Trumpismo de andar por casa

En los últimos días del año, el debate de presupuestos municipales obliga a un trabajo riguroso y poco atractivo mediáticamente. Nuestro gobierno municipal deja esa tarea a la oposición y a los técnicos, y se va a inaugurar luces, belenes o bosques con un único alcornoque.

Lo que más se ve es la espuma del mar y por eso lo creemos inofensivo en la orilla. Casi nadie conoce lo que esconde la oscuridad de sus profundidades. El 30 de noviembre hubo un intento fallido por parte de Ciudadanos de inaugurar el bosque metropolitano, carente en aquel primer momento de significado simbólico algun...

En los últimos días del año, el debate de presupuestos municipales obliga a un trabajo riguroso y poco atractivo mediáticamente. Nuestro gobierno municipal deja esa tarea a la oposición y a los técnicos, y se va a inaugurar luces, belenes o bosques con un único alcornoque.

Lo que más se ve es la espuma del mar y por eso lo creemos inofensivo en la orilla. Casi nadie conoce lo que esconde la oscuridad de sus profundidades. El 30 de noviembre hubo un intento fallido por parte de Ciudadanos de inaugurar el bosque metropolitano, carente en aquel primer momento de significado simbólico alguno. Dijimos que no, porque el acto se planteaba como acción de gobierno, a mayor gloria de la vicealcaldesa, y que una propuesta de los acuerdos de la villa no debía apropiársela nadie. Así que decidieron cambiarle el significado, utilizando a los fallecidos de manera vergonzosa para doblar el brazo a la oposición. En nuestro caso, volvimos a decir que, si se empeñaban en manosear los Acuerdos de la Villa de esa manera, no iríamos. Por respeto a la ciudadanía y, sobre todo, a los muertos.

Fuimos nosotros, y no el alcalde quienes tendimos la mano para pactar unos presupuestos libres de ataduras con la ultraderecha, con el mismo espíritu de lealtad y de cooperación de los Acuerdos De la Villa, pero prefirieron a Vox.

Es la gota que colma el vaso después de meses en los que, desde la Tarjeta “Familias” hasta la cesión gratuita de pabellones de la Casa de Campo a la Comunidad, el Gobierno de PP y Ciudadanos ha malversado los acuerdos, modificando de forma unilateral su significado y alcance. El logro de los Acuerdos ha sido una rueda de molino con la que nos quieren hacer comulgar a diario, o colgarnos de ella dejándonos caer al fondo del océano de mentiras a toda página.

Porque la campaña de desinformación es impresionante. Se habla del “trumpismo” en los discursos de Isabel Díaz-Ayuso pero el que se usa en el Ayuntamiento tiene la virtud de lo doméstico y hasta sensato, como aquella frase de Groucho Marx, “a quién va a creer usted, ¿a mí o a sus propios ojos?”.

Tener al frente al portavoz nacional del PP da un enorme megáfono al Gobierno municipal para repetir mentiras que acaban pareciendo verdades. Fuimos nosotros, no el alcalde, y mucho menos la vicealcaldesa, quienes propusimos los Acuerdos de la Villa. Unos acuerdos de mínimos que el Gobierno municipal no ha dejado de manipular y manosear hasta desvirtuarlos y dejarlos irreconocibles en el espíritu y en la letra. Fuimos nosotros, y no el alcalde quienes tendimos la mano en septiembre para pactar unos presupuestos libres de ataduras con la ultraderecha, con el mismo espíritu de lealtad y de cooperación de los Acuerdos, pero prefirieron a Vox. Así, los presupuestos llevan la marca de Vox: bajadas de impuestos a quien más tiene, y retirada de apoyo al entramado asociativo y solidario (ong´s, entidades feministas, LGTBI…), incluidas las asociaciones ciudadanas que dieron de comer a miles de personas en plena pandemia.

¿Y nos quieren cómplices de eso?

Pepu Hernández es portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Madrid