La solución a los respiradores ‘made in Spain’ está en Móstoles
Hersill lidera un proyecto estratégico en un momento de agresiva competición internacional por los productos para frenar al coronavirus. Pasará de fabricar 10 a la semana a 200 al día
Hersill S.L., quizás la empresa española más crítica en la batalla nacional contra el coronavirus, está poco acostumbrada al protagonismo. El mayor fabricante de respiradores tiene su sede en un discreto polígono de Móstoles, al sur de Madrid, junto a un taller de coches y un productor de frutos secos.
Pero en un momento en que el mercado internacional de productos sanitarios está prácticamente cerrado, Hersill se ha convertido en un pilar de la economía española de pandemia.
Lo ha advertido la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que en rueda de prensa este domingo dijo qu...
Hersill S.L., quizás la empresa española más crítica en la batalla nacional contra el coronavirus, está poco acostumbrada al protagonismo. El mayor fabricante de respiradores tiene su sede en un discreto polígono de Móstoles, al sur de Madrid, junto a un taller de coches y un productor de frutos secos.
Pero en un momento en que el mercado internacional de productos sanitarios está prácticamente cerrado, Hersill se ha convertido en un pilar de la economía española de pandemia.
Lo ha advertido la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que en rueda de prensa este domingo dijo que la agresiva competición internacional por estos productos ha forzado a España a depender de la producción de sus propias empresas. “Los próximos días, las próximas semanas y yo diría que un poco más allá, es la producción propia, nacional, la que nos permitirá no depender de ningún país externo y ser capaces de abastecernos en este sentido”, dijo la ministra. Montero mencionó los productos clave en esta crisis, mascarillas, guantes, kits de diagnóstico y cómo no, los respiradores. Son unas máquinas que inyectan aire a presión hasta que el pulmón se regenera. Pueden salvar vidas, pero España no tiene suficientes respiradores para todos los enfermos de Covid-19.
Mientras medio país se queda en casa para contener al virus, los 60 trabajadores de Hersill trabajan a todo gas. Hacen turnos de mañana, tarde y noche, incluidos los fines de semana. De su nave en el polígono Las Nieves de Móstoles salían camiones este lunes por la mañana con respiradores destinados al hospital de campaña de Ifema, en la capital. Su director de producción decía que han conseguido incrementar sustancialmente sus números. Han pasado de fabricar 10 respiradores a la semana el mes pasado, a 100 al día. Tenían previsto hacer entregas este mismo lunes en otros hospitales madrileños como el Gregorio Marañón.
Hersill es el epicentro de un esfuerzo nacional sin precedentes en la historia reciente de España. Cientos de empresas coordinadas por el Ministerio de Industria y la patronal del sector tecnológico, Ametic, se han organizado para multiplicar la capacidad de producción de la pequeña industria española de respiradores. España solo cuenta con dos pequeños fabricantes de respiradores, Hersill, y la valenciana Temel, aún más pequeña, con solo 15 trabajadores. Ambas, fundadas en 1973 y 1975 respectivamente, compraban parte de sus componentes en el extranjero y ahora deben encontrarlos en el mercado nacional, de ahí que este esfuerzo implique a muchos productores por todo el territorio.
“Esto realmente es un proyecto español con mayúsculas”, dice el presidente de Ametic, Pedro Mier.
En la era de la globalización, supone un reto extraordinario. Los grandes fabricantes de estos productos se encuentran en China y Alemania, según fuentes del sector. En Estados Unidos, el Gobierno ha ordenado al gigante de los automóviles General Motors que fabrique los respiradores, invocando una vieja ley de Defensa de los tiempos de la guerra de Corea.
El aumento de producción que se espera de las dos empresas españolas en muy poco tiempo es inédito. “Es un salto cuántico”, dice Mier. Según el presidente de Ametic, el objetivo es que Hersill fabrique 200 respiradores al día.
Todo el proyecto comenzó el 17 de marzo, cuando el secretario de Industria, Raúl Blanco, y Ametic entran en contacto. Ya por entonces, con la curva de contagios desbocada y los hospitales madrileños al límite, eran conscientes del atasco monumental en el mercado internacional. Identificaron a las dos empresas españolas fabricantes de respiradores y acordaron que hacía falta multiplicar su producción de manera urgente.
En paralelo, otros grupos trabajan para fabricar respiradores 3D, pero según fuentes conocedoras de esos proyectos ese esfuerzo avanza más lento. Ciertos componentes de los respiradores no pueden ser fabricados con máquinas 3D y las autoridades han decidido que debe primar la garantía de productos ya homologados, puesto que están en juego vidas humanas.
Una empresa con otro rol importante en este proyecto es la malagueña Premo, que cuenta con experiencia en aumentos en la escala de producción. Su consejero delegado, Ezequiel Navarro, dice que están coordinando a las empresas españolas de Ametic para que se pongan al servicio de Hersill. Dos grandes empresas madrileñas cuya identidad no quieren desvelar los organizadores del proyecto están fabricando en sus sedes componentes de los respiradores para que sean ensamblados en la planta de Hersill. Una se dedica a la mecánica de alta precisión y otra a montajes electrónicos.
Empresas de Valencia están asistiendo a Temel con un esquema semejante, según estas fuentes.
“Es una proeza que estas empresas hayan multiplicado ya su producción de manera tan rápida”, dice Navarro.
Uno de los grandes retos es sustituir componentes que hasta hace menos de un mes eran importados. “Durante mucho tiempo hemos comprado fuera y ahora nos damos cuenta de que necesitamos esos componentes”, explica Navarro. Para resolver la escasez, los importadores de componentes electrónicos han puesto a disposición de Hersill todo su stock.
El director de producción decía este lunes que se habían encontrado con otro obstáculo inesperado. El real decreto de actividades esenciales que publicó este domingo el Gobierno central había parado la producción de algunos suministradores de productos que también son indispensables. Señalaba a las cajas de cartón con las que empaquetan sus productos. “Hoy es un día crítico. Estamos hablando con varios de nuestros proveedores que no pueden trabajar. Estas cajas de cartón las necesitamos también”.
Corrección: La primera versión del artículo atribuyó al director de producción de Hersill un cálculo erróneo del aumento de producción de respiradores.
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