Clonar árboles centenarios para arreglar el desastre de ‘Filomena’
La Comunidad de Madrid presenta un proyecto de restauración de los ecosistemas silvestres en la región
La Comunidad de Madrid pone en marcha un proyecto de restauración ecológica de los ecosistemas silvestres tras el desastre que ha dejado la gran nevada Filomena. Este protocolo de actuación consistirá en clonar árboles centenarios y singulares para recuperar el patrimonio vegetal que se ha perdido en la región por el temporal. Así lo ha explicado este martes la consejera de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sosten...
La Comunidad de Madrid pone en marcha un proyecto de restauración ecológica de los ecosistemas silvestres tras el desastre que ha dejado la gran nevada Filomena. Este protocolo de actuación consistirá en clonar árboles centenarios y singulares para recuperar el patrimonio vegetal que se ha perdido en la región por el temporal. Así lo ha explicado este martes la consejera de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibilidad, Paloma Martín, en el parque de Antonio Machado, en Coslada, junto a un viejo y robusto olmo de 25 metros de alto y una edad aproximada de 100 años que también será clonado.
“Hemos hecho una primera valoración de los daños causados en nuestros montes, parques regionales y periurbanos y podemos decir que oscilan entre un dos y un 16% de afectación, lo que va a suponer una inversión de cuatro millones de euros para intervenir en esos espacios, limpiarlos y reponer algunos de los ejemplares que han sido dañados”, declara la titular de Medio Ambiente. Añade que el compromiso con la conservación del patrimonio natural es “extraordinario” y recuerda que en la Comunidad de Madrid ya hay más de 280 árboles catalogados. “El personal del Instituto Madrileño de Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) es el encargado de recoger los esquejes, de hacer el tratamiento en los viveros y de devolverlo a sus dueños para su posterior plantación”, matiza.
El objetivo es crear un reservorio de material vegetal y garantizar la preservación de especies representativas a través de esta clonación que se llevará a cabo en los vivieron de El Escorial y La Isla (Arganda del Rey). Una forma de tener a buen recaudo ese ADN vegetal para reproducir los ejemplares que se puedan perder ante posibles cambios climáticos extremos que haya que afrontar en el futuro.
La consejera de Medio Ambiente, Paloma Marín, asegura que los ayuntamientos están recogiendo estas ramas caídas y las están llevando a plantas específicas: “Lo que se hace es triturar estas hojas y ramas y se dedica al compostaje. Con los árboles singulares cogemos aproximadamente 50 esquejes, se mantienen durante un año en el vivero y después se devuelven al propietario, en este caso vendrán al ayuntamiento de Coslada para que lo plante en las inmediaciones del olmo y en otros lugares del municipio”.
Francisco Molina, director del departamento forestal de IMIDRA, cuenta que este proyecto de clonación de árboles singulares - ejemplares que por su rareza, porte o edad reciben esa calificación - lo llevan haciendo desde hace 10 años. El proceso consiste en conservar y duplicar el germoplasma de estos árboles porque disponen de un potencial genético que consideran sobresaliente, es decir, han pasado todas las pruebas que les ha marcado el tiempo como por ejemplo ataques de plagas. Su potencial genético, por tanto, es mejor que el de otros ejemplares de su misma especie y de ahí la necesidad de perpetuar ese material genético tan importante.
“Llevaremos clonados más de 50 ejemplares, unas 30 especies y hoy estamos con el olmo del parque de Antonio Machado. Ya lo clonamos el año pasado pero con el problema que ha habido con Filomena consideramos que van a caer muchos árboles, singulares también, y hemos pensado que es importante ir a por ese material genético”, apunta Molina. Para que esos esquejes salgan adelante hay que convertirlos en viables con unas condiciones favorables en el vivero para que echen raíces. Una vez se consigue esto, la planta se considera completa y se pasa a una maceta. De esta manera se ha obtenido un duplicado idéntico al original.
En esos 283 árboles singulares catalogados en Madrid se encuentran tejos, encinas, robles, alcornoques, pinos o chopos, entre otras especies. Para Molina no todos esos ejemplares se pueden clonar, influyen varios factores. “Depende del árbol, de si está muy viejo o de los brotes del año cómo son, el propio genotipo del árbol lo marca. Pero en condiciones favorables se enraizan un 15 o 20 por ciento de ellos. Cuando hablamos del ámbito forestal cada especie tiene que ser ecológicamente adaptable a la zona donde se va a plantar, por eso Madrid, y toda España, está dividida en regiones de procedencia y solo puedes cogerlos de esas regiones y plantarlos ahí. No podemos llevar un pino piñonero de Madrid a Valencia”, concluye.
FASES DEL PROTOCOLO
La primera fase consiste en recopilar la información del número y el tipo de árboles catalogados como singulares por la Comunidad de Madrid que han sufrido daños, o bien, los que tienen una especial relevancia para los municipios de la región. La segunda fase pasa por contrastar la información a través de la base de datos del banco de germoplasma existente en el IMIDRA, por si algún ejemplar ya estuviera clonado. En la tercera fase varios equipos recogerán el material vegetal necesario y se desplazarán a los diferentes lugares donde se encuentren los árboles a clonar. Allí recogerán semillas y un total de 50 estaquillas (ramas) de unos 20 centímetros de longitud por cada ejemplar.