Vocación contemporánea

El centro cultural Conde Duque inicia nueva etapa con más de un centenar de actividades en su programación

Escenario del Teatro de Conde DuqueCarlos Pina

El Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque ya es una realidad. Nueva denominación, nueva identidad, nueva vocación. El antiguo cuartel ha comenzado su transformación. “Queremos ser un centro abierto a toda la ciudadanía. Tenemos un fuerte compromiso de servicio público”, proclama Natalia Álvarez Simó, su directora artística. Más de un centenar de actividades dan forma a su primera programación. “Esta temporada la producción nacional es protagonista absoluta porque urge alfombrar su presente y afianzar su futuro”. No es palabrería. Lo demuestra con hechos.

Grandes bloques. La ...

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El Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque ya es una realidad. Nueva denominación, nueva identidad, nueva vocación. El antiguo cuartel ha comenzado su transformación. “Queremos ser un centro abierto a toda la ciudadanía. Tenemos un fuerte compromiso de servicio público”, proclama Natalia Álvarez Simó, su directora artística. Más de un centenar de actividades dan forma a su primera programación. “Esta temporada la producción nacional es protagonista absoluta porque urge alfombrar su presente y afianzar su futuro”. No es palabrería. Lo demuestra con hechos.

Natalia Álavarez Simó en el Conde DuqueCarlos Pina

Grandes bloques. La programación del Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque comprende siete grandes bloques diferenciados: artes escénicas, palabra, música, cine, arte, mediación y pensamiento. “Tenemos una regularidad en horarios, espacios y días. Así, los martes quien venga a Conde Duque sabrá que encontrará pensamiento y palabra, los miércoles cine, los jueves artes escénicas y los viernes música”. De aquí a junio habrá conciertos de Hidrogenesse, Lorena Álvarez, La Tremendita, Dora, Lagartija Nick o Bejo. Estrenarán sus nuevos espectáculos La Veronal, Israel Galván junto a Niño de Elche, Manuel Liñán, El Conde de Torrefiel o Anto Rodríguez. En cine se desarrollarán ciclos como Neorruralismo, Sexo y género, Jóvenes directoras latinoamericanas, Breve historia del cine quinqui o Personajes de nuestro cine. En las mesas de debate participarán Marta Sanz, Christina Rosenvinge, César Rendueles, Briggitte Vasallo o Remedios Zafra. Hay mucho más. “Es una programación muy diversa que tiene como prioridad ser accesible”.

“Hay que apoyar a la cultura más que nunca
Natalia Álvarez Simó

Apoyo vital. En estas semanas de arranque de temporada se han agotado las entradas para conciertos como el de Raül Refree o para actividades como Derivas urbanas, un recorrido por el entorno de Conde Duque de la mano de La Liminal. “Estamos muy contentos con la respuesta que estamos teniendo”, celebra Natalia Álvarez Simó. “Ahora hay que apoyar a la cultura más que nunca, a los artistas para seguir manteniendo viva la creación. Este año el tejido cultural ha sufrido un revés. Por eso, la programación tiene como principal impulso el cuidado del sector, entendiendo no sólo los que la producen sino también los que participamos de ella”. Toda la programación la han planteado en versión presencial y en streaming. “Al reducir el aforo hay menos público que puede acceder y además queremos ampliar nuestro radio de acción”. Si las circunstancias por la pandemia impidiesen el acceso al centro, hay versiones previstas on line. “Son formatos que hemos planteado ex profeso. Tenemos contemplados todos los escenarios”.

Poder aprender. El apoyo a los artistas se hace también por la vía de la coproducción. “Soy un férrea defensora de que las instituciones públicas tenemos que dar ese apoyo, tenemos que coproducir. Creo que es nuestro deber. Nos podemos equivocar apoyando a algún artista, pero equivocarse es la única manera de aprender”. A la primera convocatoria de artes escénicas se presentaron 283 propuestas. Las seis elegidas van a recibir dotación económica (de 2.000 a 5.000 euros, según el proyecto) y espacio de trabajo (incluyendo salas de ensayo). En octubre también comenzará la Escuela de Invierno con Celso Giménez, de La Tristura, al frente. “Está dedicada a gente joven que quiera formarse en la creación contemporánea de una manera multidisciplinar”. Marcos Morau, Carla Simón o Pucho de Vetusta Morla acudirán a compartir sus experiencias.

Tres lustros. Nacida en Tenerife, hace 15 años que Natalia llegó a Madrid. “Vine por la cultura. Desde el primer momento me enamoré de la ciudad. Quería saber todo, conocer todo. Lo que no imaginaba es que podría quedarme tanto tiempo”, comparte. Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de La Laguna, vino a estudiar un MBA de Empresas e Instituciones Culturales. Entre 2010 y 2016 fue comisaria y coordinadora del programa de artes escénicas del Reina Sofía. Después entró en los Teatros del Canal. Tras ocho meses junto a Álex Rigola, estuvo tres años como directora artística. Su programación fue un revulsivo en Madrid. “Parece un milagro cómo una institución pudo crecer y posicionarse tan rápido, pero es que había un público que estaba esperando”. Pedro Almodóvar iba con frecuencia. En Dolor y gloria, Salvador Mallo mencionaba los Teatros del Canal. “Fue increíble. Se lo agradecí profundamente. Jamás habríamos podido pagar algo así. De su mano entramos en el imaginario colectivo”.

Nueva identidad. Abierto como centro cultural desde 1983, en el antiguo cuartel conviven instituciones como la Biblioteca Pública Benito Pérez Galdós, la Hemeroteca Municipal o el Museo de Arte Contemporáneo junto al Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque, que tiene entre sus espacios un teatro, un auditorio, salas de ensayo, un salón de actos, los patios, la Sala de Bóvedas y un torreón desde el que se ve toda la ciudad. “Creo que teníamos que marcar nuestra identidad y de ahí el nuevo nombre y la nueva imagen”. El equipo Underbau, que trabaja en el barrio, es responsable del diseño gráfico con unos colores muy definidos. “Mi hija me dijo que son los colores de los atardeceres de Madrid”, señala Natalia Álvarez Simó. “Deseo que Conde Duque forme parte de la vida de los madrileños y de las madrileñas. Durante el confinamiento nos quitaron todo, pero nos quedaba la cultura. Podíamos leer, escuchar música, ver películas. ¿Qué valor le estamos dando a la cultura como sociedad? ¿Le estamos dando de verdad el valor que tiene? Tenemos que ser conscientes de que es más importante ahora que nunca”.

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