primero de la ESO la vía denominada Sección (con cinco asignaturas impartidas en inglés, de las que una es Inglés Avanzado) y, si no alcanzan ese nivel, lo hacen por la vía del denominado Programa (también tienen cinco asignaturas en inglés, pero la asignatura específica de inglés no es un nivel tan alto). El problema llegó el curso pasado cuando ninguna empresa ganó el concurso de licitación y los institutos y colegios tuvieron que hacer esta selección con informes individuales, elaborados por los tutores de inglés de sexto de primaria.
PeopleCert International Limited, que realizó el curso anterior unos exámenes caóticos cuyos resultados además entregó tarde, presentó la única oferta, y a la baja, para realizar la prueba, por lo que la Administración declaró el procedimiento “desierto”. Y sin empresa, no había examen. Ya entonces, la Comunidad de Madrid prometió realizar las pruebas “lo antes posible, antes de que termine 2022″. Acabó el curso, y nada, y comenzó este con esa asignatura pendiente. La Comunidad intentó sacar el concurso adelante una segunda vez, pero People Cert recurrió, y el tribunal administrativo de la contratación pública regional le dio la razón. Así que la solución que han encontrado consiste, básicamente, en trasladar el problema a los centros.
La Comunidad de Madrid cuenta con 822 centros bilingües sostenidos con fondos públicos ―223 de ellos concertados― y ha defendido desde hace más de una década su compromiso activo de incorporar el inglés como primera lengua extranjera. De hecho, desde el 2004 lleva a cabo un programa propio de enseñanza bilingüe donde las asignaturas en inglés ocupan al menos un 30% del horario lectivo.
Para evaluar lo que se convirtió en una de las propuestas estrellas del Gobierno de Esperanza Aguirre, el Gobierno regional prometió a los alumnos que se acogieran al programa que tendrían acceso gratuito a las pruebas de evaluación externas. Con ese instrumento, defendía, se medía y garantizaba la calidad del Programa Bilingüe a través de los exámenes que supuestamente realizaban prestigiosos centros de evaluación en inglés, como el Trinity College, de Londres, o el Cambridge English Assessment, que depende de la Universidad de Cambridge. Pero el prestigio lleva años por los suelos en la Comunidad de Madrid, que no deja de tener problemas. Tanto, que estas empresas con una reputación a sus espaldas ya ni se presentan al concurso de licitación anual.
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