25 jóvenes para un nuevo género chico entre grafitis

Proyecto Zarza, la compañía del Teatro de la Zarzuela formada por menores de 30 años, llega a su quinta temporada interpretando su primer texto original, que incluye composiciones de Chueca y Chapí

Una de las escenas de la producción musical que pretende renovar la zarzuela.INMA FLORES

Al abrirse el telón aparece un parque para patinadores lleno de grafitis de Suso33, Akene y otros artistas urbanos. El escenario hecho de metal y cemento está ocupado por 17 chicas y chicos que celebran la noche de un 15 de agosto, fiestas de la Paloma. En medio de una lluvia de selfis, los personajes de esta obra viven entre mochilas cuadradas de repartidor de comida, hijos de kellys y populismos panfletarios, pero cantan por ...

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Al abrirse el telón aparece un parque para patinadores lleno de grafitis de Suso33, Akene y otros artistas urbanos. El escenario hecho de metal y cemento está ocupado por 17 chicas y chicos que celebran la noche de un 15 de agosto, fiestas de la Paloma. En medio de una lluvia de selfis, los personajes de esta obra viven entre mochilas cuadradas de repartidor de comida, hijos de kellys y populismos panfletarios, pero cantan por Ruperto Chapí, Federico Chueca y Pablo Sorozábal. “Sueña, que en sueños siempre, siempre triunfarás… hasta que salga el sol de realidad”. Entonan una composición de 1943 ante un panorama, el del 2021, que podrían considerar algo apocalíptico. Al otro lado de la cuarta pared, se encuentra el majestuoso patio de butacas del Teatro de la Zarzuela, un coliseo de mediados del siglo XIX declarado Monumento Nacional y coronado por una lámpara art decó de 600 kilos. Entre medias de ambos mundos, ocho músicos, también menores de 30 años y orquestados por el maestro Miquel Ortega, ponen melodía a este espectáculo, Amores en Zarza, que estará en cartel hasta el 5 de marzo bajo la dirección escénica correrá a cargo de Rita Cosentino.

Se trata de la quinta producción de una iniciativa que fue una de las propuestas principales que presentó en 2015 Daniel Bianco (Buenos Aires, 1958), cuando se incorporó como director de este teatro público perteneciente al Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM). “Quiero que otras generaciones conozcan nuestro patrimonio”, dice del llamado Proyecto Zarza. Su lema es “Zarzuela hecha por y para jóvenes”, para que los que estén en el patio de butacas puedan verse reflejados en lo que pasa en el escenario. “Así descubren que este género puede contarse con su lenguaje y, casi sin darse cuenta, la música les conquista, porque en estas composiciones resuenan las pasiones, los amores, los celos y todos lo que ellos viven ahora”.

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Un elenco de intérpretes y un pequeño grupo de cámara representa una obra por temporada de un máximo de 70 minutos de duración, íntimamente ligada al llamado género chico, aunque acercándose a los intereses y motivaciones de los adolescentes del siglo XXI. Por vez primera, tras adaptar clásicos como La verbena de la Paloma y La revoltosa, se enfrentan a un texto original del novelista y dramaturgo Nando López, cuyos trabajos están a menudo dirigidos a niños y adolescentes. El maestro Ortega le entregó un listado de 15 números musicales extraídos de las grandes zazuelas y él construyó en torno a ellas un relato dedicado al amor en todas sus formas. “Es uno de los temas que más importa a los chicos”, cuenta López, que ha sido profesor de secundaria durante una década y da a menudo charlas en colegios e institutos. También está acostumbrado “a buscar al temporalidad en los clásicos”, como en su reciente versión del Tito Andrónico de Shakespeare en los Teatros del Canal. Lo que no se actualiza en Amores en Zarza son las melodías de los compositores. “El texto es inédito pero la música es sagrada para nosotros. No hay ni una sola nota cambiada”, advierte Bianco.

Dos de los intérpretes de esta producción de zarzuela realizada por menores de 30 años. INMA FLORES

Además de acercarse a nuevos públicos, esta iniciativa busca abrir una puerta a una nueva hornada de artistas y que se formen en este legado. Sylvia Parejo, de 28 años, es una de las que se sube cada función a la pista de skate de este montaje. Lleva trabajando en teatro musical desde que tenía 18, pero no conocía prácticamente nada de la producción de este teatro hasta que en 2017 le invitaron a formar parte del reparto de la opereta El cantor de México. Ya con el gusanillo dentro, decidió acudir a las audiciones de Proyecto Zarza y lleva dos temporadas seguidas actuando en él. “Es otro código escénico, que no podría haber aprendido en otras tablas distintas. Aquí se canta y actúa sin micrófono, a diferencia de los musicales en los que he participado antes”, cuenta. Precisamente Guillermo Pareja (24 años), quien es ahora su compañero en Amores en Zarza, tuvo su primera aproximación con el género lírico viéndola desde la platea en esa misma producción de El cantor de México. “Me enamoré por completo y me puse a investigar. Vine a ver otros de los estrenos del Teatro de la Zarzuela porque descubrí que era más barato de lo que pensaba”, recuerda. En una de sus asiduas visitas, presenció al tenor Enrique Viana hacer una nota sostenida en la comedia lírica ¡24 horas mintiendo! “Me dejó flipando y me dije que yo tenía que hacer eso también”. A través de la RESAD, donde estaba estudiando teatro musical, obtuvo el año pasado unas prácticas para trabajar dentro de esta joven compañía y luego decidió acudir a las pruebas de acceso oficiales.

