Retratados

Como si no hubiera preocupaciones suficientes en un Madrid pandémico, aún convaleciente de una nevada insólita, Vox presentó una propuesta para eliminar un mural “femimarxista radical” (sic) dibujado en un polideportivo de la ciudad y aprobado por unanimidad en 2018. El PP y Ciudadanos, que se presentan como fuerzas moderadas y alérgicas a los extremismos, apoyaron la iniciativa de la extrema derecha, que, a su vez, niega serlo, argumentando que son “de extrema n...

Como si no hubiera preocupaciones suficientes en un Madrid pandémico, aún convaleciente de una nevada insólita, Vox presentó una propuesta para eliminar un mural “femimarxista radical” (sic) dibujado en un polideportivo de la ciudad y aprobado por unanimidad en 2018. El PP y Ciudadanos, que se presentan como fuerzas moderadas y alérgicas a los extremismos, apoyaron la iniciativa de la extrema derecha, que, a su vez, niega serlo, argumentando que son “de extrema necesidad”.

Preguntado por la polémica, Jorge Buxadé, de Vox, aseguró que se trata, efectivamente, de “un tema menor” teniendo en cuenta “todo lo que está sucediendo en España”. Es, añadió, “el típico debate que abre la izquierda para que no hablemos del paro, los confinamientos masivos o el cierre de la hostelería”. Fue, sin embargo, su partido, el que, entre todos los problemas existentes, decidió llevar al pleno del distrito de Ciudad Lineal uno que no lo era. Fue su partido el que propuso borrar antes que hacer.

Buxadé no es el único político que ha intentado jugar con los ciudadanos a ese juego tan viejo de dónde está la bolita. Acorralado por la evidencia de haberse dejado arrastrar por una formación que lleva en su programa la derogación de la ley de violencia machista en un país donde 1.079 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas desde el año 2003, el alcalde de la capital y portavoz del PP, José Luis Martínez Almeida, sacó el comodín de ETA. “No he visto al presidente del Gobierno escribir un tuit contra los murales que ensalzan a los terroristas en el País Vasco, y hay muchos; contra las pintadas que continuamente humillan la dignidad de las víctimas; contra los recibimientos que se hace a los presos de ETA que han sido excarcelados y no se arrepienten de sus crímenes”. “Tan democrático es ponerlo como quitarlo”, añadió. En resumen: ¿Por qué apoyan la retirada del mural feminista del polideportivo? Porque podemos y porque... ETA.

Al quinto día -después de una concentración de protesta y de que la noticia se publicase en medios internacionales-, Ciudadanos rectificó a su manera, es decir, porque les habían pillado, y apoyó la moción de urgencia presentada por Más Madrid para la permanencia del mural. La solución Villacís para salir del embrollo fue equiparar a unos y otros: “El sectarismo no se combate con sectarismo”, dijo, dejando un pie en cada orilla.

La pared de la discordia muestra imágenes de mujeres como Rosa Parks, la activista que luchó por los derechos civiles de los negros, o Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz, y el “mensaje político” que Vox, arropado por el PP y Cs, quería quitar, reza: “Las capacidades no dependen de tu género”. El mural, finalmente, se queda, pero ellas ya no son las únicas que han quedado retratadas.