¿Pandemia? ¿Qué pandemia?

La política se ha instalado en la frivolidad: “fascismo, el lado bueno de la historia” y otros ejemplos

Isabel Díaz Ayuso comparece el pasado lunes en la Real Casa de Correos, en Madrid (España).EUROPA PRESS/E. Parra. POOL (Europa Press)

Las mises tienen que estar siempre preparadas para contestar en qué periodo histórico les hubiese gustado vivir, igual que los periodistas deben tener lista una respuesta por si les preguntan eso tan cursi de qué noticia les gustaría dar. Si no, pasa lo que pasa. Por ejemplo, que la mujer oficialmente más guapa de Italia diga en 2015 que le habría encantado haber vivido la II Guerra Mundial”: “En los libros hay páginas y páginas. La hubiera querido vivir de verdad. Al fin y al ...

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Las mises tienen que estar siempre preparadas para contestar en qué periodo histórico les hubiese gustado vivir, igual que los periodistas deben tener lista una respuesta por si les preguntan eso tan cursi de qué noticia les gustaría dar. Si no, pasa lo que pasa. Por ejemplo, que la mujer oficialmente más guapa de Italia diga en 2015 que le habría encantado haber vivido la II Guerra Mundial”: “En los libros hay páginas y páginas. La hubiera querido vivir de verdad. Al fin y al cabo, como soy mujer, no habría tenido que hacer el servicio militar”, se justificó.

A la miss le cayó la del pulpo, pero meter la pata con el fascismo y los nazis está a la orden del día y no es algo que suceda solo ni sobre todo en certámenes de belleza donde un jurado con mala conciencia intenta hacer ver que lo que se juzga es algo más que eso, belleza. En todo caso, la pregunta absurda sería hasta una atenuante porque en otros terrenos, mucho más peligrosos, los nazis salen alegremente en el discurso y sin necesidad de una interpelación trampa de por medio. Miguel Ángel Rodríguez, actual jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, se lo llamó cuatro veces seguidas en televisión al doctor Luis Montes. Hace unos días, en el pleno del Ayuntamiento de Parla, cuando el alcalde, José Ramón Jurado, del PSOE, cortó al portavoz del PP, José Manuel Zarzoso, este replicó: “Heil Hitler”. Alfonso Guerra también tildó de “nazi” al expresidente catalán Quim Torra. Un parlamentario de Bildu utilizó el mismo término para referirse a policías y guardias civiles. Y el pasado lunes, desahogándose con Ana Rosa Quintana por las críticas e insultos que recibía, la presidenta madrileña dijo: “El mejor es fascista. ¿Te lo han llamado a ti? Cuando te lo llaman sabes que lo estás haciendo bien”. “A mí todos los días”, respondió la presentadora. “Pues entonces estás en el lado bueno de la historia”, sentenció Ayuso.

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Intentando arreglarlo, aquella miss italiana lo empeoró: “Fueron años en los que sucedieron cosas terribles, pero hoy todo es tan plano, tan rutinario…”. Quizá haya pasado algo parecido en la política española y particularmente, en la madrileña: ¿Se aburrían? La presidenta adelanta las elecciones que negó tres veces- “Mi única preocupación es reforzar la sanidad madrileña” etc.-. Podemos, que en su día afeó a Salvador Illa que dejara el Ministerio en plena pandemia para ser candidato en Cataluña presenta ahora a los comicios en Madrid al vicepresidente del Gobierno de coalición. Ciudadanos, que decía que las mociones de censura en un momento como este serían una amoralidad presentó una en la región de Murcia que se incluirá en los libros de texto como ejemplo del célebre “efecto mariposa”.

La frivolidad consiste en comparar lo que no admite comparación –los nazis y cualquier otra cosa- y en actuar con ligereza, sin medir la oportunidad o las consecuencias. ¿Pandemia? ¿Qué pandemia? Estamos en campaña.

Y lo que queda.

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