“Nos hicimos hace poco una cuenta en Instagram pensando en los adolescentes, pero pronto nos dimos cuenta de que ellos ya no están allí, que se han marchado a otras plataformas”.
Francisco Prendes, responsable de las redes sociales de Proyecto Zarza.

Solo en el 2020 se han presentado 318 jóvenes al cásting para formar parte de este elenco. Para Bianco, el objetivo de dar a conocer su legado musical a los nuevos talentos está funcionando. “Lo notamos si comparamos las primeras audiciones de 2015 con las más recientes. Siempre pedimos a los candidatos que interpreten una pieza de zarzuela y una de comedia musical. Esa primera vez, todos cantaban perfectamente en inglés la segunda de ellas, pero llegaban sin saber cómo interpretar una zarzuela y prácticamente hacían una parodia. Ahora saben a lo que vienen y llegan más preparados, porque ya han visto a sus compañeros sobre el escenario”. Son aspirantes a artistas que vienen a menudo de otras partes de España a probar suerte y que, cuando entran en el elenco, logran arrancar una carrera en Madrid y dar el salto a otras producciones, como los musicales de la Gran Vía, dice Bianco.

Los actores forman el título de la obra con los patines. INMA FLORES

Muchos de los integrantes de Proyecto Zarza viven en él su primera experiencia en una compañía profesional. Y se benefician además de una labor mentora, a modo de academia de alto rendimiento. Están guiados por un equipo artístico formado por experimentados profesionales en la dirección de escena, dirección musical, escenografía, vestuario e iluminación. El dramaturgo Pablo Messiez y la directora Amelia Ochandiano han participado en algunos de los montajes de temporadas anteriores. El del año pasado, Agua, azucarillos y aguardiente, de Federico Chueca y con adaptación del propio Nando López, acogió a 7.825 jóvenes en 11 funciones y sus reproducciones en línea desde plataformas como Facebook y YouTube se acercan a las 40.000 reproducciones, apunta el director del Teatro de la Zarzuela. El efecto rejuvenecedor se nota en otras de sus producciones ajenas a este programa. La mayor parte de espectadores de la versión musical de La casa de Bernarda Alba programada en 2018 era propietaria de su tarjeta joven.

Aulas y redes sociales

La labor pedagógica y la presencia en Internet son los otros dos pilares de esta programación juvenil. De cada espectáculo anual se llevan a cabo al menos de cinco representaciones para escolares, de edades comprendidas entre los 12 y los 18 años. Al final de cada representación, para acercar la propuesta al público, tiene lugar un coloquio de unos 20 minutos con los jóvenes que integran el elenco de la producción. Durante el coloquio el público asistente puede comentar y preguntar. “Allí se establece un sano diálogo intergeneracional. Alguno se anima a levantar la mano y decir que no le gusta que hagamos estas cosas con un clásico como ‘La verbena de la Paloma’, pero luego llega un chico y le contesta que, si no fuera de esta forma, jamás se acercaría a este teatro”, comenta Francisco Prendes, coordinador de Proyecto Pedagógico del centro y responsable de las redes sociales de Proyecto Zarza. Con experiencia como profesor, se incorporó hace dos años al equipo para renovar los cuadernos didácticos que se crean en torno a estas producciones y para ampliar su labor digital.

Detalle del cartel de 'La verbena de la Paloma', una de las adaptaciones juveniles de Proyecto Zarza.Teatro de la Zarzuela

“Nos hicimos hace poco una cuenta en Instagram pensando en los adolescentes, pero pronto nos dimos cuenta de que ellos ya no están allí, que se han marchado a otras plataformas. En ésta, nuestros 17.000 seguidores tienen en su mayoría entre 20 y 35 años”, afirma. “Más que para llegar a los jóvenes, nuestras redes nos sirven para romper barreras físicas y que los nuevos artistas se enteren de nuestras audiciones o que profesores de otras comunidades recurran a nuestros materiales”, cuenta Prendes. Su objetivo es llevar el Teatro de la Zarzuela de Madrid a las aulas de toda España a través de recursos como las emisiones en streaming. En la medida de lo posible, y una vez estrenadas, las producciones tienen planeado girar por otros teatros a nivel nacional e incluso internacional.

Los 17 actores y la pequeña orquesta de cámara de la producción. INMA FLORES

Si la pandemia lo permite, planean hacerlo con este Amores en Zarza. El nuevo espectáculo “muestra diversidad e inclusión propia de la gente del siglo XXI sin añadirle moralina, que es algo que los chicos captan enseguida y huyen de ello”, dice su autor Nando López. “Esta juventud tiene la sensación de que está en los márgenes del discurso oficial y de una sociedad en crisis permanente, por eso la obra sucede, de forma metafórica, en un barrio de periferia”. El dramaturgo además de respetar las melodías, ha mantenido las letras de las composiciones casi intactas, excepto en una de ellas, en la que los protagonistas actualizan juntos el texto por una buena causa. Al actor y cantante Guillermo Parejo, en cambio, no le importaría romper esa regla de Bianco de no tocar las creaciones de Chapí o Chueca. Y, tal y como querían los impulsores de este proyecto, mira a la zarzuela con visión de futuro. “Yo personalmente, soy de los que piensa que debemos fomentar que se componga más libretos nuevos, porque es otra de las formas de que el género siga floreciendo”, opina.

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