Ayuso, sobre el congreso del PP de Madrid: “Que no se siga retrasando la voz de los afiliados”

La presidenta regional se desmarca de la dirección nacional al insinuar su apoyo a pactar con Vox el Gobierno de Castilla y León

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.Photogenic/Claudia Alba (Europa Press)

Rota la tregua firmada entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso por las elecciones de Castilla y León, la presidenta de Madrid ha fijado este martes posición propia frente a los argumentarios con los que la dirección del PP intenta navegar las polémicas que le rodean. Para empezar, ...

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Rota la tregua firmada entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso por las elecciones de Castilla y León, la presidenta de Madrid ha fijado este martes posición propia frente a los argumentarios con los que la dirección del PP intenta navegar las polémicas que le rodean. Para empezar, ha insinuado su apoyo a acordar el futuro Gobierno de Castilla y León con Vox, pese a que Génova prefiere evitar esa fórmula ―“espero que sepamos buscar con otros partidos lo que nos une, y que no nos importe lo que opine la izquierda”, ha dicho Ayuso―. Para seguir, ha reclamado que la dirección nacional ponga fecha al congreso de Madrid ―”que no se siga retrasando la voz de los afiliados”―. Y para terminar, ha afirmado que su proyecto es el que concita ahora mismo más apoyos en el país ―”de izquierda a derecha está uniendo a la sociedad madrileña en torno a la libertad, y se está convirtiendo en un modelo que toda España mira”―.

Hubo un tiempo en el que Esperanza Aguirre actuó como contrapeso interno de Mariano Rajoy. Lo mismo ocurrió con Cristina Cifuentes, erigida en contrapoder del presidente nacional gracias a que lideraba el PP de Madrid, la más perfecta maquinaria electoral de la formación conservadora, y una estructura cargada de recursos y capacidad de influencia interna. Las dos presidentas fueron dos versos libres aupados por el altavoz de la presidencia de la Comunidad, fortalecidos por la del partido, y protegidos por sus afines en la batalla orgánica. Dos precedentes que explican en parte el conflicto que mantienen ahora Díaz Ayuso y Casado por la organización del congreso del PP de Madrid, que la presidenta regional quiere liderar. Génova ve en la líder madrileña a una Aguirre 2.0.

“No hay que ponerse nerviosos”, ha dicho este martes la vicesecretaria de organización del PP, Ana Beltrán, según informa Europa Press. “Desde la dirección nacional sabemos perfectamente cuando se tienen que realizar [los congresos]”, ha seguido. “Hay que confiar. Los temas internos se deben tratar de forma interna. Es lo mejor para todos”.

Da igual que Díaz Ayuso jure una y mil veces su lealtad a Casado, y que exprese su deseo de poner la organización madrileña al servicio del líder del partido, como ha hecho de nuevo este martes. Su clara apuesta por hacer oír su voz en temas nacionales que nada tienen que ver con la Comunidad de Madrid, y el tirón electoral demostrado en el 4-M, le han convertido en una rival interna. Por eso, el secretario general nacional, Teodoro García-Egea, está apurando al máximo los plazos para anunciar la fecha del cónclave, que debería ser en el primer semestre de este año: se espera a un cambio de situación desfavorable para Díaz Ayuso, o a la improbable aparición de un rival que dificulte su hoy seguro triunfo en las primarias regionales.

“Mi propuesta no va a ser presionar en nada, ni pedir nada, simplemente dejar a la organización trabajar, seguir adelante, aceptando lo que decidan libremente los afiliados”, ha defendido este martes Ayuso, que ha presentado al portavoz de su Gobierno, Enrique Ossorio, durante un desayuno informativo. “No es nada en contra, sino a favor del PP”.

Primera derrota parlamentaria de Ayuso

Pero el PP va ahora de problema en problema. Su rostro más mediático, Díaz Ayuso, aprieta a Casado con el congreso en el momento de más debilidad del líder: él fue el promotor, a través de García-Egea, del adelanto electoral en Castilla y León, que deja al PP con apenas dos diputados más y en manos de Vox. El ganador de los comicios, Alfonso Fernández-Mañueco, reclama autonomía para negociar la formación del Gobierno, y no descarta a la extrema derecha, como querría Génova. Vox, finalmente, está dispuesto a hacerse valer en la negociación. Para empezar, recordando que hay otros gobiernos del PP que dependen de sus votos. Por ejemplo, el de Díaz Ayuso.

El partido que lidera Rocío Monasterio en Madrid ha anunciado este martes que no apoyará la ley de autonomía fiscal que la líder conservadora patrocina en la Asamblea regional, registrando, por lo tanto, una enmienda a la totalidad. Y sin los votos de los ultras, el texto no tendrá luz verde: sería la primera derrota parlamentaria de Díaz Ayuso desde su triunfo del 4-M.

“La nueva Ley de Autonomía Financiera de la Comunidad de Madrid no contribuye en absoluto a mejorar la vida de los madrileños y, además, ahonda en las desigualdades entre autonomías contra las que Vox lucha cada día”, ha defendido la formación ultra en un comunicado. “La iniciativa del Ejecutivo regional entiende que la autonomía está por encima del principio de unidad al pretender que ninguna norma estatal pueda afectarla, predetermina el contenido político de la actuación de cualquier futuro gobierno nacional y convierte un conflicto político con Pedro Sánchez en un conflicto institucional con el Estado”.

“Es un grave error”, ha reaccionado Enrique Ossorio al conocer que Vox presentará una enmienda a la totalidad. Porque esa decisión es todo un aviso a navegantes. Si las críticas que vertió Díaz Ayuso contra Vox en el pleno del pasado jueves eran inseparables de las elecciones de Castilla y León, la nueva estrategia de Vox, que hasta ahora había apoyado todos sus proyectos, es inseparable del resultado de los comicios, y de su apuesta por entrar en el gobierno de Fernández-Mañueco.

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