La empresa de limpieza del Clínico acumula 200.000 euros en multas por “mala calidad” del servicio
La compañía Garbialdi suspende de empleo y sueldo a cuatro trabajadoras que denunciaron falta de material para hacer su labor
Las cuatro trabajadoras de la limpieza del Hospital Clínico San Carlos de Madrid a las que se les prohíbe trabajar durante 45 días por denunciar la falta continuada de material para limpiar el centro han sido arropadas este miércoles por decenas de compañeras en protesta contra la sanción. Garbialdi, la compañía que les emplea y que está subcontratada por el centro desde 2017, acumula 200.000 euros en varias sanciones interpuestas por el hospital desde 2019 por “mala ejecución del contrato”, donde se incluye “mala calidad de la limpieza”, según un portavoz del Clínico.
Elena Varela, Ana...
Las cuatro trabajadoras de la limpieza del Hospital Clínico San Carlos de Madrid a las que se les prohíbe trabajar durante 45 días por denunciar la falta continuada de material para limpiar el centro han sido arropadas este miércoles por decenas de compañeras en protesta contra la sanción. Garbialdi, la compañía que les emplea y que está subcontratada por el centro desde 2017, acumula 200.000 euros en varias sanciones interpuestas por el hospital desde 2019 por “mala ejecución del contrato”, donde se incluye “mala calidad de la limpieza”, según un portavoz del Clínico.
Elena Varela, Ana Iglesias, Carmen Toribio y Milagros Martínez, las cuatro empleadas y sindicalistas, no vestían este miércoles a mediodía su uniforme verde, al contrario de las decenas de personas, la mayoría mujeres que como ellas se encargan de la limpieza del centro, que se han concentrado frente al edificio para protestar por la sanción que les ha interpuesto la empresa Garbialdi.
El pasado 17 de diciembre, las cuatro trabajadoras de Garbialdi repartieron por el centro un comunicado para explicar su situación al resto de personal. “Debido a la falta de material de limpieza que estamos sufriendo desde hace meses con la empresa concesionaria nos vamos a ver en la obligación de no poder fregar todos los departamentos, habitaciones, salas de UCI, quirófanos, etc. del centro”, decía. Dos meses después, Garbialdi remitió un escrito a las trabajadoras para comunicarles que quedaban sancionadas de empleo y sueldo durante 45 días al considerar el comunicado “una falta muy grave”. En ese texto, al que ha tenido acceso EL PAÍS, la empresa asegura que la dirección del hospital les había pedido por escrito que impidiera “todo tipo de acción que pueda alterar el orden público y el correcto funcionamiento del centro”. Un portavoz del hospital, por su parte, indicó que se trata de “un conflicto interno entre la empresa y sus trabajadores” y que el Clínico no tiene nada que ver.
Ana Iglesias, una de las cuatro sancionadas, asegura que la falta de material para realizar su trabajo es una situación que denuncian desde hace tiempo. “Llevo 30 años trabajando en este hospital. Siempre vienen empresas privadas durante un tiempo y se van. Sabemos que vienen a ganar dinero, pero hay maneras y maneras, y Garbialdi ha sido el colmo”, dice. Desde la empresa adjudicataria, en cambio, una portavoz ha señalado que las empleadas “están haciendo ruido para forzar un convenio” y que las afirmaciones de falta de material “son falsas”. Además, la portavoz de la empresa señala que les preocupa la reputación de la empresa, pero sobre todo, las sanciones que pueda recibir por parte del hospital.
Sin embargo, Iglesias critica que son “transparentes” y reciben “indiferencia” por parte del centro. “No entendemos cómo pueden decir que no tienen nada que ver con la empresa concesionaria que les está pagando y con su plantilla, porque eso les tiene que afectar directamente a ellos”, agregó.
Este no es el primer conflicto entre Garbialdi y sus trabajadores de este hospital público. El pasado abril la plantilla del servicio de limpieza mantuvo una huelga indefinida ante la negativa de la empresa a cubrir las vacantes y a pagar los pluses por cambio de turno y trabajo en días festivos, según denunciaron los empleados. Las protestas tampoco tuvieron impacto y, según las trabajadoras, la situación ahora es peor que antes. Visto el poco éxito de la huelga, el comité de empresa ha decidido no volver a intentarlo por esa vía. Aun así, Iglesias afirma que seguirán concentrándose y buscando apoyo. “Si lo que pretendían era callarnos han conseguido el efecto contrario”, comenta convencida.