“Se lo estamos haciendo a todos, póngase a la cola”

La Comunidad de Madrid continúa su plan de detección de asintomáticos en las zonas con mayor incidencia

Mar, una de las enfermeras, hace el test a Jose Luis Gomez en el centro de especialidades de Móstoles.KIKE PARA

Frente a la puerta del centro de especialidades de Móstoles se bifurca una cola para la prueba de la covid-19. De un lado, engrosan la fila quienes tienen cita previa; el mensaje de texto que envía la Comunidad de Madrid a una muestra aleatoria de 1.500 residentes. Del otro, aguardan su turno todos los que carecen de esa notificación, pero quieren comprobar su estado serológico. La hilera de espontáneos ocupa la calzada de toda la manzana, mientras que los mostole...

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Frente a la puerta del centro de especialidades de Móstoles se bifurca una cola para la prueba de la covid-19. De un lado, engrosan la fila quienes tienen cita previa; el mensaje de texto que envía la Comunidad de Madrid a una muestra aleatoria de 1.500 residentes. Del otro, aguardan su turno todos los que carecen de esa notificación, pero quieren comprobar su estado serológico. La hilera de espontáneos ocupa la calzada de toda la manzana, mientras que los mostoleños convocados aparecen de cuando en cuando.

—¿Podemos hacernos el análisis mi marido y yo?, pregunta una mujer mayor a un empleado del Summa.

—Se lo estamos haciendo a todos los interesados, póngase a la cola.

La Consejería de Sanidad va a realizar, en los lugares más afectados por la pandemia, 6.000 pruebas PCR a personas asintomáticas de entre 15 y 49 años. Ayer fue el turno de Móstoles. En la segunda ciudad más poblada de la región (206.600 habitantes) saltaron las alarmas tras conocerse a comienzos de mes un brote en la terraza de un local nocturno. Dos semanas después se han detectado 570 positivos, de los cuales 230 permanecían con la infección activa.

La mayoría de las personas que acuden lo hacen sin haber recibido la invitación. Charo, de 53 años, viene desde Arroyomolinos tras enterarse por la radio. Salustiano y Ana María, de 63 y 57 años, han cogido un autobús desde El Álamo, pues les parece “urgente detectar a los asintomáticos”. Jamal, un marroquí que vive en Alcorcón, no pierde la oportunidad. Teme contagiarse en la residencia de mayores donde trabaja. De las 15 personas sin cita previa preguntadas, solo una reside en el municipio.

Ángela, de 42 años y vecina del mostoleño barrio de Pradillo, accede al centro de salud tras casi una hora de espera. Un sanitario toma sus datos y le toma la temperatura, para conducirla después a la mesa de muestras. “El hisopo me ha dado arcadas, lo pasan varias veces por la garganta”, se queja. En un plazo de 48 horas, recibirá por teléfono el resultado de su prueba. Los positivos se derivan al Centro de Atención Personalizada, donde los técnicos realizan la preceptiva encuesta, procurando trazar el contagio y detectar a otros posibles afectados.

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