Los primeros madrileños en volver a pisar El Retiro
El primer paseante, el primer corredor, el primer político... El tesoro verde del centro de la capital llevaba cerrado desde el 14 de marzo
El canturreo de algunos pájaros y el chapoteo de los peces en el estanque. Nada más en la noche. Esa es al borde de las seis de la mañana la única banda sonora de El Retiro antes de que reabra el parque, cerrado por la pandemia desde el pasado 14 de marzo, en el día en que la capital estrena fase 1 de la desescalada. El guardia de Seguridad José Luis Caboblanco, de 55 años, se dirige en coche a través de un parque a o...
El canturreo de algunos pájaros y el chapoteo de los peces en el estanque. Nada más en la noche. Esa es al borde de las seis de la mañana la única banda sonora de El Retiro antes de que reabra el parque, cerrado por la pandemia desde el pasado 14 de marzo, en el día en que la capital estrena fase 1 de la desescalada. El guardia de Seguridad José Luis Caboblanco, de 55 años, se dirige en coche a través de un parque a oscuras y desierto hacia la cancela que da a la Puerta de Alcalá. “Llevo aquí ocho años y este trabajo es maravilloso”.
Su compañero Joan Gali, de 37, abre la reja a las seis en punto. En el exterior espera ya desde un poco antes José María Maroto, con sus dos galgas, Roma y Lima. De inmediato aparece ya sudoroso el primer corredor, con ansia de recuperar un territorio que considera propio. Y llega a lo grande, como el que cruza una meta el primero, alzando los brazos y con rostro satisfecho. Es Ángel Serrano, camiseta naranja, que apenas se detiene. Su sombra se pierde rápidamente entre unos caminos y unos árboles que conoce bien.
“¡Atención, garita!, desde ahora solo acceden los vehículos que habitualmente disponían de autorización”. Caboblanco deja clara la orden a sus compañeros: con la reapertura, aquellos que han tenido permiso extraordinario para labores de mantenimiento o porque debían trabajar durante el cierre ya no lo tienen.
Y con el primer paseante y el primer deportista, el primer político. El delegado del área de Medio Ambiente, Borja Carabante, no ha querido desaprovechar la ocasión y ha visto amanecer en el parque. Según subía el sol, las diferentes puertas hacían de vomitorios por los que accedían los madrileños, como el runner, a recuperar un territorio que no había estado tanto tiempo cerrado desde la Guerra Civil.
Este lunes han reabierto los 19 grandes parques de la capital que permanecían cerrados para evitar aglomeraciones. Junto a El Retiro, han regresado a la vida diaria pulmones verdes y para el esparcimiento como la Casa de Campo, Madrid Río o la Dehesa de la Villa. Los demás, los de distrito, los más pequeños, fueron ya abiertos el pasado 8 de mayo. Por su parte, la Comunidad de Madrid reabrirá los tres grandes parques periurbanos de la región ―Valdebernardo, Polvoranca y Bosquesur, 581 hectáreas en los municipios de Alcorcón, Leganés, Fuenlabrada, Getafe, Pinto y Madrid― y el Jardín Botánico.
Que se mantuviera el cierre de los parques en la capital, a pesar de haber avanzado a las fases 0 y 0,5, no fue entendido por los ciudadanos, que han sufrido en las últimas semanas aglomeraciones en muchas de las aceras de la ciudad. Carabante cuenta que los 140 trabajadores de El Retiro han permanecido en sus puestos, “aquí no ha habido ERTE”, y desde hace dos semanas se ha preparado el regreso de los madrileños y revisado todos los árboles. En línea con el discurso del alcalde, al que acompañó en una visita este domingo, Carabante ha insistido en pedir prudencia, mantener distancia y uso de mascarilla.
Carlos, estudiante de mantenimiento aeronáutico de 22 años, aprovecha para retomar el pulso al parque junto a su perra Aika. Apoyado en la barandilla que rodea el lago entorna la vista relajado hacia el monumento a Alfonso XII. “Esto es un desahogo para el estrés diario de la ciudad”, comenta este vecino de la cercana avenida de Menéndez Pelayo que acude a diario al parque.
