Monasterio tensa la investidura de Ayuso con las alusiones racistas contra un diputado de Unidas Podemos
La presidenta de la Asamblea de Madrid, del PP, expulsa después a una diputada de Podemos por increpar a Monasterio
No se recuerda un discurso tan extremista en el Parlamento madrileño. Durante más de 20 minutos, la portavoz de Vox, Rocío Monasterio, ha exigido a la presidenta en funciones, Isabel Díaz Ayuso, que derogue cuanto antes todas las leyes de género y todas las leyes LGTBI que existen en la Comunidad de Madrid. Además, al final de su intervención, ha señalado al diputado de Unidas Podemos, Serigne Mbayé: “No es un símbolo del abandono de la clase trabajadora. Nuestro problema con el señor Mbayé no es que sea bla...
No se recuerda un discurso tan extremista en el Parlamento madrileño. Durante más de 20 minutos, la portavoz de Vox, Rocío Monasterio, ha exigido a la presidenta en funciones, Isabel Díaz Ayuso, que derogue cuanto antes todas las leyes de género y todas las leyes LGTBI que existen en la Comunidad de Madrid. Además, al final de su intervención, ha señalado al diputado de Unidas Podemos, Serigne Mbayé: “No es un símbolo del abandono de la clase trabajadora. Nuestro problema con el señor Mbayé no es que sea blanco o negro, bajo o alto, sino que es una persona que se saltó la cola de entrada. Entró de forma ilegal y se lucró durante años”. El parlamentario, de origen senegalés y de 46 años, tiene la nacionalidad española. Es el portavoz del sindicato de manteros de Madrid y fue uno de los fichajes estrella de Pablo Iglesias para su lista electoral. No es la primera vez que el partido de la ultraderecha se fija en él. El pasado 30 de marzo, la cuenta oficial de Vox en Instagram publicó una foto suya con un titular: “Nosotros le deportaremos”.
Todo sucedió muy rápido. Monasterio subió este viernes a la tribuna sonriente. Se ajustó el micrófono a su altura y comenzó a desglosar su discurso más extremista hasta la fecha. “Nos oponemos a la ideología de género”. “El PSOE, junto a Podemos, es el responsable de la muerte de 100.000 españoles y de indultar a los golpistas que intentaron robarnos la nación”. Pasados 10 minutos, giró su cabeza a la izquierda ―donde se encuentran los diputados de Más Madrid y de Unidas Podemos― y comenzó a hablar de la delincuencia que, a su juicio, existe en Madrid. Los datos, sin embargo, dicen lo contrario. De las 252.363 infracciones penales ―tráfico de drogas, vandalismo, amenazas, hurtos…— que se produjeron en 2019 en la capital de España, se ha pasado a 183.375 en 2020; una reducción de casi el 30%. Estos datos se presentaron en la sede de la delegación de Gobierno el pasado 9 de junio y estuvo presente el portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Javier Ortega Smith.
“La vida para ustedes es plantar hierbas en su huerto urbano”, continuó Monasterio. “En Vox no miramos hacia otro lado frente a la delincuencia y la falta de integración por los jóvenes extranjeros. Podemos quiere hacer de la foto de Mbayé un símbolo, es un símbolo de su abandono de la clase trabajadora. Él, además, entró de forma ilegal y se lucró durante años”. Los diputados de Podemos se revolvieron inmediatamente de sus asientos. Mbayé se levantó de la silla y levantó los brazos, muy molesto con lo que estaba escuchando.
―Pido silencio, guarden el orden―, inquirió la presidenta de la Asamblea, del PP.
“Es una persona que entró de manera ilegal”, continuó Monasterio. “Ustedes suben los impuestos y las facturas de la luz. Nos hablan de comercios y de pymes. En España no hay problema racial ninguno. Deroguen las leyes de violencia de género. ¿Saben una cosa? Cuando los maltratadores y violadores se enteren de las leyes que tenemos aquí, se van a declarar mujeres”. La intervención dejó atónitos a todos en la Cámara, incluidos los diputados del PP. Al terminar, los 13 diputados de Vox ―que es la cuarta fuerza de la Asamblea con 330.660 votos y que son indispensables para que Ayuso pueda aprobar cualquier ley en esta legislatura― aplaudieron a rabiar.
De pronto, Mbayé levantó la mano. Pidió la palabra a la presidenta de la Cámara, que le concediera dos minutos por las alusiones recibidas. “Le pido a Monasterio que retire sus palabras racistas”, comenzó, visiblemente nervioso. “Esto no está permitido. La señora Monasterio me ha atacado. Soy español, como ella, le pido que retire esas palabras racistas. El racismo no cabe en esta Cámara ni en España”. Toda la bancada de la izquierda se puso en pie y se giró hacia él con aplausos. La presidenta preguntó entonces a Monasterio:
―¿Retira las palabras?
― Por supuesto que no. Él entró de manera ilegal, aunque sea español. No retiro.
― No puedo retirar la palabra, pero sí le invitaría a que lo hiciera―, contestó la presidenta.
― Señora presidenta de la Asamblea, ¿me puede detallar qué palabras quiere que retire? No sé.
― Las alusiones directas. ¿Lo retira o no? Usted insiste en el no. Es evidente que no quiere retirar ninguna de las afirmaciones. Lo respeto, pero no puedo retirarlas. Vamos a continuar con la sesión.
Poder Negro
Los diputados de Vox, molestos, exigieron a la presidenta una intervención más, pero fue denegada. Mbayé levantó entonces el brazo izquierdo y cerró el puño. Un gesto similar al que hicieron dos atletas negros estadounidenses en los Juegos Olímpicos de México 1968 tras ganar la carrera de los 200 metros. Tommie Smith y John Carlos, medalla de oro y de bronce, alzaron su puño envuelto en un guante negro mientras comenzaba a sonar el himno nacional de EE UU. Este gesto es conocido desde entonces como el saludo del Poder Negro. Ya en el turno de réplica, casi una hora después, la presidenta ha expulsado a la diputada de Podemos Vanesa Lillo por increpar a Monasterio.
Minutos antes, durante su discurso, la portavoz de Vox también habló de la okupación. “La okupación no solo supone el derecho a la propiedad. Hay que hablar de vivienda y de la seguridad de los barrios”. En Madrid, según datos de la Consejería de Vivienda existen 4.000 viviendas ocupadas, las mismas que hace cuatro años. “A casi nadie le ocupan su vivienda habitual, siempre suelen ocupar viviendas de bancos”, indica un portavoz de la consejería a este diario. El discurso de Monasterio terminó con un deseo: “Hoy damos cumplimiento a nuestra palabra. Le deseo, señora Ayuso, dos años de trabajo, prosperidad y éxito para la Comunidad de Madrid”.
Tanto el PSOE como Más Madrid no dudaron en señalar a Monasterio por su discurso. El PP, no. “Quienes son realmente radicales”, ha dicho Ayuso, “son los partidos de la izquierda. No hay nada más que ver el trato que le han dado señora Monasterio. Me ha abochornado que traten a su partido de esa manera”. Hana Jalloul, la portavoz socialista, que se estrenaba este viernes en la Asamblea de Madrid, inició su intervención en apoyo del Mbayé: “Las personas no son ilegales. En todo caso están en una ilegalidad administrativa. Señora Ayuso, aquí y ahora se termina la mascarada. Tendrá los votos necesarios con el apoyo de la ultraderecha”. Y Mónica García, líder de la oposición, fue tajante: “Nuestro más firme apoyo a Mbayé. Ningún discurso de odio nos va a hacernos mover ni un ápice de nuestras convicciones”.
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