Convulsión total

“Me han cesado”. Leo sobresaltado el whatsapp en el móvil. La Puerta del Sol estalla. Madrid está hiperventilando, una tormenta política inesperada. Titulares cada décima de segundo, es casi imposible seguir lo que está pasando. La ciudad es puro hervidero, puro mentidero de la villa, puro rumor, puro decreto, puro secreto, puro divorcio, puro puñal, puro mensaje, puro revuelo, puro juego, puro plan, puro manejo.

Madrid es una continua partida de ajedrez y esta semana ha vuelto a ser como siempre había sido. Desescalada de estrategias, retorcimiento prepandémico. Ese escenario de...

“Me han cesado”. Leo sobresaltado el whatsapp en el móvil. La Puerta del Sol estalla. Madrid está hiperventilando, una tormenta política inesperada. Titulares cada décima de segundo, es casi imposible seguir lo que está pasando. La ciudad es puro hervidero, puro mentidero de la villa, puro rumor, puro decreto, puro secreto, puro divorcio, puro puñal, puro mensaje, puro revuelo, puro juego, puro plan, puro manejo.

Madrid es una continua partida de ajedrez y esta semana ha vuelto a ser como siempre había sido. Desescalada de estrategias, retorcimiento prepandémico. Ese escenario de intrigas palaciegas, de puertas que se cierran sigilosamente y de llamadas que lo cambian todo. Vive por y para la política. Esa capital con toque de queda, pero que apenas ha dormido (al menos, los que mueven los hilos). Anatomía de muchos instantes: la cara que se le quedó a Ignacio Aguado cuando en el Consejo de Gobierno la presidenta anunciaba elecciones, la conversación entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado para poner las urnas, la carrera para llegar al registro con las mociones de censura, el cónclave en la calle Ferraz de Pedro Sánchez y los suyos, el giro de Arrimadas para no cruzarse con el líder nacional del PP en los actos en el Retiro de conmemoración del 11-M… Thriller con sabor a gallinejas y cocidito (con todos sus vuelcos para coger fuerzas).

Menuda primavera madrileña espera, de chulapas proclamas y emociones verbeneras, con elecciones o moción.

Sólo Madrid sabe hacer como ella el espectáculo, aunque el prólogo del show fuera Murcia. Pero aquí se movía el cotarro en secreto, detonando todo las negociaciones entre los socialistas Félix Bolaños, Santos Cerdán y José Luis Ábalos con el naranja Carlos Cuadrado. Movían las placas tectónicas. Pero el clan de Las Moreras ha jugado fuerte, muy fuerte con Madrid como respuesta. Que suene a tope Depeche Mode, con tatuaje incluido de rosa de Anton Corbijn, que Ayuso tiene preparada la gran fiesta. Sólo escucha a Miguel Rodríguez, lamentan por las esquinas los de Ciudadanos. Este año pasando del Dos de Mayo, que el cuatro suena mejor… Enjoy the silence! Que cada uno le ponga su letra: del “todo en orden” de la presidenta al rey al “nos habéis jodido, de verdad te lo digo” de Begoña Villacís.

Menuda primavera madrileña espera, de chulapas proclamas y emociones verbeneras, con elecciones o moción. Y todo ello a la vez que este domingo se cumple un año del estado de alarma. Doce meses del shock de aquel 14 de marzo, de aquel encierro, del primer día que salimos a aplaudir y llorar en los balcones, de aquel momento en el que se nos paró la vida, de aquel dolor que todavía nos inunda, del sonido incesante de las ambulancias, del drama devastador de las residencias, del exilio de los abrazos y los besos. Madrid sigue en lo más alto del índice de contagios, ilusos aquellos que crean que la pandemia no será arma en la contienda política. Prepárense perimetralmente para todo lo que viene. ¿Alguien piensa en los ciudadanos? ¿Estamos para esto? ¿Dónde está mi vacuna? Convulsión total.