Almeida cae en la trampa de un humorista ruso y apoya deportar a refugiados ucranios al frente y “castigar a los bastardos rusos”
El alcalde de Madrid sufrió una broma de los cómicos Vovan y Lexus, uno de los cuales se hizo pasar por regidor de Kiev y mantuvo una entrevista que fue subiendo de tono
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, sufrió una broma de dos humoristas rusos, Vladimir Kuznetsov y Alexey Stolyarov, conocidos como Vovan y Lexus, uno de los cuales se hizo pasar por el regidor de Kiev, Vitali Klitschko, y mantuvo una entrevista que fue subiendo de tono sin que el político popular se diera cuenta, quizás solo muy al final, de que estaba siendo sometido a una broma. No fue el único: también cayeron en la trampa otros alcaldes europeos. La conversación de 17 minutos, en ...
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, sufrió una broma de dos humoristas rusos, Vladimir Kuznetsov y Alexey Stolyarov, conocidos como Vovan y Lexus, uno de los cuales se hizo pasar por el regidor de Kiev, Vitali Klitschko, y mantuvo una entrevista que fue subiendo de tono sin que el político popular se diera cuenta, quizás solo muy al final, de que estaba siendo sometido a una broma. No fue el único: también cayeron en la trampa otros alcaldes europeos. La conversación de 17 minutos, en inglés, fue difundida el martes en redes sociales, aunque tuvo lugar hace casi dos meses.
La entrevista comenzó con un protocolario cambio de impresiones sobre la ayuda de España a los refugiados de Ucrania y el apoyo que había que prestar a ese país en su lucha contra Rusia. Así transcurrió hasta un momento en el que el alcalde impostor le pidió a Almeida colaborar en la deportación de emigrantes ucranios a su país para que pudieran combatir contra Rusia y “dejaran de relajarse en las playas españolas”. Almeida no solo se mostró partidario de esas deportaciones, sino que añadió que tenían capacidad de transporte para hacerlo. Cuando fue preguntado por si el alcalde de Madrid estaba haciendo todo lo posible para incautar los bienes de ciudadanos rusos en Madrid, Almeida citó las resoluciones de la Unión Europea a ese respecto y añadió que era partidario de “castigar a los bastardos rusos”.
La conversación subió de tono cuando el humorista le comentó que pensaban hacer una actuación especial en el entorno de la cumbre de la OTAN, celebrada a finales de junio en Madrid, consistente en manifestarse desnudos y lanzar excrementos contra los participantes. El cómico añadió que el propio embajador ucranio participaría en esa actividad. Almeida terminó respondiendo que era buen amigo del embajador y que hablaría de eso con él, pero en ningún momento hizo amago de desaprobar la actuación.
A la vista de que el alcalde madrileño seguía en buen tono el hilo de la conversación, y hasta les llamó valientes por lo que iban a hacer, el humorista ahondó en la broma y le preguntó si él apoyaría esa actuación y se manifestaría desnudo. Lejos de darse cuenta de que no era una conversación normal, Almeida respondió: “No estoy seguro de mi figura”.
Desde ese momento, las preguntas giraron en torno al Orgullo Gay, a Almudena Grandes (sobre quien Almeida confesó no haber leído ningún libro) y sobre el mote ofensivo que le han puesto en Madrid (”carapolla”), tratando de explicar cuál era su significado al supuesto alcalde ucranio (“eso me lo dicen porque tengo la nariz muy grande”, explicó Almeida). En ese punto, la conversación tomó un tono abiertamente grosero y soez, sin que el alcalde acertara a cortar e interrumpir la conversación, y acertando solo a decir “no entiendo bien” para evadirse de las groserías y acelerar la despedida sin perder la compostura.
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