Calma y poco movimiento de viajeros en Cercanías Madrid
Solo se ha registrado una incidencia, una avería en la C5, que ha causado retrasos entre Atocha y Móstoles
Segundo día laborable en estado de alarma en Cercanías Madrid. Desde minutos antes de las siete de la mañana, calmachicha y poco movimiento de viajeros en la estación de Atocha, donde el lunes se produjeron aglomeraciones por una avería en Príncipe Pío. Apenas había viajeros para espantar al puñado de palomas que se paseaban casi sin inmutarse cuando llegaban los trenes. Hasta las siete y media de la mañana hay cierta aflu...
Segundo día laborable en estado de alarma en Cercanías Madrid. Desde minutos antes de las siete de la mañana, calmachicha y poco movimiento de viajeros en la estación de Atocha, donde el lunes se produjeron aglomeraciones por una avería en Príncipe Pío. Apenas había viajeros para espantar al puñado de palomas que se paseaban casi sin inmutarse cuando llegaban los trenes. Hasta las siete y media de la mañana hay cierta afluencia, pero los guardias de seguridad se encargan de que mantengan la distancia de seguridad en las filas para bajar por las escaleras mecánicas.
“Nada comparado con lo habitual”, corrobora un guardia de seguridad que habitualmente presta servicio en el AVE y que, después de lo ocurrido el primer día de restricciones a los movimientos, le han "mandado para acá”. No tiene excesivo trabajo. Dos personas con identificaciones que no quieren hacer declaraciones controlan en todo momento a esos agentes de empresas privadas.
Ana llega de Pozuelo tras trabajar de doce de la noche a siete de la mañana de reponedora en Hipercor. Pantalón de trabajo de rodillas gastadas, calzado de seguridad, auriculares y vistosas mechas rojas en el pelo. Espera en el andén para llegar hasta Villaverde. “Desde que pasó esto [el estado de alerta] me empezaron a llevar, pero por miedo a que nos multaran por ir dos en el coche he tenido que volver a usar el tren”. “Me han obligado”, afirma esta mujer de 34 años. David, administrativo de 24 años, ha llegado sin problemas desde Humanes y va a trabajar cerca de la estación de Chamartín. “Somos muchos los que venimos del sur”, comenta el guardia de seguridad.
Por momentos hay más reporteros a la caza de algo noticioso que viajeros transitando por los andenes, donde destacan los chalecos fosforitos de los guardias de seguridad. No se ve en Cercanías, a diferencia de la vecina estación del AVE, la presencia de agentes de la Policía Nacional. El ambiente en la zona de las largas distancias es más desolador todavía.
En el resto de la red de Cercanías, la situación es de normalidad. Una portavoz de Cercanías ha señalado a este diario que esta hora punta “no se ha registrado ningún problema” en ninguna de las 10 líneas madrileñas y que los trenes “van más vacíos aún que el lunes”, cuando la demanda cayó un 80%. La portavoz ha añadido que solo se ha producido una pequeñísima incidencia “en un tren de la C5 que ha llegado con cinco minutos de retraso a Atocha”.
Sin embargo, el problema ha sido mayor según el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), que ha informado sobre las ocho de la mañana en Twitter de que en la línea C5 se han producido retrasos medios de 15 minutos entre Atocha y Móstoles “por la avería de un tren que queda suprimido” en la estación de la capital. A las nueve, Adif ha dado por solucionada la incidencia.
Según Cercanías, hoy están circulando “el 100% de los trenes”, los mismos que cualquier día laborable, “no se han suprimido trenes”, a pesar de que muchos “están circulando sin viajeros”. El Ministerio de Transportes decidió este lunes reformar algunas líneas, especialmente la C5, para evitar el hacinamiento de viajeros. También informó de que soldados de la Unidad Militar de Emergencias y vigilantes de seguridad garantizarían, en las principales estaciones, la distancia entre pasajeros en los andenes y en los accesos.
Mientras tanto, en Metro de Madrid, la demanda continúa descendiendo, según explica una portavoz. Durante la hora punta, entre las seis y las ocho de la mañana, tan solo lo han usado 28.432 viajeros, cuando un martes del año pasado en el mismo tramo horario eran 152.526, lo que supone un 81,36 % menos. El martes de la semana pasada, el día anterior al cierre de los colegios, hubo 130.348 viajeros, un 73,43 % menos.
Y en los autobuses de la EMT, más de lo mismo. El lunes se produjo una caída del 85% respecto a los datos de la semana pasada. “Si el lunes 9 de marzo los autobuses de Madrid transportaron a 1.569.813 usuarios, este lunes 16 descendió la cifra a 227.113. Se mantiene el mismo número de autobuses en las calles para garantizar las frecuencias y evitar aglomeraciones”, reza una portavoz municial.
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