También acude a la zona Borja Cebamanos, de 29 años. “El Retiro es un lugar en el centro de la ciudad donde desconectar, que para mí es correr”. El primer día que las autoridades dejaron salir a hacer deporte en la franja matinal ―unos horarios que todavía se mantienen― de seis a diez de la mañana, corrió alrededor del parque y se fue horrorizado por la cantidad de gente que había a buscar otras zonas de la ciudad menos invadidas por deportistas. “Era imposible”. Borja entiende que las autoridades decretaran el cierre de los espacios verdes porque “si no, en Madrid hubiera ocurrido lo mismo que en Barcelona en la playa. Todos tirados aquí en el césped”.
El trípode de Antonello della Norte también está plantado desde temprano. Este fotógrafo ha tenido el privilegio de ser uno de los pocos que ha seguido accediendo al parque durante estas semanas que ha permanecido cerrado. Contratado por el Ayuntamiento, está documentando la vida en El Retiro. “La naturaleza ha hablado. Se nota una mejor calidad del aire”. Cuenta que hasta ha podido ver especies que no es sencillo disfrutar en las aguas del estanque, como el tarro canelo, un ave acuática. Para la mayoría, un pato. Antonello no tiene muy claro si el periodo que ha estado vedado el acceso servirá para que los ciudadanos se conciencien de la necesidad de mantener y cuidar estos espacios en la ciudad. Espera que arrojen menos basura y no den a la fauna alimentos procesados.
Desde la Asociación de Amigos de El Retiro se sigue reclamando que estas casi 120 hectáreas de gran valor histórico, cultural y natural sean mejor gestionadas por las diferentes administraciones. Creen que el parque ahora mismo “es ingobernable” al depender de distintos estamentos. Reclaman una especie de ente que agrupe un mando único, explica el presidente de esta asociación, Javier de la Puente.
A las siete y media de la mañana el flujo de personas es muy alto. Paseantes y deportistas disfrutan por todos sitios. Pero hay a quien el regreso en masa de los madrileños no hace tanta gracia. Con su mono fosforito y un rastrillo metálico va maldiciendo Juan Francisco Cózar, de 55 años y empleado del parque desde hace 15. Suele estar dedicado a las tareas de limpieza, pero estas semanas sin visitantes ha sido reconvertido en jardinero. “Esto ha estado muy tranquilo, no me he infectado. Verás tú ahora”, señala, mientras retoma su camino hablando solo en voz alta sin importarle los que le rodean: “¡A ver si dejan de dar por culo!”.
Aviso por riesgo de lluvias y tormentas
El Ayuntamiento activará esta tarde desde las 18.00 hasta la medianoche su alerta naranja en el parque de Retiro. Esta advertencia supone que están desaconsejadas las visitas a pesar de que en los últimos días los trabajadores han revisado los árboles antes de la reapertura esta mañana a los madrileños tras permanecer cerrado desde el pasado 14 de marzo. La Agencia Estatal de Meteorología ha activado el aviso amarillo por lluvias y tormentas que pueden ser de granizo en toda la región hasta la medianoche. El delegado de Medio Ambiente y Movilidad de la capital, Borja Carabante, acudió esta mañana al parque madrileño y desde allí reclamó prudencia en una ciudad que estrena hoy su paso a la fase 1 de la desescalada. El Retiro, explicó, "tiene una afluencia de público de 50.000 personas en día laborable y de cerca de 150.000 los fines de semana".
Información sobre el coronavirus
- Aquí puede seguir la última hora sobre la evolución de la pandemia
- Así evoluciona la curva del coronavirus en España y en cada autonomía
- Buscador: La desescalada por municipios
- Preguntas y respuestas sobre el coronavirus
- Guía de actuación ante la enfermedad
- Pinche aquí para suscribirse a la newsletter diaria sobre la pandemia